En un giro inesperado en el caso, la policía detuvo en las últimas horas a la empleada doméstica de Roberto Eduardo Wolfenson Band, el empresario de 71 años asesinado en su casa del country La Delfina de Pilar
Rosalía Soledad Paniagua fue aprehendida por detectives de la SubDelegación Departamental de Investigaciones de Pilar, tras pasar de ser una testigo clave del caso, por ser la última persona que vio con vida al jubilado, a ser acusada del crimen.
Wolfenson Band era ingeniero electrónico egresado la UBA, y si bien
estaba jubilado, actualmente asesoraba a una empresa dedicada a la
fabricación de baterías de litio.
Vivía en la casa del country junto a su mujer, Graciela Orlandi, quien en la fecha del asesinato se encontraba en la Costa Atlántica vacacionando con su hija, por lo que el hombre se encontraba solo.
Paniagua, por su parte, se encontraba realizando una suplencia en reemplazo de la empleada doméstica titular, quien debía regresar a su puesto laboral el lunes siguiente al homicidio.
La mujer, que fue la última en ver con vida al ingeniero, declaró en un primer momento que que el hombre le pidió ese jueves 22 que prepare la cama porque ese día tenía una visita.
Además, hizo foco en una sábana que los investigadores encontraron lavada en el lavarropas, que aseguró que no puso allí, sino que estaba en uno de los cuartos que preparó.
Estas, se cree, fueron algunas de maniobras de distracción que utilizó como coartada la empleada para desligarse del caso y desviar el foco de atención sobre un tercero.
Cámaras en el tren y el celular de la víctima, claves para la detención
Las claves para detener a la sospechosa, señalaron fuentes de la causa, fueron las cámaras de seguridad instaladas en la estación Derqui del Ferrocarril San Martín y la activación del teléfono celular de la víctima, que habría sido manipulado por Paniagua, mientras esperaba la formación.
El viernes por la noche, durante el allanamiento del domicilio de la acusada, que podría haber actuado junto a un cómplice, se encontró además un parlante con conexión bluetooth que habría sido sustraído del hogar de la víctima.
Según los registros del celular del jubilado, la última vez que el celular estuvo en línea en WhatsApp fue el viernes cerca de las 14, tres horas antes de que fuera hallado muerto cuando no contestó al llamado de su profesor de piano, con quien tenía clase las 17.
Primero se creyó que Wolfenson Band había muerto de un infarto, pero la autopsia reveló que falleció asfixiado por “estrangulamiento a lazo” y que presentaba lesiones de defensa.
La caja fuerte del domicilio estaba intacta y el único objeto de valor que faltaba era el celular, aparato a través del cual la víctima tenía acceso a sus cuentas bancarias.
Paniagua será interrogada en las próximas horas y se le presentarán todas las pruebas en su contra.
Fuente El Cronista