El Gobierno Nacional dispuso la disolución de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que será reemplazada por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que dependerá directamente del presidente Javier Milei y tendrá a cargo a cargo cuatro agencias que compondrán el sistema de inteligencia en Argentina.
De esta forma, vuelve un organismo que había sido disuelto en 2015, tras una serie de denuncias formuladas contra Jaime Stiuso, un agente que había hecho una larga carrera en el organismo y tuvo un rol destacado en la investigación del atentado contra la AMIA. La nueva secretaría estará a cargo de Sergio Neiffert y trabajará en coordinación con los Ministerios de Defensa y Seguridad, según el organigrama difundido oficialmente por Casa Rosada.
El regreso de la SIDE se oficializó por medio de tres decretos publicados ayer por la noche en el Boletín Oficial. Mediante el Decreto 614/2024, que lleva la firma de Milei y todos los ministros que integran el gabinete nacional, se oficializa la disolución de la AFI, creada en 2015 por medio de la Ley 27.126 y se establece que “las tareas necesarias para posibilitar la actividad del Presidente de la Nación serán atendidas por la Secretaría General; la de Legal y Técnica; la de Planeamiento Estratégico Normativo; de Prensa y de Inteligencia de Estado”.
Esas Secretarías asistirán al Ejecutivo en forma directa y tendrán rango de Ministerio, en el marco de un organigrama que también abarcará a la SIDE, que a su vez tendrá bajo su órbita cuatro entidades que formarán parte del Sistema de Inteligencia Nacional (SIN).
Las cuatro dependencias serán el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA); la Agencia de Seguridad Nacional (ASN); la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC); y la División de Asuntos Internos (DAI).
En cuanto a su funcionamiento, se indica en la norma que la SIDE y su nueva estructura serán atendidos con “los créditos presupuestarios previstos para la AFI Presupuesto General de la Administración Nacional vigente”.
En este Decreto se especifica que la inteligencia nacional es “una actividad consistente en la obtención, reunión, sistematización y análisis de la información específica referida a los hechos, riesgos y conflictos que afecten la Defensa Nacional y la seguridad interior de la Nación, así como las oportunidades para la consecución de los intereses estratégicos de la Nación”.
Además, se define a la contrainteligencia como una actividad que se realiza “con el propósito de evitar actividades de inteligencia de actores que representen amenazas o riesgos para la seguridad del Estado Nacional, los intereses estratégicos de la Nación, la sociedad y representantes de gobiernos extranjeros”.
“Dicha actividad incluye evitar acciones de interferencia, influencia o injerencia indebida de factores externos en detrimento del proceso decisorio de las autoridades constituidas, de los intereses estratégicos nacionales y/o de la población en general”, se sostiene en la norma.
Asimismo, se incluye “la Contrainteligencia Militar destinada a prevenir, detectar y contrarrestar acciones de inteligencia de actores que intenten afectar el propio poder militar”. Además, se establece que ningún órgano u organismo de inteligencia podrá “realizar tareas represivas, poseer facultades compulsivas, ni cumplir funciones policiales o de investigación judicial o criminal”.
Tampoco podrán “obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas, por el solo hecho de su raza, fe religiosa, acciones privadas, u opinión política, o de adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales, sindicales, comunitarias, cooperativas, asistenciales, culturales o laborales, así como por la actividad lícita que desarrollen en cualquier esfera de acción”.
Dentro de sus funciones no estará la tarea de “influir de cualquier modo en la situación institucional, política, militar, policial, social y económica del país, en su política exterior, en la vida interna de los partidos políticos legalmente constituidos” Además, se establece que la SIDE tendrá a su cargo “la integración de la información y la dirección de las actividades de contrainteligencia y lucha contra el terrorismo”.
En su presupuesto, deberá contemplar “la disponibilidad de partidas presupuestarias destinadas a la ejecución de las misiones previstas en el denominado Plan de Inteligencia Nacional”.
En tanto, el Servicio de Inteligencia Argentino será el órgano encargado de la producción de inteligencia exterior “a través de la obtención, reunión y análisis de la información referida a los hechos, riesgos y amenazas”.
La Agencia de Seguridad Nacional será el órgano encargado de la producción de inteligencia referida “a las amenazas susceptibles de afectar los derechos y garantías de los habitantes del país”.
Por su parte, la Agencia Federal de Ciberseguridad tendrá entre sus competencias “proveer los servicios de inteligencia a través de medios técnicos, informáticos, de señales, telecomunicaciones, espectro radioeléctrico y ciberseguridad, a través de la adquisición, intercepción, recolección, procesamiento, evaluación y análisis de toda información relevante para el Sistema de Inteligencia Nacional”.
Por último, la División de Asuntos Internos (DAI) tendrá las funciones de promover “auditorías, investigaciones, inspecciones y revisiones dirigidas a controlar y evaluar el desempeño, la economía de recursos, la eficacia y la integración funcional de los órganos y el personal que componen el Sistema de Inteligencia Nacional”.
En tanto, la normativa habilita al Presidente a convocar a con carácter consultivo, “a representantes de las Fuerzas Armadas de Seguridad Nacionales e integrantes de jurisdicciones o entes del Sector Público Nacional cuando lo considere pertinente” que presten funciones en el Sistema de Inteligencia Nacional.
En el Decreto 615/2024, que lleva la firma de Milei y del Jefe de Gabinete Guillermo Francos, se anuncia que el titular de la SIDE tendrá en el plazo de 120 días la tarea de restructurar la estructura orgánica del organismo, en el cual se reorganizará la Escuela Nacional de Inteligencia y se creará un nuevo estatuto para el personal.
En otra normativa, el Decreto 616/2024, el gobierno oficializa que Neiffert, exinterventor de la AFI, será el nuevo titular de la SIDE. Neiffert llegó a fines de mayo pasado, en reemplazo de Silvestre Sívori, hombre de confianza del exjefe de Gabinete, Nicolás Posse, quien dejó el gobierno en medio de sospechas sobre el uso que habría hecho de la estructura de inteligencia oficial para espiar a otros integrantes del gabinete, en particular a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
El nuevo secretario era, hasta su designación como “Señor Cinco” –-el nombre con el cual se identifica al jefe del sistema de inteligencia— era representante del Gobierno ante la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar).
El funcionario llegó a la titularidad de la AFI con el respaldo del asesor presidencial Santiago Caputo, quien mantuvo una sórdida disputa interna con Posse. Sin embargo, el nuevo titular de la SIDE no posee antecedentes profesionales ni académicos que acrediten conocimientos en seguridad, defensa, terrorismo o relaciones internacionales.
Neiffert tiene en su haber una estrecha relación con el exintendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, que durante 20 años gobernó el distrito con mano de hierro, hasta que Leonardo Nardini lo derrotó en las elecciones de 2015.
En el currículum de una carilla que presentó este año ante el Poder Ejecutivo, el “cariglinista” acredita haber trabajado en la empresa “Carteles Ya”, de publicidad en la vía pública; “Grupo Magazine-Producción Gráfica y Televisiva” en la Revista Empresarial Internacional I Magazine; Producción de Radio y Televisión, y varios cargos políticos y administrativos en la provincia de Buenos Aires.
Con estos tres decretos, Milei habilita el regreso de la SIDE, un organismo que tiene una oscura historia vinculada a la represión ilegal y al espionaje interno.
El organismo fue creado en 1946, por disposición del expresidnete Juan Domingo Perón, bajo el rótulo de Coordinación de Informaciones del Estado (CIDE), y tras el golpe de Estado de 1955, pasó a ser una Secretaría y adquirió la denominación de SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado), que hoy recupera con estos decretos promulgados por Milei.
El dictador Pedro Eugenio Aramburu designó como titular al general del Ejército Juan Constantino Quaranta, un ferviente antiperonista, que cobró notoriedad al ser sindicado como instigador del asesinato del abogado Marcos Satanowsky, cometido el 13 de junio de 1957.
Las alternativas de ese asesinato fueron narradas en el libro “El Caso Satanowsky”, escrito por el periodista y militante Rodolfo Walsh. Durante el terrorismo de Estado, la SIDE fue una pieza fundamental en el organigrama de la represión ilegal y varios de sus agentes participaron en los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en el centro clandestino de detención conocido como “Automotores Orletti”, regenteado por el agente parapolicial Aníbal Gordón y su banda.
Jaime Stiuso, un agente que ingresó en la SIDE en 1972, cumplió una larga trayectoria en el organismo y tuvo mucha influencia en el sistema de inteligencia. La identidad de Stiuso fue revelada cuando su nombre y fotografía fueron difundidos en 2004 por el entonces ministro de Justicia, Gustavo Béliz.
En diciembre de 2014, Stiuso fue despedido de la Secretaría de Inteligencia luego de que la entonces presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner decidiera descabezar el organismo. El político Pino Solanas, denunció que Jaime Stiuso tenía un poder enorme: “fui víctima de un grupo de tareas de él, cuando me pegaron seis tiros. Nosotros fuimos los primeros que escrachamos a la SIDE y los denunciamos penalmente”.
Stuiso tuvo un rol destacado en la investigación del atentado a la AMIA y fue cercano al fallecido fiscal Alberto Nisman.
Fuente Periodico Tribuna