Miguel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol de España (CENAFE), ha cumplido su palabra y ha impugnado la convocatoria de elecciones a la presidencia a la Real Federación Española de Fútbol, que han sido convocadas para el próximo 6 de mayo. Galán arguye dos cuestiones jurídicas: la primera es la caducidad del mandato de 39 miembros de los que conforman la Asamblea, y el segundo el incumplimiento de la cuota femenina que exige la orden ministerial. El demandante considera que la RFEF debía convocar unas primeras elecciones para actualizar la Asamblea, ya que afirma que 39 de sus miembros han perdido la condición para poder participar en ella y deben ser sustituidos.
En 22 páginas, Galán argumenta su tesis y señala a los 39 asambleístas que, según él, han perdido esta condición, lo que les impediría participar en las próximas elecciones a la presidencia de la Federación. El presidente del CENAFE señala expresamente a Luis Enrique, exentrenador del Barcelona y actual técnico del PSG, y a Jorge Vilda, exseleccionador nacional femenino, campeón del mundo. Galán asegura que la configuración de esta Asamblea impide que todo aquel que quiera optar a la presidencia y opositar a Pedro Rocha no puedan reunir el mínimo de avales para poder optar a las urnas.
Galán cumple su palabra. El que avisa no es traidor y el mandatario ya avisó que en cuanto Rocha convocara elecciones las impugnaría. Para dejar constancia envió una carta a la propia Federación y también al CSD. «No tiene ningún sentido celebrar unas elecciones a la presidencia donde el 40% de la misma no puede asistir porque son entrenadores que están entrenando en otro país o futbolistas que han dejado el fútbol o árbitros que ya no pertenecen al comité de árbitros», se quejó, al tiempo que les pedía que actuaran para evitar la situación que ahora se ha dado y que podría retrasar la elección del nuevo presidente. El Tribunal Administrativo del Deporte deberá decidir ahora qué hacer: si suspende el proceso electoral o no.
Hay que recordar que la Asamblea está formada por 143 miembros entre jugadores, entrenadores, árbitros, clubes, federaciones territoriales y representantes del fútbol sala. Esta misma Asamblea fue la escogió a Rubiales en 2020. Precisamente, Galán considera que muchos de ellos no cumplen los requisitos necesarios para volver a votar. Dos de ellos fueron Luis Enrique y Jorge Vilda, que al dejar de ser seleccionadores nacionales deberían perder este poder. «La pérdida de esa condición voluntaria por parte de Luis Enrique Martínez García y Jorge Vilda Rodríguez, les inhabilita para participar en las actividades de la RFEF y en sus órganos de gobierno y representación, para ejercer el derecho de voto, así como para asistir a la Asamblea General Extraordinaria propuesta e impugnada por nosotros», explica Galán en su denuncia.
«El cambio de categoría del asambleísta, dentro de las competiciones oficiales de ámbito estatal, no implica a nuestro juicio la pérdida de la condición de miembro de la Asamblea General, toda vez que, (i) este cambio no supone variación alguna en el estamento de pertenencia (clubes, futbolistas, entrenadores y árbitros), (ii) que dicho el asambleísta seguirá afiliado a la RFEF y (iii) que el asambleísta seguirá participando en competiciones de ámbito estatal. En definitiva, el hecho cambiar de categoría no implica la alteración de la condición de elector o elegible por la que fue elegido el asambleísta. En el caso de que uno o varios asambleístas pierdan la condición por la que fueron elegidos, las bajas, de acuerdo con la Orden EFD/42/2024, no se producen de manera automática. Debe realizarse notificación fehaciente al interesado, con 10 días de audiencia y posibilidad de subsanación. Finalmente, en caso de que siguiendo el procedimiento antedicho se declararan bajas en la Asamblea General, procedería, primero, acudir a los suplentes y, si no son suficientes, convocar elecciones parciales, previamente a convocar elecciones a la presidencia», solicita Galán.
Fuente ABC