LA HABANA, Cuba. – El manifestante del 11J Freidel Ramírez Calzado denunció vía telefónica este 9 de marzo las “pésimas” condiciones del centro penitenciario de máximo rigor El Pitirre, ubicado en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón.
Ramírez Calzado, de 42 años de edad, es residente del reparto La Güinera, perteneciente al municipio Arroyo Naranjo, en esta capital, y al momento de ser apresado trabajaba como albañil por cuenta propia. En represalia por su participación en las manifestaciones pacíficas del 12 de julio de 2021 fue acusado del presunto delito de sedición y condenado inicialmente a 20 años de privación de libertad, sentencia que en un segundo juicio fue rebajada a 10 años.
El preso político se refirió en esta oportunidad al mal estado de las instalaciones del penal (también conocido como 15-80). Para ejemplificarlo, mencionó que en la compañía 1, donde se encuentra cautivo, las tablas que hacen las veces de camas están infestadas de chinches. Ramírez Calzado continuó relatando que el piso de la edificación es de cemento crudo (sin pulir) y está agrietado, y además de que el agua se filtra por las paredes cuando llueve.
En cuanto a los baños, el manifestante señaló que los pisos están “negros y llenos de sarro”, y no hay servicios sanitarios sino los llamados “turcos” (un agujero en el piso). Los lavamanos no funcionan, pues no cuentan con herrajes ni las debidas instalaciones hidráulicas, y las supuestas duchas no son más que “unos pedazos de tubo”, también sin herrajes, que sobresalen de la pared y por donde sale agua durante 10 minutos al día, contó.
En relación a la atención de salud, el prisionero indicó que los guardias no llevan a los enfermos al puesto médico aunque estos se quejen de dolores, y cuando lo hacen es de acuerdo a su conveniencia. Él mismo espera por la extracción de una pieza dental desde hace ya 10 meses, pues “nunca hay anestesia, ni guantes, ni gasa”. Además, agregó que los medicamentos entran a principios de cada mes, pero “a los 20 días ya se han terminado”.
Ramírez Calzado destacó también que la humedad de las celdas provoca mucho frío y enfermedades respiratorias. A ello se suma que el acceso al sol no es diario, sino únicamente dos veces a la semana y también a conveniencia de los oficiales.
En cuanto a la alimentación de los reclusos, el manifestante subrayó que esta es inferior a lo estipulado. La ración de arroz no es de 90 gramos sino de 40, y lo sirven “crudo y con sabor a viejo”. Las pastas alimenticias vienen con mal olor y “con sabor a podrido”, y la ración es reducida de 60 a 40 gramos. Mientras, la ración de pollo, que debe ser de 150 gramos, fue reducida a 70. La de revoltillo, establecida en 70 gramos, fue reducida a 40. El potaje de chícharos es “agua con sal”. El pan del desayuno es viejo, duro y mohoso, acompañado de un vaso de jugo que es “agua sin sabor”, o bien de un cocimiento que “no se sabe de qué está hecho”.
Por otra parte, el acceso al teléfono tampoco es diario, sino una vez a la semana y solo 10 minutos, indicó el prisionero, quien además comparó esas condiciones de cautiverio con “un campo de concentración nazi”, ya que los prisioneros se encuentran sometidos a un régimen despótico de privaciones y maltratos físicos por parte del jefe de la prisión, mayor Nivaldo Hernández Rodríguez, y del jefe de Logística, teniente coronel Gamboa.
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Fuente Cubanet.org