El alcalde de Córdoba, José María Bellido , decidió en campaña electoral anunciar la futura cesión del antiguo convento de Santa Clara y su espacio administrativo anexo, el antiguo colegio Romero de Torres (hoy Delegación de Turismo). La antigua iglesia de Santa Catalina se convertiría en Museo de las Cofradías y los despachos oficiales , en la nueva sede de la Agrupación de Hermandades. Es un recorrido inverso al que quiso Anguita que intentó ceder Santa Clara al culto musulmán. De allí sale la frase «usted no es mi obispo pero yo sí soy su alcalde» que encumbra al Califa Rojo. La pregunta real nunca fue contestada. ¿A qué gañán se le ocurrió entregar el monumento al culto wahabí, patrocinado por Arabia Saudí , responsable del Islam más rigorista, intolerante y contrario a los derechos humanos?Noticia Relacionada Visto desde fuera opinion Si Mirar hacia arriba Rafael Ruiz El dilema es que mirando hacia arriba se suele acabar pisando la caca del perro. No sé si pillan la metáforaLa decisión del Museo Cofrade ha calado con éxito como puede verse en Google Maps donde Santa Clara ya aparece como tal. A fuer de quedar de cenizo, ahí van los contraluces. El primero es que Santa Clara, que se cae cualquier día, va a necesitar mucho tiempo y muchos millones de euros para su rehabilitación completa . Más de los que ha dicho José María Bellido. Los expertos saben que Santa Clara fue edificio principal -casa particular o i glesia tardoantigua – de inspiración bizantina con unos fantásticos mosaicos, mezquita califal de doble cuadro (patio y oratorio) y primer convento femenino tras la conquista de Fernando III .En su día, se formuló el deseo de (decir proyecto es un exceso) de que Santa Clara fuera un centro para explicar la historia de Córdoba gracias a sí misma. A todos los restos arqueológicos y arquitectónicos existentes que la convierten en un palimpsesto, un pergamino escrito y reescrito. Pero no se sabe muy bien cómo se ha decidido entregar un fórmula uno a una institución que, pese a sus mejores intenciones, no tiene recursos ni experiencia en gestión de espacios culturales estables. Salvo intervención salvífica del Cabildo Catedral (que es donde está la viruta), nadie puede garantizar que existan fondos y personal en la Agrupación de Cofradías para mantener un equipo estable de gestión del espacio. El asunto le viene grande, grandísimo .Alguien enterró Regina como Museo de las Cofradías no se sabe muy bien por qué cuando era una alternativa realista. Santa Clara costará años, un enorme esfuerzo y la oportunidad perdida de hacer algo con verdadero impacto. Si se quiere un museo cofrade, pongamos por hipótesis, existe un patrimonio monástico en abandono que hay que reciclar que la Iglesia , que tanto alienta el trabajo de las hermandades cuando se trata de cultos públicos, podría aportar. Por una vez, en especie.
Fuente ABC