Con independencia de la habilidad que tiene el Gobierno de Pedro Sánchez de poner asuntos que son su responsabilidad en manos de las comunidades gobernadas por el PP y tratando de alejarlas de las que gobiernan sus socios, es cierto que vivimos uno de los momentos más difíciles de la inmigración con la llegada a Canarias de cantidades ingentes de inmigrantes que obligan a llegar a acuerdos para intentar solucionar este problema.Demonizar a los inmigrantes no es la manera de actuar, porque son parte muy importante de la solución de nuestros problemas demográficos, por lo que hay que buscar acuerdos para lograr que esta se produzca de una forma ordenada y tratando a los inmigrantes como lo que son, personas. Decir que son los causantes de nuestros problemas de inseguridad es una generalización injusta, insolidaria y populista, por lo que cuesta entender una vez más a Vox en su intento de tensar las relaciones con el PP en tan delicado asunto.Buscar una solución entre todos los territorios a la llegada masiva de menores es un ejercicio de humanidad que, estoy seguro, respaldan la mayoría de los españoles. Pero cuando hablamos de todos, es de todos los territorios, también Cataluña y País Vasco, con los que el Gobierno, que es el competente en la materia, no debe hacer cesiones especiales y luego decir que si no hay acuerdo es culpa de las comunidades del PP.Vox amenaza con romper los pactos que mantienen con el PP en varias comunidades autónomas, entre otras Castilla y León, si hay acuerdo con el Gobierno sobre la distribución de los menores inmigrantes. Otra vez una amenaza que juega a la división de la derecha beneficiando, como siempre hace, al Gobierno en sus estrategias. Es un hecho que, según avanza el calendario, Vox en Castilla y León querrá diferenciarse del PP a la búsqueda de un espacio electoral en el que compiten. A las alturas que estamos, quien rompa el acuerdo tendrá que cargar con la responsabilidad que supone hacerlo, dar imagen de división y con el costo electoral que ello puede significar. Para Vox, además, supone acabar con un espacio de visibilidad política, al margen de dejar en la estacada a un buen número de cargos públicos. No parece fácil que esto vaya a suceder porque al final, cargos son nóminas y eso son palabras mayores. Las consecuencias para el partido, imprevisibles. Veremos.
Fuente ABC