La ciencia es una gran herramienta para explicar y entender los fenómenos del universo. Sin embargo, hasta el momento una pregunta que no tiene respuesta es si existe vida fuera de la Tierra.
Un nuevo estudio de la Universidad de Cornell, en New York indaga sobre los indicios de la vida en otros planetas y cómo podrían identificarse los mismos dependiendo de su color.
¿Cómo son los planetas donde hay vida?
El estudio publicado por Monthly Notices of the Royal Astronomical Society buscó explicar la teoría de que los planetas en donde hay vida, emiten un tono violeta característico debido a una extraña razón.
Los científicos clasificaron los colores y las firmas químicas de una gran gama de organismos y minerales. En el análisis se concluyó que las bacterias moradas pueden utilizar radiación infrarroja invisible para impulsar la fotosíntesis. Estos microrganismos podrían facilitar la vida en otros planetas.
Los investigadores creen que estas prevalecieron en la tierra primitiva y posteriormente proliferaron las bacterias con fotosíntesis del tipo vegetal, que abundan actualmente en nuestro planeta.
“Las bacterias violetas pueden sobrevivir y prosperar en tal variedad de condiciones que es fácil imaginar que, en muchos mundos diferentes, el violeta podría ser el nuevo verde”, sostuvo la Dra Lisa Kaltenegger.
¿Cómo será la investigación de los planetas?
En las próximas etapas del estudio se espera que observatorios planificados exploren la composición química de estos planetas y analicen si las condiciones de los mismos podrían permitir la existencia de agua líquida en la superficie.
“Si las bacterias violetas prosperan en la superficie de una Tierra congelada, un mundo oceánico, una Tierra bola de nieve o una Tierra moderna que orbita alrededor de una estrella más fría, ahora tenemos las herramientas para buscarlas”, afirmó Coelho, autora del estudio.
Los autores de la investigación esperan ahora que este nuevo sistema de detección de bacterias ayude a encontrar próximamente nuevas respuestas sobre la vida en el universo.
Fuente El Cronista