El Eurogrupo pide un “ligero ajuste” en las primeras cuentas con nuevas reglas fiscales

Si el Parlamento Europeo aprueba el acuerdo sobre la nueva gobernanza económica de la Unión Europea en abril el club comunitario contará con nuevas reglas fiscales a partir de 2025. El Eurogrupo, la reunión de ministros de Finanzas de la Eurozona, ha marcado este lunes el camino para los primeros presupuestos que se aprobarán con ese nuevo marco normativo, pidiendo que las cuentas tengan una posición fiscal contractiva, es decir, que contengan el gasto público. Cada año a estas alturas los ministros acuerdan una “guía” para la elaboración de los presupuestos generales del Estado de cada uno de los 27 socios, y esta vez apuntan a la necesidad de “continuar fortaleciendo la sostenibilidad fiscal y apoyando el proceso de desinflación”.

Tras años solicitando a los Estados miembros que mantuvieran las inversiones públicas, especialmente en el contexto de la pandemia de coronavirus, la Comisión Europea lleva tiempo matizando su discurso, virando poco a poco hacia el regreso de la disciplina fiscal, poniendo también hincapié en que las capitales vayan eliminando las medidas de emergencia que se aprobaron justo después de la pandemia ante la crisis energética que vivió Europa. “Basándonos en los últimos datos disponibles, los requisitos de la revisión del marco de gobernanza económica se traducirán en una orientación presupuestaria fiscal global ligeramente contractiva en la zona euro en 2025“, señalan los ministros en su comunicado.

Desde 2020 la Unión ha tenido las reglas fiscales suspendidas para poder hacer frente a las distintas emergencias a las que tuvo que hacer frente, y durante este tiempo los ministros han ido negociando un nuevo marco de normas de disciplina fiscal que acabaron acordando in extremis el pasado mes de diciembre, al final de la presidencia española del Consejo de la UE. El 1 de enero volvieron a aplicarse las viejas reglas fiscales, pero la Comisión Europea tiene la voluntad de aplicarlas siguiendo el espíritu de las nuevas normas, que todavía no están confirmadas porque deben aprobarlas el Pleno del Parlamento Europeo.

Durante los cuatro años en los que las normas no se han estado aplicando las cuentas de muchos de los Estados miembros se han desequilibrado, y por eso desde hace algún tiempo la Comisión Europea lleva avisando del final de la manga ancha fiscal, para que así las capitales vayan adaptándose a la realidad de unas normas que, aunque muchos ministros aseguran que son más flexibles y adaptadas a las situaciones de cada uno de los Estados miembros, exigirán también importantes ajustes. “Los Estados miembros con una deuda superior al 60% o un déficit superior al 3% del PIB realizarán ajustes fiscales diferenciados y basados en el riesgo. Una estimación preliminar de esas necesidades de ajuste a nivel de la zona del euro, basada en nuestras previsiones de otoño (…) arroja como resultado una orientación presupuestaria ligeramente contractiva en 2025 para la zona del euro”, ha explicado Paolo Gentiloni, comisario de Economía, durante una rueda de prensa posterior al encuentro. Sin embargo, el italiano ha pedido “no debemos repetir los errores de hace una década”. Por eso asegura que “el tan necesario ajuste fiscal no debe conducir a recortes de inversión”.

“El tan necesario ajuste fiscal no debe conducir a recortes de inversión”

Los ministros han recogido esa idea en el comunicado acordado, señalando que aunque seguirán “aplicando reformas estructurales ambiciosas” se comprometen a seguir “preservando y, en su caso, aumentando el nivel de inversión” especialmente en campos prioritarios para la Unión Europea, como por ejemplo es “la transición ecológica, así como defensa”. Uno de los asuntos que ha sobrevolado el encuentro es la propuesta de algunos Gobiernos, entre ellos el francés, de volver a emitir deuda conjunta europea para financiar a nivel de la UE estas medidas. Carlos Cuerpo, ministro de Economía español, ha apoyado la propuesta. “Hay un elemento de bien público europeo y debe tener asociado un elemento de financiación conjunta”.

España todavía tiene prorrogados los presupuestos de 2023 debido al adelanto electoral y en la Comisión Europea siguen esperando las nuevas cuentas del Ejecutivo español para analizar hasta qué punto el Gobierno ha cumplido con la petición del Eurogrupo durante el año pasado, y repetido en el comunicado de este lunes, de que los Estados miembros vayan retirando las ayudas relacionadas con la crisis energética y destinen esos ahorros al ajuste fiscal.

Unión de Mercados de Capitales

Además, los ministros de Finanzas han acordado una hoja de ruta para el despliegue de una Unión de Mercados de Capitales, una de las grandes tareas pendientes de la Unión. En su comunicado los ministros admiten la gravedad de la situación, con 27 mercados fragmentados que siguen normas distintas. “Europa corre el riesgo de quedarse aún más rezagada a nivel mundial en términos de competitividad, crecimiento y prosperidad de sus ciudadanos. Los mercados europeos de capitales deben convertirse urgentemente en mercados competitivos a escala mundial. La UE necesita un mercado de capitales que pueda canalizar el ahorro nacional y el capital extranjero libre y eficazmente hacia empresas innovadoras, permitiéndoles convertirse en motores del crecimiento a largo plazo y, en última instancia, ayudar a la UE a convertirse en líder mundial de la innovación y las nuevas industrias”, señala el texto.

Sin embargo, y aunque los ministros se han comprometido a buscar maneras de “reducir la fragmentación, la carga normativa y los elevados costes de transacción”, los Veintisiete no han sido capaces de marcarse objetivos ambiciosos, limitándose por ejemplo a solicitar a la Comisión Europea de qué manera puede “mejorar la supervisión de la UE mediante un mayor desarrollo del código normativo común” y buscando la manera de “mejorar la convergencia de la supervisión a través de un uso más eficiente y eficaz de las competencias actuales de las Autoridades Europeas de Supervisión”, pero sin instar al Ejecutivo comunitario a que proponga una autoridad común para toda la Unión.

Si el Parlamento Europeo aprueba el acuerdo sobre la nueva gobernanza económica de la Unión Europea en abril el club comunitario contará con nuevas reglas fiscales a partir de 2025. El Eurogrupo, la reunión de ministros de Finanzas de la Eurozona, ha marcado este lunes el camino para los primeros presupuestos que se aprobarán con ese nuevo marco normativo, pidiendo que las cuentas tengan una posición fiscal contractiva, es decir, que contengan el gasto público. Cada año a estas alturas los ministros acuerdan una “guía” para la elaboración de los presupuestos generales del Estado de cada uno de los 27 socios, y esta vez apuntan a la necesidad de “continuar fortaleciendo la sostenibilidad fiscal y apoyando el proceso de desinflación”.