LA HABANA, Cuba. – “Nací sin la mano izquierda, de modo que estoy limitado para trabajar. Los 1.543 pesos mensuales que me paga el Gobierno no me alcanzan para vivir”, dice a CubaNet Roberto Ricardo García Cruz, un holguinero de 52 años que sobrevive como músico callejero.
“Yo no le pido nada a nadie. La gente me da dinero porque le agrada mi música”, también asegura García Cruz.
Popularmente considerado “el hombre orquesta”, el entrevistado canta y toca cinco instrumentos al mismo tiempo: timbal, cencerro, armónica, guayo y maracas. “No cuento el platillo porque es nada más un solo golpe”, acota.
Su mano derecha hace doble función: suena una maraca y al mismo tiempo ralla un guayo metálico fijado al timbal. Mientras, su pie derecho acciona un mecanismo que hace sonar el cencerro y, con la boca, sopla una rudimentaria armónica sujetada por una estructura fija que se sostiene del cuello.
Hace ocho años atrás como instrumentos de percusión utilizaba dos latas vacías que golpeaba con el brazo izquierdo, pero poco a poco fue mejorando sus instrumentos musicales.
“Los instrumentos los inventé yo mismo con mucho sacrificio”, dice García Cruz, quien comenzó autodidactamente en la música a los seis años.
Su música recuerda las melodías del órgano oriental, un tradicional sonido que lamenta se haya perdido. “Lo que yo hago es promover la tradición popular. A pesar de que tiene varios seguidores y es una atracción para el turismo, el órgano oriental ya no se escucha por ningún lado; por eso la gente me ve y le gusta lo que yo hago”, dice.
Su repertorio supera los 60 temas, que abarcan diferentes géneros de la música popular cubana: unos son versiones y otros de su propia inspiración. “Yo toco donde me inviten: en las celebraciones de cumpleaños, en las fiestas de fin de año”, dice mientras se acomoda el artilugio para sujetar la armónica.
En sus interpretaciones y composiciones también aborda temas religiosos. “Ahora toco canciones cristianas. Es una música que enaltece el espíritu”, apunta.
García Cruz es oriundo de San Germán, poblado situado a 38 kilómetros de la ciudad de Holguín. Desde allá viaja a menudo a la cabecera provincial, donde su música se escucha en diferentes lugares. “Aquí doy mis presentaciones al pueblo que necesita de alegría y diversión para aliviar los momentos difíciles que está pasando por la escasez”, dice.
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Fuente Cubanet.org