El doble rasero antisemita del gobierno de Pedro Sánchez con Israel y con Rusia
Algunos creen que el antisemitismo es meramente el hecho de expresar odio a los judíos, pero ese odio se manifiesta de diversas formas.
Antisemitismo también es aplicar un doble rasero a Israel y a otros países
La definición de antisemitismo más extendida en Occidente es la que han suscrito los países de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), que está integrada por 35 países, entre ellos España e Israel. Hay que señalar que esta institución no considera que las meras críticas a Israel sean antisemitismo, como es lógico. No obstante, La definición de la IHRA considera antisemitismo lo siguiente, entre otras cosas: “aplicar un doble rasero al pedir a Israel un comportamiento no esperado ni exigido a ningún otro país democrático“.
El gobierno de Sánchez asumió esa definición de antisemitismo en 2020
La IHRA fue fundada en 1998. España se unió a esa Alianza en enero de 2008, bajo el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, España no suscribió la definición de antisemitismo de la IHRA hasta julio de 2020, bajo el gobierno de Pedro Sánchez. Esta adhesión fue celebrada por la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), que esta semana acusó a la vicepresidenta comunista de Sánchez, Yolanda Díaz, de antisemitismo, por utilizar el mismo lema “desde el río hasta el mar” que usan los terroristas de Hamás.
Margarita Robles ve un ‘genocidio’ en Gaza pero no en Ucrania
Teniendo en cuenta la definición de la IHRA, el gobierno de Pedro Sánchez está incurriendo en actos claros de antisemitismo al acusar a Israel de “genocidio” y al no hacer esa acusación contra otros países. Hasta ahora, los miembros del gobierno español que sostenían esa falsa acusación contra el Estado judío han sido los de su facción comunista. Ayer, la socialista Margarita Robles se unió a esa acusación calumniosa contra Israel, siendo la primera integrante del PSOE dentro del gobierno que se suma a ese bulo.
Hasta ahora, Margarita Robles no ha acusado ni una sola vez a Rusia de estar cometiendo un genocidio en Ucrania, como tampoco lo han hecho las ministras comunistas del gobierno que han lanzado esa acusación contra Israel. El año pasado, al cumplirse el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, el fiscal ucraniano Yuriy Belousov, jefe del departamento de Crímenes de Guerra de la Fiscalía General de Ucrania, señaló que Rusia ya había asesinado a 100.000 civiles ucranianos. Se trata de una cifra emitida por la Fiscalía de un país democrático invadido por Rusia. Sin embargo, esa cifra ha sido mucho menos difundida que las cifras falsas publicadas por Hamás sobre Gaza. Unas cifras difundidas, entre otros, por Pedro Sánchez.
El doble rasero del gobierno de Sánchez con Israel y con Rusia
Hasta ahora, Sánchez sólo habló de un posible “genocidio” en Ucrania al referirse a la masacre de Bucha, en donde las tropas rusas asesinaron a sangre fría a cientos de civiles ucranianos desarmados y maniatados. Ni Sánchez ni ninguno de sus ministros han acusado a Rusia de “genocidio” por la invasión de Ucrania en su conjunto, que hace un año ya había alcanzado esa terrible cifra de 100.000 muertos, una cifra que los miembros del gobierno de Sánchez no han difundido ni una sola vez, tal vez porque Israel no está metido en esa guerra.
El gobierno de Sánchez ni siquiera llama ‘terrorista’ al régimen de Putin
En noviembre de 2022, el presidente ucraniano pidió a Sánchez declarar “terrorista” a Rusia, pero el dirigente socialista español no le ha hecho caso. Para que nos hagamos una idea, en diciembre de 2022 Polonia, Letonia, Lituania, Estonia, la República Checa, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y el Parlamento Europeo ya habían declarado “terrorista” a Rusia. Además, Lituania, Estonia y Polonia ya habían acusado a Rusia de “genocidio”.
A diferencia de esos países, el gobierno español y la mayoría parlamemtaria izquierdista del Congreso no han suscrito hasta ahora ninguna de esas dos acusaciones. Sin embargo, la izquierda española no cesa de lanzar contra Israel falsas acusaciones de genocidio y de terrorismo, unas mentiras que también se han lanzado desde el propio gobierno de Sánchez. Así pues, el gobierno español es antisemita según la definición que él mismo suscribió, ya que no sólo aplica un doble rasero para al pedir a Israel un comportamiento no esperado ni exigido a ningún otro país democrático, sino que además lanza contra un país democrático como Israel unas gravísimas acusaciones que no lanza contra una dictadura como Rusia.
Israel es un país agredido y Rusia es un país agresor
Tengamos en cuenta que Rusia viene perpetrando masacres de civiles desarmados y maniatados y atacando indiscriminadamente a la población civil, sin llamar antes de atacar para evitar bajas de civiles ni facilitar las evacuaciones de las zonas atacadas, al revés de lo que hace Israel en Gaza. Si Israel cometiese siquiera la décima parte de las atrocidades que Rusia comete en Ucrania, sus embajadas serían asaltadas e incendiadas en todo el mundo. Y eso a pesar de una diferencia fundamental: Israel es un país agredido que está llevando a cabo una operación defensiva contra los terroristas de Hamás, que fueron quienes iniciaron esa guerra en Oriente Medio, mientras que Rusia es un país agresor: fue su invasión la que inició la guerra en Ucrania.
El único gobierno de la UE que ha lanzado acusaciones de genocidio contra Israel
En la actualidad, el gobierno de Sánchez es el único gobierno de la Unión Europea que ha lanzado acusaciones de “genocidio” a Israel, una acusación en la que ese gobierno se alinea con aliados de Hamás como Irán, Turquía, Venezuela y Sudáfrica. A esto hay que añadir los elogios de Hamás al gobierno de Sánchez, que completan la vergonzosa imagen de España que están dando socialistas y comunistas.
Casualmente, España está comprando más gas ruso que nunca. Eso podría explicar ese doble rasero del gobierno de Sánchez: mientras calumnia a Israel, evita acusar de terrorismo o de genocidio a Rusia porque le compra gas. Un ejemplo más de la rastrera política exterior del gobierno español, que es el único gobierno de la UE con ministros comunistas, una ideología en la que abundan los tontos útiles de Putin. Recordemos que hace dos años, la actual ministra comunista Sira Rego estuvo entre los pocos diputados (39 de 676) que no quisieron condenar la invasión rusa de Ucrania en el Parlamento Europeo.