Por Nicolás Wiñazki
Fuentes cercanas al jefe de Gabinete afirmaron que la secretaria General de la Presidencia le negó que le vayan a pedir la renuncia, luego de su ausencia en el acto del Luna Park. Otro sector del Gobierno lo niega y le adjudican los retrasos en nombrar funcionarios, entre otros errores.
A las nueve y dieciocho minutos de la mañana del sábado 25 de mayo, Nicolás Posse esperaba al presidente Javier Milei en la Casa Rosada. Pululaban por ahi el resto de los ministros. El Gabinete acompañaría caminando al Jefe de Estado hacia la Catedral de Buenos Aires para escuchar el Tedeum. Es un equipo en crisis.
Las versiones de renuncia o del despido de Posse de la Jefatura de Gabinete de Ministros causó estrépito en el oficialismo. Diversas fuentes de la Casa Rosada, muy influyentes, repitieron la versión que afirma que Posse va a dejar su cargo por orden de Milei y de su hermana, la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
Posse finalmente caminó junto a los ministros y a los Milei a escuchar la homilía del obispo porteño Jose García Cuerva. El Presidente lo trató con frialdad. A la tarde viajó junto al resto del Gobierno a Córdoba. Lo hizo en un avión en el que estuvo también la vice, Victoria Villarruel, y todos los miembros del Gabinete que él lidera.
El Presidente y su hermana volaron en un jet por separado. Protocolos de seguridad. Posse, pasadas las horas de mayor frenesí y vértigo negativo, ahora se defiende. Así explicó su situación frente a sus asesores de confianza. Sus amigos. “No me pidieron la renuncia soy víctima de una operación salvaje”, repitió, de acuerdo a lo reconstruido por Clarín en base a fuentes inobjetables. El funcionario está molesto porque se convenció de que la usina de rumores sobre su salida de gobierno es generada desde algunos despachos de la Casa Rosada o “por alguien que quiere generar una crisis desde afuera”.
Posse aseguró, siempre ante interlocutores que comparten su intimidad, que ni el presidente, ni su hermana Karina, le pidieron que deje su cargo. En la jefatura de Gabinete, sin embargo, admiten que la respuesta que le dio Javier Milei al periodista Luis Majul cuando le pregunto por su posible renuncia, no ayudó a dejar en claro que de ningún modo pensaba en reemplazarlo: “Después de que se vote la ley Bases, todo el Gabinete va a entrar en revisión”, respondió el jefe de Estado al interrogante que carcome a su amigo Posse.
Las fuentes oficiales consultadas por Clarín afirmaban, al menos hasta ayer a las cuatro de la tarde, que el funcionario no había podido hablar del tema con Milei, pero sí trató la cuestión con la todopoderosa Karina, el viernes por la noche, en la Casa Rosada. Siempre de acuerdo a las versiones de funcionarios de jefatura de Gabinete, la hermana Karina negó frente a Posse que tanto ella como su hermano habían decidido pedirle la renuncia. Ella habría dicho que todo se trataba de un malentendido provocado adrede para dañar al Gabinete y generar una crisis en el gobierno.
Los asesores de Posse también consultaron sobre la posible salida de su jefe al equipo del principal consejero del presidente, Santiago Caputo: la respuesta que recibieron fue la misma que transmitió Karina Milei al propio funcionario. El jefe de Gabinete chateó con el Presidente durante todo el viernes, pero como este se había quedado trabajando en la Residencia Presidencial de Olivos, no habían podido coordinar una reunión cara a cara. Posse es amigo de Milei hace 20 años. Trabajaron juntos en la Corporación América. “Pasamos por mil cosas, situaciones de la vida, como ocurre con los amigos”, grafica el coordinador de los ministros cuando hace alusión a su cariño con Milei, y agrega: “Si Javier quisiera que yo renuncie solamente me lo tendría que pedir. Sin lugar a dudas yo aceptaría de inmediato”.
Hace al menos dos meses que en la Casa Rosada diferente funcionarios calificados dejan trascender que Posse dejaría su puesto. Fueron esas fuentes las que aceleraron la instalación mediática de la crisis en los equipos de gobierno cuando se difundió la información de que Posse no había sido invitado al acto del Luna Park que Milei encabezó el jueves pasado. El jefe de Gabinete le aclaró a sus funcionarios que le preguntaron por el tema que no participó de ese mitin porque tenía otras obligaciones que cumplir. Su caminata con el Gabinete y los Milei desde la Casa Rosada a la Catedral, y su presencia en el Tedeum, y el posterior viaje de Pose a Cordoba junto al resto de los funcionarios fue parte de los argumentos que también esgrimió el jefe de Gabinete para intentar desmentir que los Milei habían dejado de confiar en él.Gira por EE.UU de Nicolás Posse, Luis Caputo y Javier Milei. Otros tiempos.
“Si Nicolas se fuera del gobierno renunciarían también muchísimos otros funcionarios que llegaron la función pública por pedido de él“, alertan en su despacho. Ocurre que el jefe de Gabinete supo ocupar de espacios de poder gracias a diferentes medidas que le dieron centralidad, por ejemplo, en área sensibles del Estado, como la Agencia Federal de inteligencia, que por decisión de Milei pasó a reportar a Posse y no al Presidente, tal como dictaban las normas hasta que fueron modificadas por esta gestión.
A eso se suma, entre otras variables, la publicación de otra norma que determinó que sería la Jefatura de Gabinete el organismo que debe analizar y aprobar la designación de todos los funcionarios importantes, como directores, otras categorías menores, para que sean nombrados en todas y cada una de las empresas que son propiedad del Estado o en las que también participa el Gobierno por ser propietaria de acciones en conjunto con privados.
El despliegue de funcionarios de confianza de Posse en esas, y otras áreas estratégicas del gobierno, sumado a muchas otras designaciones que impuso en los organigramas de varios ministerios, le generaron rivales en la interna de los libertarios. Posse es consciente de que hace varias semanas se lo menciona como si fuera el próximo funcionario que dejará su cargo. El viernes pasado, él mismo presidió la reunión de Gabinete por ausencia de Milei. Empezó su exposición contando los detalles de su último viaje a los Estados Unidos. Era un gesto hacia la interna del Gobierno que le devolvía, se supone, fortaleza política.
En Washington, Posse había tenido reuniones consejeros de política exterior de Joe Biden, Jake Sullivan y Anthony Blinken. Se vio además con la titular del Departamento del Tesoro, Yannet Jellen. Con cada uno de esos funcionarios tenía acordadas reuniones breves, pero todos los encuentros se extendieron más de lo previsto. Posse considera que fue un logro y una muestra más de la confianza que generó la administración Milei con la Casa Blanca.
Su misión fue intentar convencer a sus anfitriones de que los Estados Unidos ayudasen a destrabar préstamos de organismos multilaterales de crédito para la Argentina, pero también solicitó ayuda para temas que nadie en su oficina dejó trascender. Posse no había confirmado su viaje a Córdoba, pero en medio de la turbulencia sobre su estabilidad en la Jefatura de Gobierno reacomodó su agenda y estuvo allí como el resto de la cúpula de la Presidencia. Clarín preguntó a funcionarios que conocen como casi nadie a Posse sobre algunos de los cuestionamientos internos, y de aliados de La Libertad Avanza, sobre la efectividad del trabajo del Jefe del Gabinete, y hasta sobre su fidelidad con el equipo de Gobierno.
Las respuestas reproducen, palabras más, palabras menos, la versión oficial de quienes trabajan junto a Posse. Una de las críticas que suele recibir el funcionario es que retrasa nombramientos fundamentales en el organigrama del Estado, y que incluso Mauricio Macri le ofreció nombres de técnicos que podrían ayudar a agilizar la gestión: “Es falso. Tenemos un enorme trabajo por hacer. Estamos denunciando ‘curros’ de posible corrupción, y eso genera enemigos. Respecto a Macri, es cierto que entregó un listado de nombres para aportar valor al Gobierno. Le explicamos que muchos de sus postulantes ya habían sido designados.
El trato que tiene que Posse con el ex presidente es cordial, aunque disienten en metodologías, tanto en la actualidad como en la campaña. Por ejemplo, Macri era crítico de la organización de la fiscalización de LLA en las elecciones y llegó a decir que por culpa de Nicolás (Posse), Massa iba a ser Presidente: la realidad mostró que el equivocado era él”.
El jefe de Gabinete es el verdadero jefe de la AFI aunque haya designado allí a uno de sus hombres de confianza, Silvestre Sívori. Funcionarios y hasta legisladores amigos de Milei se quejaron de que eran víctimas de espionaje interno: “esas acusaciones no tienen ningún sustento. Posse sería incapaz de traicionar o cometer delitos vinculados a la Inteligencia. Es verdad que generó vínculos con el titular de la CIA, William Burns, con quien se reunió tres veces. Su energía “está puesta en reconstruir un servicio secreto nacional que los Kirchner destruyeron. También se ganó la confianza del Mossad”.
Otro cuestionamiento que en el oficialismo le hacen al jefe de Gabinete es que no habla en público nin da entrevistas. Posse lo ha dicho ante diferentes funcionarios que le preguntaron por este tema: “Cuando Milei le pidió que lo acompañe en el Gobierno, él le dejó claro que iba a tener que trabajar la mayor parte del día, y que si se ocupaba de relacionarse con la prensa perdería tiempo valioso que hace falta para mejorar la gestión. El Gobierno tiene voceros muy calificados, como Manuel Adorni, entre otros. El jefe de Gabinete no tiene problemas para exponer ante la opinión pública: lo demostró cuando realizó su informe ante el Senado”.
Con todo, cuando las versiones de renuncia afectan a alguien que ocupa un cargo de absoluta relevancia como lo es la Jefatura de Gabinete, es el Presidente el que puede hablar o hacer gestos para terminar con malentendidos, quizás malintencionados. Salvo que sea el propio titular del Poder Ejecutivo el que permita “dañar” en los medios la imagen de su mano derecha, adrede, siendo permisivo con quienes operan en su contra. Nicolás Posse, 58 años, Ingeniero Industrial, ex directivo de importantes empresas multinacionales, una hija, casado, jura que esos escenarios tan negativos no son reales. ¿Será? Hasta ahora, ni Milei, ni ninguno de sus ministros lo defendieron en público de la “operación salvaje” de la que dice ser víctima.
Fuente Clarin