Las acciones japonesas experimentaron este lunes la mayor caída diaria registrada en su historia, ante la creciente preocupación por una recesión económica en Estados Unidos.
El índice Nikkei 225 se desplomó 12,4% y marcó así su mayor desplome desde el crack bursátil de 1987. La magnitud puso en alerta a los mercados globales.
Crisis financiera: ¿Qué es un crack bursátil?
La volatilidad en los mercados financieros, también apodado “lunes negro”, se intensificó de tal forma que alcanzó a Asia y Europa, además de anticipar una apertura recesiva en Wall Street.
Según el sitio web de economipedia, el crack o crash bursátil es “la antesala de un periodo de recesión económica, como respuesta a la posible explosión de una burbuja económica.”
Sin embargo, se aclara que, aunque este fenómeno puede generar alarma, no siempre es sinónimo de catástrofe económica. En muchas ocasiones, son eventos transitorios que forman parte de los ciclos naturales del mercado.
El sitio destaca dos fases de un crack bursátil:
- Un inicio frecuentemente a causa de una burbuja especulativa. Lo cual provoca que los inversores comiencen a adquirir acciones con la expectativa de que el valor de estos aumente. El aumento de valor que se produce invita al resto a invertir en los mismos productos. El estado de euforia se propaga y el resultado son acciones por encima de su valor real.
- En este punto los inversores iniciales se deshacen de las acciones a este alto precio, haciendo que este baje y el resto de los individuos desee quitarse de encima también sus inversiones ante el desplome provocado. Lo cual provoca un efecto cadena que crea un estado de pánico generalizado en bolsa en un corto periodo de tiempo.
“Lunes negro” de 1987: ¿Qué sucedió este día?
El 19 de octubre de 1987 el mundo financiero experimentó uno de los peores días registrados en su historia: el lunes negro. Los mercados de valores de todo el mundo se desplomaron de manera dramática y sin precedentes.
Su comienzo se registró en Asia, con índices como el Hang Seng de Hong Kong registrando fuertes caídas de 11.10%. La ola se extendió rápidamente a Sidney, Tokyo, Frankfurt, Ámsterdam y París. El principal índice de Londres, el FTSE retrocedió ese día 10.8%.
En Wall Street, la presión de venta fue abrumadora desde los primeros minutos. La gran cantidad de órdenes de venta superó las de compra, generando un desequilibrio que paralizó las operaciones.
Muchos especialistas y acciones no pudieron abrir a tiempo debido a la magnitud de las ventas, lo que agravó la situación y generó aún más incertidumbre.
El índice S&P 500 se desplomó un 20%, mientras que el Dow Jones de valores industriales sufrió una caída histórica del 22.6%. Las pérdidas económicas fueron enormes, alcanzando los 500 mil millones de dólares en un solo día.
Fuente El Cronista