Una Selección tan grande que hasta ganó sin Messi

Conmovedor Rodrigo De Paul corriendo como un pibe a los 121, conmovedor Lautaro tratando de presionar en el 1-0, conmovedor Lisandro sacando todo y como fuera. Conmovedores todos, cada uno de los que volvieron a hacer historia con esta Selección. Historia de la grande, a lo grande, machacando a Colombia, buscando hasta el final pese a tener al atajador number one de penales. Porque alguno podría decir que no había una exigencia altísima sin Brasil y Uruguay en el camino a la final, seguro; para aquellos que no saben que cualquier rival es complicado en este tipo de competencias, acá está la Argentina de Lionel Scaloni levantando una nueva copa en un altísimo nivel, mostrando su mejor versión en el partido más determinante.

Dentro de todo lo conmovedor en la madrugada argentina, estuvieron las lágrimas del mejor del mundo. Nunca antes le había tocado salir lesionado en un momento tan decisivo, en una final, siempre las había jugado completas. Esta vez el tobillo lo dejó out, pero ese llanto de Leo se transformó en combustible para la Selección: no se sintió el impacto y, como bien explicó Di María post título, le pudieron dar el campeonato a Leo, que sufrió desde afuera hasta los 122’.

Lo que logró Scaloni, esta generación dorada que viene ganando desde 2021 (dos copas, un Mundial, una Finalissima), es transformar al equipo en el mejor de la historia, con juego y huevo, con fútbol y garra. Y personalidad. Y espíritu colectivo, queda claro que juegue quien juegue, va a dar la cara. Imagínense que no aflojó ni quedándose sin su líder al comienzo del segundo tiempo, y Nico González entró para hacer surcos por izquierda. Y Fideo, Paredes, De Paul, Otamendi, Tagliafico, todos, todos, fueron incansables hasta el final dándole la copa a Messi. Mientras en Europa fue España la que dio cátedra, en América nos da orgullo esta espectacular Selección.