Los ADRs de empresas argentinas que cotizan en Wall Street extienden el rojo de la sesión del jueves en la que se hundieron hasta 8,4%, con los bancos y las energéticas liderando las caídas: qué pasó con el riesgo país y los bonos.
Luego de que se aprobara la Ley bases en el Senado, la primavera duró poco y volvió el invierno para las acciones de empresas argentinas en Estados Unidos. Durante los dos días feriados en el cierre de la semana los papeles se desplomaron y marcaron bajas que, en algunos casos, superaron el 10%.
Central Puerto (-3,7%); Grupo Financiero Galicia (-3%); IRSA (-2,8%); Transportadora de Gas del Sur (-2,7%); y el BBVA (-2,4%) se anotan entre las opciones que marcaron mayores caídas este viernes que se volvió negro para las acciones nacionales.
En tanto, sobre el cierre de la sesión, Pampa Energía revirtió la tendencia negativa y escaló un 0,6% en oposición a la mayoría de los papeles argentinos, castigados por el contexto internacional y la inestabilidad económica local.
Qué pasó con los bonos y el riesgo país
Los bonos argentinos también operaron en baja, a pesar de informes de bancos internacionales y analistas financieros que recomendaron algunos títulos de la Argentina en el último tiempo, por lo que la confianza en el pago de los mismos empieza a ponerse en duda.
La alegría que provocó la llegada de Milei a la Casa Rosada parece desvanecerse desde que la gestión alcanzó los seis meses hace apenas dos semanas. La victoria legislativa, que auguraba un relanzamiento, quedó tan solo en una jornada en verde.
La caída en el precio de las commodities, la devaluación en Brasil y el clima internacional golpearon los distintos activos argentinos en Wall Street mientras el mercado permanece cerrado hasta el próximo lunes. Esta semana tan solo tuvo dos ruedas de negociaciones.
Esta inestabilidad volvió a ubicar al riesgo país por encima de las 1.400 unidades al marcar 1.420 puntos, una noticia amarga para el Gobierno, que busca desplomar este indicador antes de tener que refinanciar la deuda que se vence en el mediano plazo.
Fuente El Cronista