Llueve como siempre en Japón y los primeros entrenamientos deparan esa sensación de inutilidad que refleja el agua en la Fórmula 1. El gran premio nipón expone en la primera sesión un gobierno por la mínima de Red Bull frente al que parece su mayor desafiante en la actualidad, Carlos Sainz.
Sainz ganó en Australia a la heroica, en el salto de la cama de hospital por la apendicitis a la victoria en Albert Park. Y otra vez aparece en forma, en Suzuka, por delante de su compañero Leclerc en el primer entrenamiento y a dos décimas de los Red Bull.
Todo lo que su pudo extraer de la jornada fue esto, en relación a la posible pole de este sábado. Verstappen se puso al frente del pelotón con ruedas rojas (1.30:056), seguido por su compañero Checo Pérez y Sainz, a dos décimas.
A continuación se colocaron los dos Mercedes, Russell t Hamilton (a cuatro décimas), y más atrás Charles Leclerc (otra vez por detrás de Sainz) y en séptimo lugar Fernando Alonso, con el Aston Martin.
El equipo de Alonso lleva a Japón una evolución del fondo plano, la parte más importante de cualquier coche de Fórmula 1 en temas de aerodinámica, y se espera alguna mejoría de un bólido que ha empezado peor que el año pasado, cuando los podios de Alonso eran moneda corriente en las primeras carreras.
Igual que en Australia, hubo accidente de un Williams, el equipo que se solo pudo competir con un monoplaza en Albert Park por no disponer de otro chasis. En este caso, el golpe de Sargeant provocó una bandera roja en la pista.
La segunda sesión no sirvió para nada. Una fina lluvia en la pista influyó tanto como para que los coches permanecieran en los garajes para disgusto de los entusiastas aficionados japoneses, sin duda los más entregados de todo el mundo.
Fuente ABC