La Asociación de Directores Deportivos Españoles (ADDE) atraviesa uno de los momentos más complicados y convulsos en su corta vida. Nacida en septiembre de 2022 y presidida desde entonces por Queco Huerta, la ADDE es una asociación al servicio del colectivo de directores deportivos, secretarios técnicos, ojeadores, analistas, directores de cantera y directores generales del fútbol español. Un punto de encuentro para los citados colectivos, aunque la última asamblea general, celebrada el pasado mes de mayo, ha provocado tensiones, medidas drásticas y una fractura en el seno de la asociación.
Como informaba ABC, la Asociación de Directores Deportivos Españoles anunciaba el pasado jueves la apertura de un expediente sancionador contra Adrián Manuel Leira, el hasta entonces vicepresidente, y José Luis Hernández, que ejercía como secretario y portavoz, a los que, según se informaba en un comunicado, se apartaba de sus cargos y funciones «por su conducta desleal, muy grave y reiterada, tanto respecto al resto de los miembros de la junta directiva como respecto a los afiliados y afiliadas».
La destitución de Leira y Hernández se produjo después de que, en la última asamblea extraordinaria, ambos pusieran en conocimiento de los afiliados de la ADDE supuestas anomalías llevadas a cabo por Queco Huerta, promoviendo por ello una moción de reprobación. Una propuesta que, según consta en el acta de esa asamblea, fue aprobada por 23 votos a favor, once en contra y cuatro abstenciones. Sus destituciones, según entienden ambos, no tendrían validez porque, en esa misma asamblea y según consta en el acta que ha podido ver este periódico, se destituyó a Huerta y se sometió a votación la composición de una nueva junta directiva de la ADDE, en la que Leira figura como presidente y Hernández continúa como secretario general.
El orden del día
En aquella tensa asamblea del pasado mes de mayo, en la que se se sometieron a consulta varias modificaciones estatutarias, no figuraba en el orden del día la presentación de una moción de reprobación contra el presidente, por lo que Queco Huerta se opuso a que se votara esa iniciativa. Algo que finalmente no consiguió. Al no contar la ADDE con un reglamento electoral, el vicepresidente argumentó en su intervención que la asamblea general, por mayoría, podía retirar su apoyo al presidente o a cualquier otro miembro de la junta, no siendo necesaria su previa inclusión en el orden del día. En ausencia de ley, estatutos y de reglamento de régimen electoral, es la asamblea, según expuso, el órgano supremo de la Asociación el facultado para ese cometido.
Finalmente, se sometió primero a votación llevar a la asamblea la reprobación al presidente de la Asociación, iniciativa que fue aprobada, y posteriormente se votó sobre la continuidad de Huerta en el cargo. En ambos casos, las consultas fueron aprobadas con el mismo número de apoyos: 23 votos a favor, once en contra y cuatro abstenciones. Según consta en el acta, fechada el 16 de mayo, ese día se produjo la destitución de Huerta como presidente de la ADDE, aunque al ser miembro fundador de la Asociación siguió formando parte de la junta directiva.
Aquel 16 de mayo, Queco Huerta dio por finalizada la asamblea de la ADDE y levantó la sesión, afirmando que era atribución suya (según consta en el acta), antes de que se sometiera a votación la iniciativa de realizar una reprobación contra él, por lo que entendería que sigue ocupando el cargo de presidente de la Asociación.
Lo que dicen los estatutos de la ADDE
Según el apartado 2 del artículo 26 de los estatutos de la ADDE, «las vacantes que se produzcan en la junta directiva, dentro de cada mandato, podrán cubrirse por nuevos miembros nombrados por la propia junta directiva, si bien deberán ser posteriormente ratificados por la asamblea general más próxima. En cualquier caso, no podrá cubrirse mediante este sistema el cargo de presidente de la Asociación y de secretario».
En el siguiente apartado se añade que «los cargos de presidente y de secretario, en caso de cese como miembros de la junta directiva o renuncia voluntaria a dichos cargos, durante el periodo de cada mandato, serán cubiertos mediante acuerdo adoptado por la junta directiva de entre sus miembros existentes en ese momento en la junta directiva, que deberá ser, posteriormente, ratificado por la asamblea general más próxima».
Tras la votación en la que fue reprobado Huerta, el presidente entrante, Adrián Leira, se dirigió a los presentes manifestando su compromiso de redactar, junto al resto de los miembros de su junta directiva, un reglamento electoral (como se indica en el artículo 24.2 de los estatutos de la ADDE, para su elevación a la asamblea general y convocar elecciones, a la mayor brevedad posible, elecciones a la junta directiva.
Según el citado artículo 24.2, «los miembros de la junta directiva, a excepción de aquellos que sean designados para cubrir sus vacantes, serán elegidos mediante sufragio personal, directo y secreto de todos los afiliados/as con derecho a voto en asamblea general extraordinaria, conforme a lo dispuesto en los estatutos, en sus normas de desarrollo y en el procedimiento electoral específico que se elabore al efecto».
El pasado viernes, apenas una horas después de conocerse las medidas disciplinarias contra Leira y Hernández, ADDE anunciaba el nombramiento de una nueva junta directiva, con Queco Huerta como presidente. «La ADDE, por primera vez en su corta historia, contará con un 20% de mujeres, apostando por las políticas de igualdad, tal y como dictan los estatutos de nuestra asociación», se explica en un comunicado. En total, son diez personas las que forman la nueva junta directiva, dos mujeres y ocho hombres. Una junta directiva, sin embargo, sin ninguna validez según entienden Leira y Hernández. Un caso sobre el que habrá próximos capítulos.
Fuente ABC