El cielo azul, los jardines de verde intenso, los pavos reales deambulando con sus elegantes colas. José Luis Martínez-Almeida ha elegido un escenario idílico, en los jardines de Cecilio Rodríguez, un costado del Retiro repleto de bancos de piedra, fuentes y parterres en flor, para celebrar el primer año de su mayoría absoluta. Un equipo de 29 concejales que en 365 días ha cumplido el 90% de las 300 medidas planteadas en su programa electoral: «En estos momentos están iniciándose o ya ejecutadas 283 medidas», ha destacado el alcalde madrileño este lunes, escudado por sus ediles, todos en taburetes blancos, entre el voceo de las aves que secundaba su discurso.
Almeida ha hecho un repaso por cada una de las áreas, aunque ha destacado el trabajo en materia de vivienda –hace un año se puso en marcha por primera vez un Área de Gobierno de Vivienda–, los mejores datos de calidad del aire de la historia –Madrid marcó en mayo el mínimo histórico de emisiones de dióxido de nitrógeno–, el incremento de búhos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), la regulación de los pisos turísticos –la moratoria de licencias hasta 2025 y multas más duras–, la reforma de céntricas plazas –la de Olavide se inauguró la semana pasada– y los grandes proyectos en ciernes, como el soterramiento de la A-5 y del norte de la Castellana y la Operación Campamento.
El alcalde propone seguir consolidando el momento dulce que vive Madrid, ese mantra que repiten Almeida y sus concejales siempre que tienen ocasión: «Si nos presentamos a las elecciones del 2023 con ‘Momento Madrid’, podemos decir ahora y aquí que el momento Madrid se ha consolidado». Sin embargo, antes y después del balance municipal, el regidor ha encajado otro mensaje, una oposición férrea al Gobierno de Pedro Sánchez y sus políticas: «Somos el ejemplo de los valores de convivencia, tolerancia, libertad y respeto por la diferencia que inspira la España constitucional. Representamos los mejores valores que nos dimos todos los españoles en 1978», ha declarado. Madrid es «progreso» y «liderazgo», el «espejo en el que se miran numerosísimas ciudades», transmisora de un «mensaje de esperanza»; la capital es el «valladar –obstáculo para impedir que algo sea invadido o allanado– frente al sanchismo».
«El fango no podrá con Madrid, la infamia no derrotará a Madrid, la máquina del bulo no será capaz de que caigamos en la resignación», ha destacado Almeida. También ha reivindicado «el régimen del 78 y la Transición» como «solución a los problemas que tenemos», y a la capital como «el mejor ejemplo» de los avances «a lo largo de los últimos 45 años». La ciudad como muro antisanchista: «Somos esa España que no se resigna al sanchismo, la mentira, el odio, la crispación como forma de entender la política y como forma de entender el progreso. Esa es la clave del éxito de Madrid, ahí está la razón por la que Sánchez persigue, hostiga y señala a Madrid», ha concluido el regidor.
Almeida también tenía reclamaciones prácticas para el Gobierno de Pedro Sánchez. La primera, elevar la tasa de reposición –el ratio de funcionarios que pueden acceder al puesto por los que salen– de la Policía Municipal hasta las 1.000 plazas. La segunda, reformar la Ley de Capitalidad de 2006, un proyecto en el que colaboran Madrid y Barcelona, según ha dicho el alcalde. «Los grupos de trabajo han terminado y ya está el borrador para iniciar de la manera más rápida los trámites», ha anunciado. Un texto que necesitará luz verde en el Congreso de los Diputados: «Espero que sea aprobada con la misma celeridad que la ley de amnistía, que tengan la misma deferencia con los madrileños que con los independentistas catalanes».
Fuente ABC