Por Hector Gambini
El dedicado “asistente” de Chiqui Tapia es hijo del dirigente que le había regalado el famoso anillo “Todo Pasa” a Julio Grondona.
Cada mañana, exactamente a las 8.30, un despertador humano entraba sigiloso a la cámara del rey, abría las cortinas de los ventanales de Versalles que daban a los jardines y al alba, se acercaba al oído de su majestad y susurraba: “Señor, es la hora”.
Luis XIV, el Rey Sol, se levantaba y comenzaba a ser aseado, vestido y peinado por un batallón de asistentes reales que se agolpaban en la recámara vecina esperando la señal de acceso, ordenada por estricta jerarquía de “cercanía” al soberano.
Los más íntimos entraban primero. Los demás, después. En total había seis turnos de “entradas”.
Era la oportunidad para obtener algún favor de su majestad o comunicarle un dato que hiciera que el rey, por fin, pudiera identificar a ese sirviente entre la multitud de la corte.
Con el tiempo, el hábil diligente podía ser invitado al “apartamento interior”, donde el rey descansaba entre obras de arte como La Gioconda, de Da Vinci, que entonces integraba su colección privada.
O ser invitado a cazar y, quizá, tener el honor de secar la transpiración de su majestad en las faenas de verano, persiguiendo faisanes.
Cuatrocientos años después, el diligente cortesano es un dirigente deportivo que seca la nuca del presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, con esmero, en pleno partido de la Copa América.
El video se viralizó en las redes. No es el gesto solidario de un amigo que le pasa un pañuelo para que se seque, o se lo apoya -cómplice- en el cuello, por si lo necesita.
Es una acción cuidadosa, detallista. Devota.
Tapia no se sorprende. No mira hacia atrás ni se da vuelta. Sólo se deja secar. Como Luis XIV.
El diligente dirigente es Luciano Nakis, quien maneja Deportivo Armenio y es prosecretario de AFA. Un cargo en la corte.
“El presidente estuvo con fiebre todo el día y le había bajado la presión… eran paños fríos con hielo”, explicó Nakis después.
Luciano es hijo de Noray Nakis, amigo del rey anterior, Julio Humberto Grondona, y ex vicepresidente de Independiente.
Nakis padre -un joyero que le había regalado a Grondona aquel famoso anillo con la inscripción “Todo pasa”– estuvo detenido en 2017 por su presunta vinculación con una asociación ilícita integrada por el jefe de la barra brava del club, Bebote Álvarez.Todo Pasa, la filosofía de Julio Grondona en el anillo del meñique izquierdo.
Nakis hijo decía que Bebote era un simple hincha que “venía para pedir algo… una camiseta. Y nada más”.
Pero Nakis padre admitía que había más: “(A Bebote) Lo recuperé y lo hice un señor. No, perdón… un ser humano. Hasta sus padres me vinieron a agradecer”.
La sospecha sobre Nakis era que actuaba de nexo entre la barra y el club para lo clásico: reventa de entradas, puestos de comida alrededor de la cancha y trapitos.
El acusado de ser el jefe de la banda era Pablo Moyano, que terminó absuelto en un fallo contradictorio, tras sacarse varias fotos con el entonces presidente Alberto Fernández.
Luciano Nakis comenzó a crecer en la corte de Tapia y pasó a ser una fija en los codiciados viajes de la AFA alrededor del mundo.
Hace menos de dos meses apareció en el Congreso de la FIFA en Tailandia, siempre pegado al Chiqui. Fue para “apoyar” el Mundial Femenino 2027.
Cuando volvieron, tres jugadoras renunciaron a la Selección Argentina por falta de apoyo: en los entrenamientos les daban un sánguche de jamón y queso y una banana.
“Tengo 46 años y soy empresario en distintos rubros, pero principalmente soy un dirigente de raza”, escribe Luciano Nakis sobre sí mismo, en las redes.
Exactamente lo mismo había dicho sobre Tapia justo antes de asumir su puesto como prosecretario de AFA, en 2021: “Es un dirigente de raza”.
El Rey Sol sabe encandilar súbditos.
Fuente Clarin