Reyes Maroto ha subido al atril, con chaqueta y kufiya –el tradicional pañuelo palestino–, y ha dedicado sus primeras palabras al reconocimiento del Estado palestino anunciado poco antes por Pedro Sánchez: «Hoy es un día histórico». La portavoz socialista ha continuado pidiendo a José Luis Martínez-Almeida que «se ponga por primera vez al lado del Gobierno de España», que detenga los «gestos de desprecio hacia el Gobierno y su presidente», que es el «rey de la descalificación y del bulo». En su turno de palabra, el alcalde ha replicado con una sonrisa: «En ocasiones tengo la sensación de que es una agente doble del PP. Considero que es la mejor oposición para seguir siendo alcalde durante muchos años». La bancada del PP ha repetido esa misma dinámica, este martes, durante todo el pleno del Ayuntamiento de Madrid.
La oposición atacaba y el Gobierno de Almeida respondía sin complejos, marcando distancias con el PSOE y Más Madrid, pasando por alto las críticas de Vox. Ha sido una sesión sin sorpresas. La tensión disparada desde el año pasado, que explotó en septiembre cuando el edil socialista Daniel Viondi propinó tres cachetes a Almeida en la cara, ya es una constante cada mes en Cibeles; si acaso, en este último hemiciclo se ha rebajado (ligeramente) el tono, sin que se hayan producido cachetes, expulsiones, llamadas al orden o agresiones. Almeida se ha desenvuelto como de costumbre, cómodo en los cara a cara, lanzando un mensaje claro a derecha e izquierda: «Debatamos sobre modelos de ciudad, porque no tenemos ningún problema, como demostraron los madrileños hace un año dejando claro cuál es el modelo de ciudad que ellos quieren. Todavía no se han recuperado de que lo pasó el 28 de mayo de 2023».
Este martes se cumple un año de la victoria popular en las elecciones municipales: Almeida arrasó con el 44,5% de los votos. Incluso los distritos del sureste, tradicionales feudos socialistas, y otros que se habían volcado con el Más Madrid liderado por Manuela Carmena, se tiñeron de azul. El alcalde revalidó el cargo sin cadenas políticas –Ciudadanos desapareció–, con una mayoría absoluta que no se veía desde los tiempos de Alberto Ruiz Gallardón. La crispación que impregna cada pleno no ha empañado ese primer aniversario: «Me siento orgulloso de que en mi grupo municipal, de que ninguno de estos 29 concejales, le ha puesto la mano en la cara a otro, ninguno ha intimidado a otro tirando papeles y una botella de agua, y ninguno ha llamado nazis a miembros de otro grupo municipal«, ha declarado el primer edil.
Reyes Maroto ha achacado a Almeida esa tensión, esas faltas de respeto que toman Cibeles a menudo; la del mes pasado terminó con Rita Maestre y todo su grupo municipal abandonando el pleno tras un rifirrafe por llamar «nazis» a los concejales de Vox. Este martes, Maroto ha defendido a Pedro Sánchez ante los insultos de Almeida –«macho alfa, caudillo populista, autoritario, corrupto estratosférico o señor bulo»–, mientras el alcalde reía en su escaño. «Usted es un fracaso como alcalde porque ha dejado de preocuparse por los madrileños», ha dicho la portavoz socialista. «Si pretende que le llame el puto amo, olvídese», ha ironizado Almeida, «¿usted se acuerda cuando me llamó terrorista ambiental?, ¿cree que es ejemplo de concordia?».
Según el regidor, el «cambio absoluto» que se ha producido en el ambiente plenario es culpa de Maroto, la exministra que desde el principio se presentó como «sanchista». «Las relaciones que teníamos con [los anteriores portavoces socialistas] Pepu Hernández o Mar Espinar le garantizo que no son las que tenemos con usted. Con usted no es posible llegar a ningún acuerdo, porque solo entiende la política desde el sanchismo, desde la confrontación y desde el insulto», ha aseverado Almeida. Siempre rematando con el recuerdo del 23J: «Asuma que este partido hace un año obtuvo la mayoría absoluta y la confianza de todos los madrileños», ha añadido.
De la «crueldad» del PP a Hamás Madrid
El pleno de Cibeles es el día grande de la política madrileña, la arena donde se debaten los asuntos municipales, el lugar en que la oposición fiscaliza la gestión del ayuntamiento de la capital de España. Este martes se han aprobado algunas cuestiones, como la defensa de la tauromaquia (con el apoyo de Vox) y la transformación de dos edificios históricos junto al Palacio de Liria en un hotel, pero las intervenciones siempre discurren por otros temas candentes. En esta ocasión, Gaza.
La primera intervención, la de la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, en la que preguntaba a Almeida por el «colapso» de la red de atención a las víctimas de violencia de género, ha culminado con un duro reproche.
–Ayer (por el lunes), usted tocó todos los récords históricos de crueldad, después de que cincuenta personas murieran asesinadas, quemadas vivas, niños y niñas, dijo textualmente: «Los que provocan, ahora vienen a hacerse los ofendidos». Son las palabras más crueles y más indignas que ningún alcalde ha dicho nunca sobre una situación como esta.
–¿Sabe lo que es cruel? Que ustedes no distingan el pueblo palestino de Hamás, y a mí el pueblo palestino me merece todo el respeto; Hamás todo el desprecio. Siempre combatiré a Hamás, y a mí Hamás nunca me dará la enhorabuena por mis palabras o mis acciones –contestó el alcalde.
Maestre, cuya camiseta rezaba «Free Palestine» (Palestina libre), se refería a las declaraciones de Almeida tras el bombardeo israelí en Rafah sobre un campo de palestinos desplazados. Sin embargo, el regidor ha aclarado que no aludía a «los bebés de Gaza», sino que «cuando hablaba de ofendidos lo hacía del Gobierno». «No voy a tolerar ni un solo bulo más sobre mis declaraciones», ha aseverado.
Uno de los puntos más tensos ha sido la proposición de Más Madrid que reclamaba el «cese» del presidente del Pleno, Borja Fanjul, por la creación del Grupo Mixto el pasado mandato anulada por la Justicia, un «posible caso de prevaricación», y su «doble rasero» en las sesiones de Cibeles, según ha defendido el portavoz adjunto de Más Madrid, Eduardo Rubiño. Antes de entrar en el asunto, el líder de Vox, Javier Ortega Smith, le ha interpelado: «Una previa para el portavoz de Hamás Madrid: violar a mujeres y niñas, decapitar a ancianos, secuestrar a jóvenes, no es legítima defensa». Mientras hablaba el concejal, Fanjul pedía silencio a la bancada de Más Madrid que jaleaba y protestaba por un insulto que Ortega Smith repite en cada hemiciclo. Rubiño ha aprovechado para ironizar y pedir a Fanjul el «listado permitido de insultos».
Vox tampoco ha tenido palabras dulces para el PP, al que ha acusado de ser «el aliado del sanchismo en Europa». Almeida, no obstante, apenas se ha esforzado en devolver el golpe, y en el hemiciclo ha incidido en su «irrelevancia»: «Si Vox quiere atacar al PP, que lo haga, nosotros tenemos que ofrecer el proyecto alternativo que España se merece. Somos la única alternativa para acabar con el sanchismo». Después de siete horas de pleno, los 29 concejales del PP han posado juntos por el primer año de mayoría absoluta, una foto repleta de sonrisas, encabezada por un Almeida más henchido que nunca.
Fuente ABC