Las proyecciones económicas del Banco Central Europeo (BCE) han acaparado el foco de atención al ser las únicas que podrían sufrir cambios, puesto que todas las voces señalaban que la autoridad monetaria presidida por Christine Lagarde mantendría tipos en el 4,5%, como así ha sido. En esta ocasión, y al igual que en la anterior hace tres meses, han decidido meter la tijera en sus previsiones, tanto de crecimiento económico como de inflación, lo que evidencia que su hoja de ruta está surtiendo efecto, pero penaliza el PIB de la región.
Los economistas del BCE prevén que este año el crecimiento del PIB sea solo de un 0,6% para 2024, dos décimas menos, puesto que “se espera que la actividad económica se mantenga moderada a corto plazo”. A partir de entonces, esperan que la economía se recupere y crezca al 1,5% en 2025, misma cifra que estimaba hace tres meses, y al 1,6% en 2026, “respaldada inicialmente por el consumo y luego también por la inversión”.
Sobre la inflación, los expertos del BCE prevén que promedie el 2,3% en 2024, nueve décimas menos que hace tres meses; el 2% en 2025%, una décima menos, y el 1,9% para 2026 debido, principalmente, a una menor contribución de los precios de la energía. Las proyecciones de la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos, también se han revisado a la baja y promedian el 2,6% para 2024, 2,1% para 2025 y 2,0% para 2026.
“Aunque la mayoría de los indicadores de inflación subyacente han seguido disminuyendo, las presiones sobre los precios siguen siendo elevadas, en parte debido al fuerte crecimiento de los salarios. Las condiciones de financiación son restrictivas y los anteriores aumentos de los tipos de interés siguen pesando sobre la demanda, lo que está contribuyendo a reducir la inflación“, señalan en su comunicado.
El Consejo de Gobierno está decidido a garantizar que la inflación regrese oportunamente a su objetivo de mediano plazo del 2%. Así, y sobre el escenario actual, señalan que consideran que “los tipos de interés se encuentran en niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo, contribuirán sustancialmente a este objetivo“.
Estas proyecciones se producen después de que la inflación se situara en el 2,6% en febrero, dos décimas por debajo de la subida del 2,8% de los precios en el primer mes de 2024, según el dato preliminar publicado hace unos días por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat. En el segundo mes de 2024, la caída interanual de los precios de la energía se moderó al 3,7% desde la bajada del 6,1% en enero, mientras que los alimentos frescos se encarecieron un 2,2%, muy por debajo de la subida del 6,9% del primer mes del año.
Las proyecciones económicas del Banco Central Europeo (BCE) han acaparado el foco de atención al ser las únicas que podrían sufrir cambios, puesto que todas las voces señalaban que la autoridad monetaria presidida por Christine Lagarde mantendría tipos en el 4,5%, como así ha sido. En esta ocasión, y al igual que en la anterior hace tres meses, han decidido meter la tijera en sus previsiones, tanto de crecimiento económico como de inflación, lo que evidencia que su hoja de ruta está surtiendo efecto, pero penaliza el PIB de la región.
Fuente El Confidencial