Sergio Massa todavía no le puso fecha a la presentación de su libro, aunque analiza la posibilidad de reaparecer en público con “Querer un país” en el transcurso del próximo mes. Depende del contexto económico, social y político. No quiere mostrarse en algún momento de “zozobra” ni aparecer “carancheando” la situación.
Lejos de bajar el perfil, está activo y en plena rosca política. En los últimos días compartió un almuerzo con gran parte de la cúpula de la CGT en un momento en que la dirigencia sindical lidera los reclamos contra las políticas de Javier Milei.
Después del paro general del 9 de mayo -y en su caso tras haber participado sólo de la movilización de los universitarios- el excandidato a Presidente de Unión por la Patria comió con Héctor Daer (Sanidad); Carlos Acuña (Estaciones de servicio); Andrés Rodríguez (UPCN); Gerardo Martínez (UOCRA): Cristian Jerónimo (Vidrio) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).
También estuvo el líder camionero Pablo Moyano pero no su padre Hugo Moyano. Esa mesa es la que acordó con organizaciones sociales y de Derechos Humanos la última movilización y también con el gobernador Axel Kicillof cada una de las protestas contra la gestión libertaria.
Según contaron a El Cronista algunos de los dirigentes, le hicieron preguntas como excandidato y exministro sobre el contexto internacional y la coyuntura, pero también indagaron mucho sobre su libro, algo de lo que a Massa le gusta hablar aunque se guarde aún algunas sorpresas.
En el intercambio de “miradas”, según dijo uno de los integrantes de la conducción sindical, Massa pronosticó un segundo semestre “desafiante” por la caída de la actividad, la caída del uso de capacidad instalada, la caída de los ingresos y del consumo. Además está convencido de que el campo no va a liquidar y en cambio se va a guardar gran parte de la cosecha en los silobolsas.
La reconfiguración del peronismo
El excandidato a Presidente de UP comparte con los líderes de la central obrera la convicción de que el peronismo seguirá unido en el Congreso. Como ellos, testea el debate por la Ley Bases y el paquete fiscal con los jefes de los bloques, José Mayans y Juliana Di Tullio. “Hay 33 a la mañana, 33 a la tarde y 33 a la noche”, dijo sobre los votos en contra de ambas iniciativas garantizados por la unidad del interbloque.
Esa unidad, le advirtió Massa a los cegetistas, es la que debe primar en las distintas fuerzas y sectores que integran Unión por la Patria. Ya se lo había señalado tanto a Cristina Kirchner como a Máximo Kirchner, con quienes habla en forma permanente. Y a Axel Kicillof con quien superó el desencuentro del verano en torno a la transferencia de IOMA a los intendentes del Frente Renovador para que afrontaran el funcionamiento de los hospitales municipales.
“La primera pauta de orden es que cualquier cosa que nos queramos decir tiene que ser puertas adentro, no tiene que transpirar una gota de eso para afuera“, repite en cada conversación. Nunca deja de señalar que la fórmula que encabezó logró casi 12 millones de votos en la segunda vuelta y que hay que mostrar “coherencia con el proyecto de país que proponíamos”.
Por eso el título de su libro, que además tendrá una tapa con los colores de la bandera, celeste y blanco, igual que el nuevo logo del FR y que el último tramo de su campaña electoral.
Según contaron cerca del exministro de Economía, los sindicalistas le transmitieron el deseo de estar en la mesa de discusión del futuro del peronismo. Lo mismo habían hecho al lanzar un espacio político el año pasado en Obras Sanitarias y antes de que se definieran las fórmulas electorales. Con la misma idea varios de ellos estuvieron en la última cumbre del Consejo Nacional del PJ donde convocaron a elecciones partidarias para el 17 de noviembre.
Massa coincidió. “Me parece legítimo, tienen derecho” reflexionó sobre una relación que se complica cada vez que hay que armar listas electorales, instancia en la que hasta ahora Cristina Kirchner y su hijo Máximo Kirchner monopolizaron las decisiones. Ese escenario está cada vez más cuestionado, incluso desde el corazón del kirchnerismo.
La advertencia del excandidato
La advertencia de Massa es para todos la misma. Lo dijo cuando empezaron a trascender las tensiones entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof: las peleas deben darse puertas adentro si quieren tener chances la próxima elección.
En ese sentido, alienta a los más desesperanzados. y además de mantener la unidad pide que se plantee una alianza “de trabajo, federalismo y producción” convencido de que el 2025 confrontará a los libertarios -fusionados con el PRO- con el panperonismo y quizás una tercera fuerza donde confluyan radicales, socialistas, el GEN y la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
Massa también asegura que en los sondeos que recibe observa una caída en la imagen del Gobierno y de Javier Milei, en paralelo a los 370.000 despidos de trabajadores registrados, entre otros índices que analiza su equipo desde las oficinas de avenida del Libertador al 800 donde se instaló su fundación.
Lo que también avisó a sus interlocutores sindicalistas es que tiene que haber autocrítica y discutir qué hicieron y qué deberían hacer respecto a las deudas que dejaron: el sistema educativo, el vínculo con el campo y el “modelo agotado” de los planes sociales que aprovechó Javier Milei y que legitima su batalla cultural y el discurso antipolítica, especialmente la última semana con denuncias por comedores supuestamente inexistentes y extorsión a los beneficiarios.
“Hay un reseteo político que se resuelve con más política, no con la antipolítica. Para eso ya están los libertarios“ concluye el exministro de Economía mientras jura que no volverá a ser candidato y que prefiere ayudar a las figuras emergentes como el equipo que, junto al santafesino Diego Giuliano, puso al frente del partido que fundó.
Fuente El Cronista