Gastón Colotto hizo de todo. Fue dueño de un kiosco, una santería y un restaurante, también manejó una distribuidora de artículos de cuidado personal. Pero una mala experiencia lo decidió a cerrar todo y mudarse a Córdoba, donde abrió una cervecería. En 2018 empezó a hacer pruebas para producir gin y creó Covent, una marca que se expandió a otras bebidas alcohólicas y está en pleno proceso de incrementar su capacidad de a 600 botellas por hora.
Sin embargo, su verdadero interés siempre había sido el whisky. “Me compré un alambique para probar de producir sin tener idea de nada. Era pura curiosidad, nunca lo pensó como negocio”, asegura. Aquel alambique de tres litros no era el ideal para destilar su bebida favorita y decidió probar con el gin. Hizo más de 100 pruebas hasta que finalmente creó la variedad Serrano, hecho con botánicos autóctonos cordobeses. Su producto tuvo buena aceptación entre los bartenders de la zona y en 2019 fundó Covent, inspirada en su barrio favorito de Londres.
Hoy la compañía cuenta con una planta de 160m2 en la zona sur de Córdoba capital, donde produce también vodka, licor de hierbas estilo alemán y pronto planea presentar un vermut y un ron dorado. Todos los meses elabora unos 1700 litros de gin y vodka, sus productos insignia.
“Este año la idea es invertir para agregar una línea automática de llenado, tapado y sanitizado y con eso vamos a poder aprovechar el 100 % de la capacidad de destilación que tengo”, señala y planea desembolsar US$ 100.000.
Los primeros años del emprendimiento fueron de crecimiento rápido y a paso firme. Primero produjo un gin clásico London Dry. “Como soy inquieto empecé a experimentar. Por ejemplo, mezclé el London Dry con chips de roble y ahí nació el gin Roble”, detalla. Luego llegó el Pink, macerado con hibiscus y frutos del bosque.
La llegada de la pandemia puso en jaque el funcionamiento del sector y en 2020 unió fuerzas con los coterráneos, Peñón del Águila. “Me llamaron para armar la destilería de Peñón y sacar Covent ahí. Era mejor que estar solo”, asegura.
Ese año el proyecto ganó reconocimiento internacional. Envió su gin Serrano a la Wine & Spirit Competition en Londres y se quedó con la medalla de bronce. En 2021 hizo lo mismo con su American Dry y ganó una medalla de plata y la misma presea en Nueva York, además del oro como “mejor gin argentino”.
Sin embargo, la unión con Peñón del Águila no funcionó y Colotto volvió a empezar por su cuenta. Entonces alquiló un local de 120m2 donde volvió a armar su fábrica, aunque esta vez agregó un nuevo negocio: la producción a fasón. “Hoy me llaman todas las marcas más chicas para que yo les produzca. Si yo empezara de nuevo, haría eso y me gastaría todo en marketing”, apunta.
Su última gran apuesta fue la elaboración de vodka (original, maracuyá, manzana verde y uva). “Es un segmento durísimo porque hay una competencia muy fuerte, pero ahí apuntamos”, remarca. También lanzó un licor de hierbas para pelearle terreno a Jägermeister y hace poco incursionó en el segmento de las bebidas con cannabis con la línea 420. “Por un tema de costos producimos menos, y cuesta el doble que cualquiera de mis gins”.
La idea de Colotto es terminar de asentarse en el mercado local para después lanzarse a nivel regional. “Hay interés en el producto”, afirma. Para el mercado brasileño ideó un vodka de açaí, aunque para cristalizar ese sueño tiene que encontrar un lugar para su nueva fábrica.
Fuente El Cronista