En las olimpiadas no es oro todo lo que reluce , ya lo pudimos comprobar lamentablemente en la ceremonia de inauguración . Tampoco las medallas olímpicas de oro son tales. Según las normas del Comité Olímpico Internacional, están hechas en gran medida de plata con un baño de seis gramos de oro , a diferencia de las auténticas de nuestros Premios Averroes Ciudad de Córdoba, todo un mérito que hay que reconocer.Los que sí son oro puro, son los deportistas cordobeses que participan en ellas: la juventud y el espíritu de equipo de Carmen Avilés; la concentración y la lucha por la igualdad de Fátima Gálvez; la técnica y trabajo de Rafael Lozano ; el valor de la experiencia de José Antonio Jiménez Cobo; la fortaleza y el talento de Alfonso Cabello; junto a ellos, Azahara Muñoz, menciana de adopción, y los entrenadores, árbitros y técnicos Rafael Lozano, César Montes, Antonio Conde y Eduardo Aguilar. Grandes, para quienes, en palabras sabias de este último, «el deporte enseña a manejar victorias y derrotas con humildad ».Tampoco se ha respetado la tregua olímpica , declarada al comienzo de los Juegos desde la Antigua Grecia, un cese de violencia, hostilidades y guerra , ahora convertida en una quimera y en un desiderátum inútil para Ucrania, Sudán, Gaza, Nigeria, Siria…Bonitas pero ineficaces palabras. Sin embargo, ahí están el equipo de refugiados y todos los deportistas que, independientemente de la situación en la que vivan, enarbolan la bandera del deporte como divisa de esperanza y paz.Necesitamos experiencias que pongan el foco en lo mejor del ser humano y de la humanidad en general , esas que reportan sentimientos de unidad, armonía, respeto y concordia, y que albergan el convencimiento de que es posible un futuro menos áspero y mas amable en el sentido más literal de la palabra. Las olimpiadas son ocasión propicia, siempre que no se desvirtúen arrastradas por espurios intereses. Ellas acumulan un bagaje experiencial humano milenario que las hace símbolo, en un tiempo y un lugar concretos y pasajeros, de los mejores eternos valores olímpicos , tan necesarios para personas y sociedades: excelencia, justicia, disciplina, esfuerzo, perseverancia, superación, aceptación del fracaso, resistencia, entrega, honestidad, generosidad, compañerismo, colaboración, amistad, valentía, mucha fe y arrebatada pasión.
Fuente ABC