Los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) aprobaron “por amplio consenso” mantener los tipos de interés en el 4,5%, aunque “algunos miembros se sintieron lo suficientemente seguros” de bajarlos, debido al riesgo de un efecto mayor del deseado en la economía.
El BCE acordó en su reunión de política monetaria del pasado 10 y 11 de abril mantener por quinta vez consecutiva los tipos de interés en el 4,5%, la facilidad de crédito -la que presta a los bancos a un día- en el 4,75% y la facilidad de depósito -que remunera el exceso de reservas a un día- en el 4%.
Una decisión que, según se desprende de las actas de la reunión que el organismo ha publicado este viernes, se tomó “por amplio consenso”, después de que “una gran mayoría de los miembros” estuvieron de acuerdo con la propuesta del economista jefe del BCE, Philip R. Lane. No obstante, algunos miembros se mostraron “suficientemente convencidos” de que la inflación, la subyacente y la transmisión de la política monetaria “justificaban una reducción de los tipos de interés oficiales” en la reunión.
Las actas reflejan, por lo tanto, el inicio del debate sobre un posible recorte dentro del Consejo, después de que las autoridades bancarias tomaran por unanimidad la decisión de mantener la política restrictiva en las reuniones anteriores a la de abril.
Algunos miembros se mostraron “suficientemente convencidos” de que la inflación “justificaba una reducción de los tipos de interés”
En esta ocasión, los miembros a favor de una bajada recordaron que, desde la última subida de tipos oficiales en septiembre de 2023, los tipos de interés reales se encontraban cerca del máximo, al tiempo que consideraron probable que los efectos de la política restrictiva se mantuvieran aunque se bajara el precio del dinero.
Asimismo, señalaron que la reducción del balance del Eurosistema estaba contrayendo la economía y que existía el riesgo de que la inflación bajara más de la cuenta si persistía la debilidad económica.
En este contexto, estos miembros consideraron que, en la actualidad, el riesgo de bajar los tipos demasiado tarde era ahora “al menos tan alto” como el de hacerlo demasiado pronto, ya que podía tener “un precio demasiado alto en términos de descenso de la actividad“.
En cualquier caso, “se llegó a un amplio consenso” por el que los miembros acordaron mantener los tipos en los niveles actuales, a la espera de tener “más indicios de un retorno oportuno y sostenido de la inflación al objetivo” del 2 %.
“Los miembros subrayaron la conveniencia de esperar hasta junio para disponer de nuevas pruebas que confirmen o indiquen un cambio de las perspectivas”, se recoge en las actas, donde también se señala que se evaluarán los nuevos riesgos derivados de una posible escalada de las tensiones geopolíticas.
Una economía débil
Las autoridades monetarias coincidieron en que la economía se había mantenido débil en el primer trimestre y que los últimos datos daban señales “contradictorias” ya que, mientras algunos indicadores blandos se habían vuelto más favorables, otros duros apuntaban persistentemente a un menor crecimiento.
Concretamente, se señaló que, aunque el gasto en servicios resistía, las empresas manufactureras se enfrentaban a una demanda débil y una producción moderada, especialmente en los sectores de alto consumo energético. Con respecto a la inflación, consideraron que esta fluctuaría alrededor de los niveles actuales a corto plazo, aunque esta irregularidad en su bajada era “coherente con un retorno” al objetivo a mediados de 2025.
Los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) aprobaron “por amplio consenso” mantener los tipos de interés en el 4,5%, aunque “algunos miembros se sintieron lo suficientemente seguros” de bajarlos, debido al riesgo de un efecto mayor del deseado en la economía.
Fuente El Confidencial