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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha adelantado este miércoles en el Congreso que España cerró el año 2023 con un déficit público del 3,7% del PIB. Si Eurostat corrobora estos datos, España habrá mejorado en dos décimas el objetivo de déficit que se marcó para el año pasado. Aunque no ha detallado la composición de este cálculo, se trata de un ajuste del déficit público de un punto completo del PIB respecto al saldo negativo registrado en el año 2022.
Sánchez ha anunciado esta cifra durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. “Gracias al buen desempeño económico del país, ya le puedo garantizar que vamos a cerrar el ejercicio 2023 con un déficit público del 3,7% del PIB”, ha respondido a una pregunta del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Se trata del tercer año consecutivo de reducción del déficit público tras el gran esfuerzo presupuestario que realizó España durante la pandemia. En 2020 los números rojos se dispararon hasta el 10,1% del PIB, una cifra sólo superada en el año del rescate financiero a España (2012) y en el año de la gran crisis financiera (2009).
En estos tres años España ha reducido su déficit hasta dejarlo en poco más de una tercera parte. Un gran ajuste que ha sido plenamente cíclico. De hecho, ha sido compatible con una política fiscal expansiva por parte del Gobierno. El saldo negativo se ha reducido gracias al crecimiento económico, a la reducción de gastos inerciales por el fin de la pandemia y la reducción de las prestaciones a los desempleados y la incapacidad temporal y también a la inflación. Aún así, el déficit público español se mantiene todavía por encima de los niveles que había antes de la pandemia. En el año 2018, el saldo negativo se redujo hasta el 2,6% del PIB, un punto por debajo de los niveles de 2023.
La reducción al 3,7% del déficit público sitúa a España en una posición más favorable para evitar la entrada en el procedimiento de déficit excesivo en el año 2024, que es cuando han vuelto a operar las reglas fiscales. Los países de la Unión Europea tienen un límite de déficit del 3% del PIB para este ejercicio, un listón ambicioso para España, pero no tanto después del anuncio del déficit de 2023.
El Gobierno se había fijado un objetivo de déficit para el año pasado del 3,9% del PIB y muchos analistas temían que se desviaría más allá del 4%. Esto dejaba a España en una posición de partida complicada para alcanzar el objetivo del 3% en 2024. Sin embargo, el punto de partida es más favorable, según el dato adelantado por el presidente. Esto significa que el ajuste necesario es de siete décimas del PIB.
Hay otro factor que aproxima el cumplimiento de los objetivos y es la negativa del Gobierno a tramitar los presupuestos generales del estado. El techo de gasto que fijó el Ministerio de Hacienda para los PGE aumentaba en casi un 10% respecto al del año 2023, lo que implicaba un aumento del gasto de más de 16.000 millones de euros. Esta política fiscal expansiva queda ahora en el aire sin presupuestos. El Gobierno tiene margen para elevar, con leyes o reales decretos, el gasto recogido en la prórroga de las cuentas de 2023, pero este procedimiento es más costoso, por lo que es previsible que no llegue a movilizar todos los recursos que pretendía utilizar con los nuevos presupuestos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha adelantado este miércoles en el Congreso que España cerró el año 2023 con un déficit público del 3,7% del PIB. Si Eurostat corrobora estos datos, España habrá mejorado en dos décimas el objetivo de déficit que se marcó para el año pasado. Aunque no ha detallado la composición de este cálculo, se trata de un ajuste del déficit público de un punto completo del PIB respecto al saldo negativo registrado en el año 2022.
Fuente El Confidencial
