LA HABANA, Cuba. – En el primer número del periódico Patria, fundado por José Martí el 14 de marzo de 1892, el Apóstol de nuestra independencia escribió: “Una es la prensa, y mayor su libertad, cuando en la república segura se contiende, por defender las libertades de los que las invocan para violarlas, de los que hacen de ellas mercancía, y de los que las persiguen como enemiga de sus privilegios y de su autoridad”.
Semejante reflexión del Héroe Nacional cubano deja entrever que la labor de Patria no solo se circunscribía a alentar la lucha independentista de Cuba y Puerto Rico contra el yugo colonial español, sino que también se vislumbraba en sus páginas el tipo de sociedad a la que él aspiraba cuando Cuba accediera a la República. Una sociedad con todos y para el bien de todos, donde la libertad oficiara como uno de los dones más preciados.
En ese contexto es casi seguro que el espíritu de Patria hubiese estado al lado de los cubanos que en estos días se han lanzado a las calles, agobiados por las carencias materiales, pero sobre todo pidiendo la libertad ciudadana que los gobernantes violan constantemente, con tal de mantener un régimen que garantice sus privilegios y prebendas.
Resulta abominable contemplar cómo, en momentos tan sensibles en el devenir de la nación cubana, los gobernantes de la Isla, en lugar de atender las necesidades imperiosas de la población, se dedican a tergiversar el legado de Patria al tomarlo como bandera de un periodismo que niega las ideas martianas.
Porque, en verdad, no hay otra manera de calificar el denominado Tercer Coloquio Internacional Patria, que recientemente se celebró en La Habana. Se trata de una reunión de “periodistas” que representan a la extrema izquierda internacional, que sueñan con eliminar la libertad y la transparencia en la comunicación que Martí concibió para su periódico.
El presidente de la oficialista Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo Bello, durante la jornada inaugural del citado coloquio, expresó: “Es posible oponer una multipolaridad comunicacional a la dictatorial todavía prevaleciente”.
Es un auténtico insulto a la verdad calificar de dictatorial al tipo de prensa en el que prevalecen la objetividad y el libro flujo de la información, y por el contrario denominar “multipolaridad comunicacional” a lo que hacen medios como Télam, Al Mayadeen, Russia Today y Prensa Latina, agencias que defienden a las tiranías castrista, orteguista y chavista, a los terroristas de Hamás, así como festejan la farsa electoral protagonizada por Vladímir Putin en Rusia.
Otras actuaciones “sobresalientes” en el coloquio fueron las declaraciones del ensayista Enrique Ubieta, quien pidió “rescatar para la izquierda conceptos como democracia y libertad, que han sido secuestrados por la derecha”. Bueno, de él se puede esperar cualquier cosa.
También los argumentos expuestos por el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el que una vez más trató de desviar la atención de las protestas populares del 17 de marzo, y diluirlo todo en el diferendo que el castrismo mantiene con Estados Unidos. Como es sabido, un diferendo que el castrismo necesita como el oxígeno que respiran sus personeros.
Este uso por el régimen cubano del legado del periódico Patria para tratar de dar legitimidad a un periodismo que desconoce las necesidades y aspiraciones del pueblo cubano, no es más, a la postre, que otro intento por atraer la figura de Martí al bando del castrismo. Un intento que la verdadera historia jamás permitirá.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org