Un jiennense, una malagueña, un maño y un sevillano iban en un coche camino de El Rocío. Puede sonar a chiste, pero es la situación que, como les habrá ocurrido a otros tantos, vivió el que escribe en las horas centrales de este viernes. La devoción a la Virgen del Rocío no conoce fronteras y conecta los caminos de personas de muy diversa índole, edad y, por supuesto, procedencia.
«Vengo de Zaragoza, ya he venido otras veces con la hermandad de Rota. Siempre me ha encantado. Este año no tenía pensado venir, pero me lo propusieron esta misma semana y no he podido decir que no». La sonrisa llegaba de una oreja a la otra, y no era para menos. Es una oferta muy tentadora, casi irrechazable, acudir a la romería y poder disfrutar de estos cuatro días de gozo, por muy lejos que te coja o poco que te lo esperes. Tal es el inefable poder de atracción de la Blanca Paloma.
Sea como fuere, es indiscutible que la aldea de El Rocío ya se encuentra completamente inmersa en su romería, que desde hace una década comienza el viernes en lugar del sábado. La decisión, tomada en su momento para dar hueco a las cada vez más hermandades filiales que peregrinan a la aldea para postrarse ante la Blanca Paloma sin que las presentaciones se extiendan hasta horas muy tardías del sábado, se ha asentado como una primera tarde de confraternidad y desfiles de romeros en el entorno de la ermita.
La Castrense, con la Policía Nacional
Torremolinos y Montequinto, las corporaciones que abrían la ronda de presentaciones en la ermita a eso de las seis de la tarde, estrenaban mayoría de edad. En su segunda romería como filiales, la 127 y 126, es la primera vez que acuden en solitario, sin el abrigo de sus madrinas, por lo que la presentación quedará para siempre en la memoria de sus romeros. «Nos acordamos de unos amigos nuestros que no han podido venir porque están en el hospital», comentaba emocionado un matrimonio de Montequinto que, a buen seguro, lo primero que ha pedido a la Virgen al tenerla delante es que la próxima primavera puedan estar todos juntos en la aldea almonteña celebrando Pentecostés y dando gracias a la Reina de las Marismas.
Durante la tarde fueron discurriendo las 47 filiales más jóvenes en una primera jornada agradable en cuanto a la climatología y también en lo que respecta al bullicio. La hermandad de Cartaya, del año 2009, se presentó como la que llevara décadas y décadas pasando ante la Virgen del Rocío, con una comitiva multitudinaria en la que no faltó la peregrina que se quejaba en tono jocoso de que se había puesto «de arena hasta las orejas». La Castrense, primera de las hermandades de Sevilla capital en ser recibida por la Matriz, se presentó en la explanada del santuario con la carreta de su original simpecado precedida de un elegante cortejo formado por policías nacionales y guardias civiles a caballo a modo de homenaje por los doscientos años que se cumplen del primero de estos cuerpos de seguridad del Estado. Todos ellos desfilaron por delante de la puerta mayor del santuario.
La Macarena se presentó de noche
Caía la tarde en la aldea y la luz del ocaso comenzó a teñir de dorado a los peregrinos de las hermandades que se acumulaban esperando su turno para la presentación. El mismo color dorado del cordón, la cinta del sombrero y los bordados del simpecado de la hermandad de la Macarena, que acababa de llegar a El Rocío y aguardaba a poder postrarse a las plantas de la Blanca Paloma como broche de, cómo no, oro a este viernes de romería.
Mucho tiempo a pie parado por algo de retraso acumulado en el santuario iba mermando las fuerzas de unos romeros que ya llevaban tres días de camino a sus espaldas, pero cuya ilusión por ver a la Virgen los mantenía con buena fe y ánimo. Su llegada a la puerta mayor del santuario, ya con la noche echada, fue bien recibida y aplaudida por el público que aún quedaba. Eso sí, abundaban los ponchos, mantones y chalecos, porque, una vez escondido el sol, el frío se hizo dueño de la aldea. Un frío totalmente contrapuesto al calor que inunda los corazones de tantos y tantos romeros llegados de todas partes que ya se encuentran junto a la Virgen. Y los que quedan por llegar. Y los que sueñan a todas horas con El Rocío a pesar de la distancia.
Este sábado, continuarán las presentaciones de las hermandades filiales a partir de las doce del mediodía, comenzando por la primera y más antigua, la de Villamanrique. Tras ella, irán pasando por la explanada de la ermita el resto de las filiales hasta Valencia, la número 80, que llegará a la puerta mayor del santuario a eso de las nueve y media de la noche, si se cumplen los horarios estimados.
Fuente ABC