Por Darío Rosatti
Oscar Sagás nombrado director político en el Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (IOSFA) llegó de su Godoy Cruz natal con un organigrama propio para aplicar en la entidad. La iniciativa fue duramente resistida por el directorio en la primera presentación. Entre las facultades del Directorio está la de “Formular la estructura orgánico funcional de la Administración Central del IOSFA y de sus áreas dependientes”. El directorio se compone de altos oficiales en situación de retiro al igual que los representantes de GN y PNA y dos miembros de personal civil de los ministerios de Defensa y Seguridad. Los 10 integrantes son; general de brigada Pedro Abregú, general de brigada (R-Art 62) VGM Luis Pucheta, general de división (R-Art 62) Alejandro López, vicealmirante (R-Art 62) VGM Eduardo Urrutia, contraalmirante (R-Art 62) Juan Palermo, brigadier (R-Art 62) Daniel Giménez, comandante mayor (R-Art 84) Adalberto Ferreyra, prefecto general (RS) Francisco Sussini, licenciada Valeria Calleja (familiar del ex secretario general de Gendarmería, comandante general Gabriel Calleja) y el doctor Ricardo López. Vale aclarar que la totalidad de los miembros del directorio, -excepto Sagás y sus colaboradores-, no reciben salario pagado por el afiliado.
Su haber es el de retirado o el de retirado en servicio y los afronta; con arreglo a la ley de personal militar N°19101; el organismo previsional de los militares, IAF y la fuerza de pertenencia, respectivamente. La mayor resistencia del directorio no fue tanto por la creación de Gerencias y otros cargos que a la fecha no existen. El problema sería la reducción o eliminación de las Delegaciones del interior del país. Iosfa cuenta con alrededor de 30 Delegaciones en las principales ciudades del interior más los subdelegados todos ocupados por personal militar en actividad y retirados. La eliminación en conjunto con 4 Oficinas Regionales que las coordinan rondaría unos 100 puestos. Esos puestos al ser cubiertos por personal en actividad o retiro no generan gasto al afiliado porque sus haberes están dentro del inciso 1 (sueldos de personal) de la fuerza a la que pertenecen, es un destino más que se cubre con uniformados de carrera.
La estrategia de Sagás supondría tomar en sus manos el control total de la obra social, el manejo y contratación de los prestadores a nivel país desde la sede central de IOSFA ubicada en la calle Paso del barrio de Once. Lo ayudaría el puñado de colaboradores importados de Mendoza más cierto médico-exfuncionario-empresario de la sanidad y negocios afines que funge como asesor. El presupuesto anual de 250 mil millones de pesos que arrojan las cuotas mensuales de los más de 550 mil afiliados (personal militar y fuerzas de seguridad en actividad, retirados, familiares más civiles de cada una de las fuerzas y del ministerio de defensa y de seguridad, es una cifra que deslumbró al mendocino Sagás como un chico en candy store. Encontró el ticket dorado de Wonka en una entidad con los números equilibrados y además un plazo fijo de unos 20 mil millones de pesos, pororó (pochoclo en la jerga mendocina) de yapa.
Padrino
La olla a presión abrió su válvula de alivio, terció el mismísimo padrino de Sagás, el titular de Defensa, Luis Petri, quien instó a los jefes militares de las 3 fuerzas a moderar el ímpetu de los directores. Antes, el ex ganso Sagás; -fue militante del Partido Demócrata (PD) de Mendoza conocido como los gansos, pero voló a la granja radical de Alfredo Cornejo usando un sello de goma: Partido Demócrata Progresista, denominación que pretendió conservar algo de identidad plumífera-; había sacado pecho inquiriendo uno por uno la finalización del mandato en el directorio. Tregua efímera. Los directores tienen respaldo en el estatuto que establece sus funciones, entre ellas: “Aprobar las normas para las contrataciones de bienes y servicios y de personal que realice el Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas” (IOSFA). No alcanzó. Los 10 no pudieron o no quisieron resistir el aterrizaje del contador Juan Alcaraz en la subgerencia de Compras y Contrataciones que impulsó Sagás. El mayor José Benítez oficial en actividad del Ejército está a cargo de esa oficina con una gestión a prueba de auditorías, Soporta un doble comando, aunque el tiempo de la capitulación le llegará. Compras y Contrataciones serían los yummy del candy store mendocino. La tensión alcanzó otra oficina clave: el coronel (retirado, licenciado en administración) Juan Carlos Correa dejó la Unidad de Auditoría Interna (UAI) y lo reemplazó el contador Eduardo Daza. La UAI es parte integrante del sistema de control interno, examina y controla los procesos en el sector público y lo hace en el marco de lo normado por la Sindicatura General de la Nación, (SIGEN).
El énfasis mediático de Sagás en comunicar reformas que producirían importantes ahorros imaginados en los 2.000 millones es sólo macro publicitaria que no interesa al bolsillo mensual del afiliado. Siguen las quejas en grupos de redes sociales sobre los casi 5 millones de pesos al mes que pagan con sus cuotas por traslados semanales a Mendoza del secretario privado Emiliano Follis y de Diego Arenas un ex diputado mendocino que se ocupa de Asuntos Jurídicos. En el registro de IOSFA figura la previsión de pasajes pagos de Arenas hasta el mes de abril.
Se reproduce la factura de los vuelos AR 1429 y AR 1416 de Aerolíneas Argentinas del viajero Arenas efectuados el 25 de febrero desde Mendoza y el retorno a la provincia el 7 de marzo por 348.000 mil pesos.
Sorprendió que se haya contratado una agencia de turismo, New Biz Travel en lugar de adquirir directamente los pasajes en la aerolínea de bandera. “Hasta tenemos que pagar las comisiones como es de práctica en la intermediación de un broker turístico; New Biz Travel” se quejan los beneficiarios. “El presidente Javier Milei destapó el escándalo de la tercerización en la contratación de seguros para reparticiones del Estado y resulta que en nuestra obra social parecería que con los pasajes ocurriría la misma matriz” apuntan furiosos.