El viaje de una tripulación humana al planeta Marte es una de las metas más ambiciosas que se plantean en la actualidad los gobiernos y científicos. Y ahora ese sueño podría estar más cerca de concretarse gracias a un avance en sistemas de propulsión que está desarrollando la NASA (la Administración Nacional del Aire y el Espacio de los Estados Unidos).
Según cálculos de los expertos, si se utilizan las tecnologías de cohetes actuales, una nave terrestre podría tardar unos 6 meses en llegar hasta Marte si se dan las condiciones ideales. Es decir, cuando existe la menor separación entre los planetas.
Ahora, la NASA planea reducir el tiempo de viaje a solo 2 meses gracias a la utilización de un nuevo motor nuclear que sería capaz de proporcionar un impulso mucho mayor.
Viaje a Marte: cómo es el nuevo motor nuclear de la NASA
Los motores actuales que se utilizan para los lanzamientos de cohetes y la exploración espacial se basan la combinación de sustancias que, al combinarse, generan reacciones químicas potentes que dan lugar al impulso. En otras palabras, se utilizan cohetes con combustible líquido o sólido que en su interior dan lugar a una suerte explosión controlada y continua que genera el empuje.
Si bien los cohetes convencionales dieron resultados aceptables hasta el momento, los expertos anticipan que su desempeño queda corto cuando se trata de ir más allá de la luna y se busca explorar otros planetas.
Es por eso que ahora la NASA y la empresa Howe Industries están investigando con gran expectativa lo que se conoce como motor de plasma pulsado (PPR, Pulsed Plasma Rocket). Este dispositivo es capaz de generar propulsión en base a energía nuclear, a partir de explosiones en cadena que van acumulando empuje y acelerando la nave.
El motor nuclear permitiría, gracias a su aceleración constante, alcanzar velocidades muy superiores a la de los cohetes químicos, lo que reduciría el tiempo de viaje al planeta rojo a solo 2 meses.
La NASA, entusiasmada con el cohete nuclear
El motor PPR es una evolución del concepto de Fusión por Fisión Pulsada. Es un modo de propulsión avanzado que aprovecha el poder de la energía nuclear para generar empuje para la propulsión de naves espaciales.
En esencia, el PPR emplea un sistema de energía nuclear basado en fisión, que obtiene energía de la división controlada de núcleos atómicos.
“El rendimiento excepcional del PPR tiene el potencial de revolucionar la exploración espacial. La alta eficiencia del sistema permite que las misiones tripuladas a Marte se completen en apenas dos meses”, aseguró la NASA en un comunicado.
Curiosamente, las avanzadas capacidades de propulsión del PPR lo hacen adecuado para misiones más allá de Marte. Por ejemplo, las misiones al cinturón de asteroides pueden ser factibles con el PPR. Esta tecnología también daría acceso al cinturón de asteroides para la minería y otros posibles recursos.
El estudio de Fase I del Concepto Avanzado Innovador (NIAC) de la NASA de esta tecnología PPR se centró en “evaluar la neutrónica del sistema, diseñar la nave espacial, el sistema de energía y los subsistemas necesarios, analizar las capacidades de la boquilla magnética y determinar las trayectorias y los beneficios del PPR”.
Un vehículo para ir más allá de Marte
Además de permitir misiones de mayor alcance, el PPR podría soportar naves espaciales mucho más pesadas, lo que significa que se podría instalar un blindaje adicional para reducir la exposición de la tripulación a partículas dañinas de alta energía, llamadas rayos cósmicos galácticos, que se soportan durante los vuelos espaciales de larga duración.
El concepto PPR ahora está pasando a la Fase II del estudio Concepto Avanzado Innovador (NIAC) de la NASA, después de haber completado la Fase I, que se centró en la neutrónica del sistema de propulsión, el diseño de la nave espacial, el sistema de energía y los subsistemas necesarios, y el análisis de las capacidades de la boquilla magnética, y determinar trayectorias y beneficios, según la NASA.
Durante la Fase II, los desarrolladores aprovecharán las evaluaciones de la Fase I para optimizar el diseño del motor, realizar experimentos de prueba de concepto y diseñar un concepto de nueva nave espacial para proteger mejor a los astronautas que vayan en los futuros vuelos tripulados a Marte.
Fuente El Cronista