Por Marcelo Bonelli
El ministro Caputo había prometido US$ 15.000 millones del FMI y hasta ahora fracasó.
El enojo de Joe Biden, las complicaciones internas y la inoportuna postergación de una licitación ferroviaria justo antes del choque de trenes del San Martín.
La cruzada de Javier Milei contra “la profesión”, podría tener una víctima en el equipo económico. Este jueves a la noche se insistía en que Joaquín Cottani estaba evaluando su futuro en el Ministerio de Economía, como colorario de los fuertes choques de Milei con su patrocinador, el ex ministro Domingo Cavallo.
La versión circula al máximo nivel de la Casa Rosada. Varios ministros insisten en que a Milei le gustaría que se marchara. Que renuncie solo. En Economía solo hay silencio. Dicen que Caputo “se hace el boludo”. Pero el arrumbado secretario de Política Económica está en el mayor hermetismo meditando su salida.
Cottani es una estrella de Wall Street. Estuvo en el equipo de Cavallo y colaboró con Mauricio Macri. Los lobos de Manhattan –en los arduos meses del verano– decían que Cottani estaba armando un verdadero plan de estabilización, para aplicar después del ajustazo de Caputo. Las ideas cambiaron en Milei. Encima, ahora el León está furioso con el Mingo. Dice que critica de envidioso y lo borró del reconocimiento a Carlos Menem.
Cavallo fue punzante en sus últimos dos informes. Tiró a la línea de flotación de Caputo. Milei explota en Olivos. Trata de estúpidos y fracasados a sus ex colegas. Y remata: “Critican porque fueron incapaces de hacer lo que yo pude”.
Milei actuó de inmediato. Hizo lo que hace con los que opinan distinto: los cancela. Ya no los atiende, ni responde. A muchos los borró del chat y a otros los bloqueó de sus redes. El León no soporta las críticas.
La obsesión de Milei aumentó por una sencilla razón: cada vez son más los economistas, y mayor el consenso, de que el tipo de cambio se atrasa y que no existe un plan central de estabilización.
En la “profesión” inisten en que el superávit fiscal es endeble y que Caputo utiliza artimañas de Sergio Massa para manipular la inflación. También que –en el segundo semestre– las inconsistencias de Toto pueden generar turbulencias.
La estrategia del ministro Luis Caputo, criticada desde distintos frentes. Foto Reuters
Milei, el martes a la medianoche, estaba solo en Olivos. Explotó contra Miguel Angel Broda. Miraba la TV y murmuraba: “Caradura liberticida”. Y después susurraba: “Pifiador serial”. Broda estaba pidiendo la salida del cepo.
Este tema incomoda a Milei. Porque sería la tercera promesa de campaña que aún no cumple: no dolarizó, no cerró el BCRA y ahora podría diferir la salida del cepo.
Por eso, la bronca del Presidente con los economistas va en aumento. En la lista también están el enfant terrible del mercado Carlos Rodríguez y el influyente Carlos Melconian. Alfonso Prat Gay está en la nómina negra, y Milei lo desprecia por ser radical: “Ignorante radical. Son nefastos”.
El miércoles bien temprano decidió embestir a “la profesión”. Se había levantado caliente: “Son fracasados y chantas”.
Ya Cristina había hecho lo mismo. La ex presidenta –cuando las papas quemaban– desató sus teorías conspirativas y acusó a estos economistas ortodoxos de formar El Club Devaluador. Un tiempo después el tipo de cambio explotó. Milei hizo su stand up en el Cicyp. Los hombres de negocios –como siempre– aplaudieron. Pero no gustaron los agravios y dicen que fue pobre el mensaje. Eduardo Eurnekian –su mentor e íntimo hoy con el Presidente– expresó ese sentimiento a su manera: “Que Milei se ponga las bolas y dirija el país”. Esta vez no imitó a Melco y su actuación fue dirigida a Broda. Imitó su voz y repitió: “Cepo, cepo, cepo”.
Clarín anticipó que el equipo económico quiere postergar su eliminación hasta fin de año. El propio Toto lo volvió a decir en una reunión secreta con empresarios de IDEA. Fue hace una semana en el hotel Sheraton. Había 30 capos de empresas: “No hay apuro para salir del cepo. No hay fecha”. Así corrigió hasta a Pablo Quirno, secretario de Finanzas y tuitero tardío, que polemiza en busca de seguidores.
El equipo económico está cómodo con el cepo. Les permite acumular reservas –porque frena importaciones– y manipular la tasa de interés. Sin cepo la baja de las tasas hubiera hecho explotar al dólar. Eso le dijeron –en el memo público– los burócratas del FMI. Luis Cubeddu le critica a Toto tres cuestiones clave: el atraso del dólar –lo sitúan en un 20 %- , la inconsistencia del superávit fiscal y también las tasas altamente negativas.
Javier Milei volvió a hablar ante empresarios, que aplaudieron. Como siempre. Pero su mensaje les dejó gusto a poco. Foto Reuters
Las dudas del FMI
El Presidente y su ministro están inquietos por esas cosas y también porque Kristalina Georgieva no abre la mano. Caputo había prometido US$ 15.000 millones y hasta ahora fracasó. Kristalina siempre responde: “No hay plata para Argentina”. Después manda –como este jueves- a la vocera Julia Kozack a suavizar las cosas. En el directorio hay una fuerte resistencia a ayudar a Argentina.
Primero, porque no confían y quieren ver cómo evoluciona el plan de la Casa Rosada. Siguen las dudas sobre Milei. Están los directores históricamente refractarios: el alemán Joerg Stephar y el japonés Jun Mizuguchi. Molestos porque Argentina es una incumplidora serial.
Ahora están también de punta directores molestos por bravuconadas de Milei contra sus gobiernos: Brasil, México, Colombia, todos los países árabes y el director de China. EE.UU no desbloquea este frente. Una decisión de Janet Yellen haría que todos apoyen a Argentina.
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El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, con la canciller Diana Mondino y funcionarios argentinos en el Cato Institute, uno de los think tanks más conocidos de la derecha estadounidense.
La Casa Blanca es un témpano. Joe Biden no perdona que Milei se embandere con Donald Trump. Milei viajó en febrero y eufórico le dijo a Trump: “La próxima vez que nos veamos, Usted va a ser presidente”. Así, Milei incumplió un compromiso que asumió con el propio embajador Marc Stanley.
Posse, en nombre del presidente, se había comprometido ante Stanley que Milei no se iba a meter en la política interna de Washington. Stanley transmitió el compromiso político y quedó colgado del pincel. Ocurrió exactamente lo contrario.
Muchos están esperando lo que ocurra en el Senado. El golpeado Mariano Cúneo Libarona completó un informe sobre la Corte. Ese documento confidencial dice lo siguiente: Ariel Lijo tiene 3.578 adhesiones y 328 impugnaciones. Manuel García- Mansilla 3.128 apoyos y 110 críticas.
Antes se tratarán las leyes. Este jueves a la noche estaban empantanadas. Se aprobarán en general pero tendrán cambios sustanciales en el texto. Se trata de una licuación fuerte: como anticipó Clarín, se vetaría la privatización de Aerolíneas.
Joe Biden, molesto porque Javier Milei está embanderado con Donald Trump de cara a las elecciones de EE.UU. de este año. Foto AFP
El frente interno de Milei
Otra vez existe tensión entre Karina y Victoria Villaruel. El tramo final de la negociación es errática y la vice aclaró: “Yo no participo de nada”. La reunión –hace semanas- entre ambas tuvo alto voltaje. No hubo acuerdo sobre la forma del armado político futuro y Karina decidió no cumplir con lo acordado con Villaruel.
También hay tensión entre Franco Mogetta y el equipo de Caputo. Existe documentación que quema: es por el accidente de trenes. La Coalición Cívica está hurgando y podría terminar en una denuncia penal contra todos en Economía.
La licitación estaba lista para adjudicar la señalización en el San Martín. Una oferta del consorcio Siemens-Panedile-Hersoc. Caputo la postergó y frenó, a pesar de tener financiación del BID. Un día antes del grave accidente se volvió a postergar por un trimestre. Fue por nota y hasta el 9 de agosto.
El mayor problema ocurrió en el medio. Quirno propuso -e intentó- apropiarse del préstamo del BID: pidieron derivar ese dinero al BCRA y así aumentar las reservas.
La maniobra no prosperó. Fue por la respuesta del BID: rechazaron por nota el audaz pedido de Economía.
Fuente Clarin