López Miras: «No me pongo ningún techo político»>

Entre el público, atenta a sus palabras, escuchaba Ester Muñoz, vicesecretaria de Educación y Sanidad del PP, otro de los rostros de futuro de la formación, que acudió en representación del partido, cuyos dirigentes principales no pudieron acompañar a López Miras al estar reunidos en el comité de dirección. Aun así, las palabras del presidente murciano llegaron a Génova, donde se le reconoce como uno de los grandes activos del partido y para el que Feijóo tiene planes previstos si finalmente alcanza la Moncloa.

El hecho de que Pedro Sánchez se haya perpetuado en el poder le ha dado a López Miras una prórroga vital para poder alargar el proyecto que comenzó en 2017. Fue entonces cuando aterrizó en la presidencia de la comunidad, a la que llegó a mitad de legislatura por la dimisión de su predecesor –salpicado por un caso de corrupción–, forzada por Ciudadanos, entonces socio de gobierno del PP. Desde entonces, el murciano acumula dos elecciones ganadas y varias cicatrices políticas. Porque a punto estuvo de tener que abandonar su cargo cuando en 2021, una crisis provocada por la vacunación irregular de algunos altos cargos llevó a Ciudadanos a promover una moción en su contra, que finalmente fracasó.

«Lo más importante que haré en mi vida, el mayor honor que puedo ostentar, es dedicarle mis mejores años a la Región de Murcia y a ser su presidente. Mis mejores amigos están haciendo otras cosas. Centrados en asuntos sentimentales y negocios a los que yo ahora mismo no puedo dedicarme. Yo me debo a los murcianos y a servirles», reconoce López Miras. Una vida entregada a sus paisanos, a los que desea legar una comunidad y un país mejor antes de pegar, si se da el caso, el salto a la política nacional.

Para ello, el murciano aboga por discurrir por caminos alejados de la tensión que impera en los pasillos del Congreso. «Los políticos tenemos una responsabilidad que va más allá de la toma de decisiones políticas y que tiene que ver con la responsabilidad moral que tienen los gobernantes, que ya estaba recogida en el derecho romano, y que consiste en mejorar la convivencia y la conciliación, no dividir ni levantar muros. Nuestra época más triste como país fue la Guerra Civil y la Dictadura, pero es algo que hemos superado. Las generaciones que queremos liderar este país no estamos ya en la Guerra Civil aunque algunos se empeñen en ello», apuntó, en un intento por acercar la concordia. De hecho, reconocía también que sus encuentros con el ministro Óscar Puente, el más beligerante de los socialistas, fue cordial. En este sentido, aprovechó el Foro ABC para pedirle un esfuerzo político para mejorar las infraestructuras de la Región. «En algunos casos –en referencia a las frecuencias de los trenes más rápidos a Madrid– es una simple decisión política», explicó.

Otro de los asuntos que ha centrado buena parte de los esfuerzos del presidente en los últimos tiempos en en su intento por legar una Región mejor es el del Mar Menor, un paraíso natural de la Región que en los últimos años ha sufrido una degradación provocada por varios factores. «Me gustaría dejar un Mar Menor transparente, limpio y que sea un atractivo turístico. Una joya de la que sentirnos orgullosos», señaló, apelando al esfuerzo de todos para lograrlo.