La asociación estadounidense de atletas interuniversitarios (NAIA) ha prohibido a las mujeres transexuales competir en deportes femeninos, adoptando una postura más dura que otros organismos deportivos que permiten a los atletas transexuales competir en función de sus niveles de testosterona, según informa Reuters.
La NAIA, que representa principalmente a pequeñas universidades, es menos influyente que la Asociación Nacional de Atletismo Universitario (NCAA), de mayor tamaño, pero su decisión supone un precedente con cierto peso político en el amplio debate estadounidense sobre los derechos de los transexuales.
Los deportes masculinos, sin restricciones
«Sólo las estudiantes-atletas de la NAIA cuyo sexo biológico sea femenino podrán participar en los deportes femeninos patrocinados por la NAIA», afirma la asociación en su comunicado. Según el mismo, las atletas que hayan iniciado una terapia hormonal masculinizante pueden participar en entrenamientos internos, prácticas y actividades de equipo, pero tienen prohibida la competición externa. Cualquier atleta elegible puede participar en deportes masculinos, dice la nueva normativa.
Kelley Robinson, presidente de la Campaña de Derechos Humanos, que aboga por los derechos LGBTQ, criticó la política como una «decisión cobarde que permite la discriminación«.
83.000 atletas en 250 escuelas
La NAIA cuenta con 83.000 deportistas en 250 escuelas, mientras que la NCAA tiene más de 500.000 atletas en 1.100 escuelas miembros. La política sobre transexualidad de la NCAA exige que los atletas transexuales se hayan sometido a un tratamiento de supresión de testosterona durante al menos un año y que se sometan a pruebas por debajo de determinados niveles en diferentes épocas del año.
La política del Comité Olímpico Internacional permite a cada federación deportiva establecer su propia normativa. Por ejemplo, en 2022, el organismo regulador de la natación, la FINA, estableció que las mujeres transgénero debían haber suprimido la pubertad masculina antes de los 12 años o no haber alcanzado un determinado nivel de pubertad masculina.
Esa política se anunció poco después de que la nadadora de la Universidad de Pensilvania Lia Thomas, una mujer transgénero que había hecho la transición recientemente, ganara el campeonato de 500 yardas estilo libre de la NCAA, lo que los críticos tacharon de injusto.
El mes pasado, más de una docena de atletas femeninas demandaron a la NCAA por permitir competir a Thomas, alegando que la política de participación transgénero violaba sus derechos civiles en virtud del Título IX, la ley federal que prohíbe la discriminación por razón de sexo en la educación.
Fuente ABC