En esta noticia
“Las reuniones de gabinete son muy divertidas. Cuando tenés gente talentosa se debate fuerte”, dijo Javier Milei entrevistado días atrás en El Observador. El Presidente considera esas ocasiones como eventos clave donde puede evaluar los objetivos cumplidos (y los que no) por sus funcionarios. Y también como el lugar propicio para que estos puedan decirse de todo y, finalmente, establecer las próximas medidas a anunciar.
Aunque su presencia era un habitué en los primeros meses de la gestión, Milei solo ha concurrido a tres reuniones en los últimos tres meses y medio de gestión: el 4, 9 y 23 de abril. Lo cierto es que durante ese período Milei viajó en dos ocasiones distintas a Estados Unidos, lo que obligó a que suspender alguna de estas. Sin embargo, hubo otras veces en las que no fue por llegar tarde o, a pesar de estar en la Casa Rosada, decidió no apersonarse.
“A Javier no le importan los formalismos. Mirá si alguien le va a decir algo si quiere salir más tarde de Olivos por quedarse jugando con sus perros o por cualquier razón”, describe un funcionario.
Algunas de estas ausencias se dieron en el contexto de los rumores que circularon sobre supuestos enfrentamientos del libertario con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Las versiones habían sido reconocidas a El Cronista semanas atrás tanto desde afuera como adentro del Gobierno.
Hubo una ocasión en la que se desarrolló una reunión de gabinete mientras que Milei se quedó desayunando en su despacho con su amiga y ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, quien durante esa semana había sido parte de rumores de un mal vínculo con Posse. Ese raid de operaciones cruzadas provocó que el jefe de Estado mandara un mensaje interno a su equipo. “Al que hace una operación, lo echo”, reveló el periodista Ignacio Ortelli en Clarín.
Desde la cúpula libertaria señalan que no hay ningún tipo de cambio importante previsto. Marcan que “no hay nadie imprescindible”, pero que Milei está conforme con su estructura ministerial.
“Lo que pasa es que los periodistas se comen todas las curvas”, se le escuchó decir -ofuscado- a un colaborador de extrema confianza de Milei en referencia a las versiones sobre diferentes disputan internas que recorren los medios de comunicación.
La denuncia y la nueva operación
Esta semana los ruidos se extendieron por fuera de las fronteras de la Casa Rosada y llegaron a las oficinas de la AFIP. A mediados de esta semana diferentes colaboradores del PRO difundieron que el administrador de la presidencia de Mauricio Macri, Leandro Cuccioli era el presunto reemplazante de la actual titular del ente, Florencia Misrahi. La renuncia del exfuncionario a su trabajo en Londres no hizo más que amplificar el ruido.
“Operación”, respondió tajantemente ante la consulta de El Cronista una fuente intachable del Ejecutivo, dando por descartado cualquier tipo de desplazamiento en el corto plazo. Aun así, tal y como contó este medio, las versiones sobre ese organismo siguen en pie.
Este nuevo runrún emergió días después de que también se hablara de la evaluación del desplazamiento de Rosana Lodovico, titular de la Aduana. La funcionaria fue denunciada judicialmente por haber contraído un préstamo con una empresa a la que se le computan acciones de contrabando. Esto fue consultado al vocero presidencial Manuel Adorni en su conferencia del lunes pasado, quien reconoció haber leído sobre eso y afirmó que todavía no había “ninguna determinación tomada”.
“El Presidente no va a permitir que haya actos de corrupción en el gobierno, ni nada que vaya en contra de lo que él pregona”, había agregado Adorni.
En tanto, la denuncia formulada por la diputada nacional de la Coalición Cívica, Marcela Campagnoli, recayó por sorteo en el juzgado de Ariel Lijo, el mismo quien es candidato a la Corte Suprema de Justicia de parte del Ejecutivo. Por lo pronto, el Presidente se debate sobre su continuidad o no al mando de la Aduana.
El nuevo rol de Karina
A pesar de los ruidos, lo que es una certeza es que la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, ha ampliado su involucramiento en los asuntos políticos de la gestión de gobierno. Este jueves presidió una reunión con la cúpula de diputados del PRO en Casa Rosada, la cual llamó por motus propio, sin presencia de funcionarios de la jefatura de Gabinete.
En las negociaciones que hubo durante el mes de abril, el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete fueron quienes presidieron los encuentros con todos los bloques dialoguistas; algo que no se repitió la semana pasada. “El rol de Nicolás con los gobernadores o jefes de bloque tuvo que ver con explicar la visión de la Ley Bases”, explican cerca suyo.
En cambio, desde el lado del Gobierno estuvieron dirigentes que están ganando casilleros en el esquema jerárquico libertario: tras la salida de Oscar Zago como jefe de bloque, la nueva dirección en Diputados está conformada por el cordobés Gabriel Bornoroni, el bonaerense Santiago Santurio y el santafesino Nicolás Mayoraz.
También participaron el armador nacional Eduardo ‘Lule’ Menem y el diputado José Luis Espert, quien el año que viene deberá renovar su banca y parte en la pole position para encabezar la boleta legislativa si es que antes no asume en algún cargo en el Ejecutivo.
Desde Jefatura entienden que su rol en la última semana estuvo en explicarle a los senadores los diferentes capítulos del megaproyecto de Ley. En las exposiciones de ese plenario de comisiones se dieron a conocer por primera vez las voces de dos técnicos clave de la gestión mileista: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo de la Nación, María Ibarzabal Murphy, quien es la principal experta en derecho administrativo del gobierno, con un rol clave para asesorar y sugerir la desregulación de normas.
Fuente El Cronista