AREQUIPA, Perú – Oyá es uno de los orishas mayores de la santería y la más guerrera de las orishas femeninas. Es la deidad de las tempestades y de las tormentas. Además, es dueña de los vientos y la puerta de los cementerios, por lo que está bastante relacionada con la muerte (Ikú).
Asimismo, representa la intensidad de los sentimientos luctuosos y el inmenso mundo de los muertos. Es de personalidad muy fuerte y gran carácter, tanto así que es uno de los pocos orishas que tienen la capacidad de controlar a los egguns (espíritus).
Sincretiza con Santa Teresa del Niño Jesús en la religión católica y su festividad es el 1 de octubre.
En la naturaleza está simbolizada por la centella. Junto con Eleguá, Orunla y Obatalá domina los cuatro vientos. Se le llama con el sonido de la vaina de flamboyán. Representa la reencarnación de los antepasados, la falta de memoria y el sentimiento de pesar en la mujer. La bandera, las sayas y los paños de Oyá llevan una combinación de todos los colores excepto el negro.
Además, su número es el 9 y sus múltiplos. Se le ofrendan frutas de colores ocre fundamentalmente y se le inmolan chivas, gallinas, gallinas de guinea, palomas.
Cuando Oya baila, menea su iruke para limpiar las malas influencias del aire. Su baile es muy frenético y muy rápido. A veces carga con una antorcha encendida en su mano derecha, haciendo fieros círculos mientras gira hacia la izquierda.
Entre las principales características de sus hijos es que son personas reservadas, de carácter tranquilo como una brisa, pero cuando se enojan son una tempestad. Como el viento, no les gusta estar encerrados en un lugar, lo cansan con facilidad lo cotidiano y monótono. Resalta que son siempre celosos.
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Fuente Cubanet.org