Ninguno de los 22 ministros del Gobierno de Pedro Sánchez acompañará a Felipe VI en la gira que iniciará mañana por los países bálticos, que le llevará en los próximos tres días a Estonia, Lituania y Letonia.
Se trata de un viaje oficial que el Rey tenía intención de realizar hace cuatro años, pero que suspendió por motivos de agenda. En cada destino mantendrá reuniones con los jefes de Estado de los tres países. Y, además, visitará a las tropas españolas desplegadas en las misiones OTAN. Un total de 650 militares que protegen junto a tropas de otros países de la Alianza el Flanco Este frente a la amenaza rusa.
Pese a que esta gira oficial pretende reforzar las relaciones diplomáticas de España con los tres países y que, además, tiene un componente muy importante en materia de Defensa, ni el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ni la ministra de Defensa, Margarita Robles, acompañarán al Rey por motivos de agenda, según apuntan a ABC desde ambos ministerios.
Exteriores culpa a la Casa del Rey
Albares asistirá el lunes en Luxemburgo a la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores y el martes al Consejo de Ministros en La Moncloa. Fuentes diplomáticas han declarado a ABC que «Casa Real no se ha coordinado con Exteriores para este viaje». Esgrimen que «se trata de un viaje para visitar tropas, por lo que queda fuera del ámbito del Ministerio», ignorando que Felipe VI mantendrá encuentros al más alto nivel con las autoridades de los tres países.
Robles, por su parte, estará el lunes por la mañana en la Unidad Médica de Aeroevacuación del Ejército del Aire en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
En ausencia de un miembro de primer nivel del Ejecutivo, viajará con el Rey el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el almirante general Teodoro Esteban López Calderón, que tiene rango de secretario de Estado.
Tres países en tres días
Tallin será la primera parada de la gira oficial del Rey, donde será recibido con honores y mantendrá un encuentro bilateral con el presidente de Estonia, Alar Karis. Tras ser recibido por el presidente del Parlamento, visitará los buques de la Armada española atracados en el puerto de Tallin: el Juan Carlos I y el Blas de Lezo. Por la noche, el presidente de Estonia ofrecerá una cena en honor del Rey.
El mismo modelo de viaje se repetirá en Lituania y Letonia. En el primero, Don Felipe se reunirá con su presidente, Gitanas Nauseda, con quien almorzará en el Palacio Presidencial. Después realizará una ofrenda ante el memorial de los asesinados que lucharon por la independencia de Lituania. Se desplazará también a la base aérea de Siauliai, donde visitará los hangares de acción rápida y presenciará un simulacro Tango Scramble.
En Riga, Felipe VI será recibido por el presidente Edgars Rinkevics y también hará una ofrenda floral en el Monumento a la Libertad, además de visitar el Museo de la Ocupación. Antes de regresar a España, se desplazará a la base de Adazi para reunirse con el contingente español.
La visita del Rey persigue reiterar el apoyo de España a los países bálticos, que desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, se han convertido en línea de defensa de Occidente y se sienten especialmente amenazados por Rusia, con la que comparten frontera directamente o a través de Bielorrusia. En este sentido, tampoco se comprende que Margarita Robles no acompañe a Don Felipe al viaje.
Estonia, Lituania y Letonia han sido objeto de reiterados ataques híbridos y sus servicios de inteligencia están convencidos de que, si Ucrania pierde la guerra, serán el siguiente objetivo, con la excusa de que en ellos residen minorías rusas oprimidas. Las relaciones de sus gobiernos con el Kremlin son muy tensas. El pasado mes de febrero, Moscú emitió órdenes de búsqueda y captura contra tres populares altos cargos, incluida la primera ministra estonia Kaja Kallas, que está siendo procesada en Rusia en “una causa penal”, sin precisar de qué se le acusa. El secretario de Estado de Estonia, Taimar Peterkop, y el ministro de Cultura de Lituania, Simonas Kairys, son los otros dos afectados.
Casi 200 efectivos
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, expresa periódicamente la solidaridad de la Alianza “contra cualquier amenaza a la soberanía” de estos tres países y en total hay actualmente unos 8.000 soldados extranjeros de la Alianza estacionados en sus territorios, para garantizar tanto su integridad territorial como la seguridad del flanco oriental de la OTAN.
España ha desplegado casi 200 efectivos (150 aviadores del Ala 12 Torrejón de Ardoz y del Ala 15 Zaragoza, junto con personal de diversas unidades del Ejército del Aire y ocho cazas F-18, un A400 del Ala 31 y aviadores del Centro Logístico de Armamento y Experimentación, en la Base Aérea de Siauliai), en Lituania y en Letonia permanecen un destacamento de 85 militares del Ejército de Tierra que conforman una Unidad de Defensa Antiaérea (UDAA), con sede en la base aérea de Lielvardes y a cargo de una batería de misiles NASAMS, además de un destacamento de unos 600 efectivos del Ejército de Tierra que forman parte del Batallón Multinacional de la Alianza Atlántica y se encuentran en la base de Adazi.
Entre los medios que aportan hay carros de combate Leopard 2E, vehículos de combate de infantería (VCI) Pizarro, vehículos de combate de zapadores, vehículos de transporte oruga acorazado (TOA) o misiles contracarro Spike. En Estonia, por último, acaba de replegarse el sistema de misiles antiaéreos NASAMS, que ha estado allí casi un año.
Incidentes fronterizos
Aún así, se están produciendo reiterados incidentes fronterizos hostiles. Estonia ha denunciado recientemente, por ejemplo, que guardias rusos han movido de madrugada boyas de señalización del territorio estonio en el río Narva, en un intento de hacerse con parte de sus aguas territoriales. Los hechos fueron condenados por la UE como “inaceptables”.
Al igual que Polonia, los tres países bálticos han expresado su disposición a enviar tropas a Ucrania para ayudar en la defensa contra Rusia, yendo así mucho más allá del consenso europeo. Juntos están levantando una línea de instalaciones defensivas “para defender nuestro territorio desde el primer metro“, según el ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur, con cientos de búnkeres de hormigón, instalaciones para la defensa antiaérea y el establecimiento de un sistema de vigilancia rotatorio apoyado con el despliegue de baterías de defensa antiaérea Patriot.
Fuente ABC