El pasado martes 13, pocas horas después de la investidura de Salvador Illa como nuevo presidente de la Generalitat los dos ministros que no estaban de vacaciones estivales, Óscar Puente y Félix Bolaños, se desplazaron a Almería para visitar las obras del AVE que unirá la capital mediterránea con Murcia.
Tras resaltar la buena marcha de los trabajos, ambos ministros destacaron las inversiones del Gobierno de Pedro Sánchez en Andalucía, que cuantificaron en 54.000 euros, lo que supone, según explicaron, un 40% más de lo que destinó a la comunidad autónoma el Gobierno de Mariano Rajoy.
Al día siguiente, Óscar Puente presidió la reunión del consejo de administración extraordinario de la Autoridad Portuaria de Almería, donde el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible se comprometió a culminar los accesos al Puerto y a agilizar la integración de estas instalaciones con la ciudad, prometiendo un Plan de Inversiones portuario que incluirá actuaciones por valor de 80 millones de euros a lo largo de los próximos cuatro años.
El desembarco gubernamental en Andalucía se produce en plena tormenta política por el acuerdo entre el PSOE y ERC para la investidura de Illa, que contempla la ‘financiación plena’ para Cataluña , es decir, el traspaso de la totalidad de los impuestos estatales que se generan en dicha comunidad. Este nuevo concierto económico o ‘cupo catalán’ -similar al que gozan el País Vasco y Navarra, aunque éstos sí están contemplados en la Constitución- implica que Cataluña deje de aportar 1.300 millones de euros a la ‘caja común’ de la financiación autonómica, el sistema vigente desde 1978 que permite redistribuir la riqueza en todo el territorio nacional.
El empeño de Puente y Bolaños en subrayar las inversiones estatales en Andalucía no es baladí. Pese a que el Gobierno de Sánchez asegure que la solidaridad interterritorial está garantizada tras el pacto con los independentistas catalanes, las cuentas no salen. Nadie ha explicado aún cómo van a mantenerse las previsiones inversoras del Ejecutivo. La propia vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero , había mostrado su oposición al concierto económico con Cataluña pocos días antes de la firma del pacto, rectificando posteriormente su opinión.Malas perspectivasDe esta forma, los proyectos pendientes del Estado en Andalucía están ahora más lejos de hacerse realidad.
Y la lista de asignaturas pendientes no es corta. De hecho, es probable que los ministros Puente y Bolaños eligiesen Almería para sacar pecho por las inversiones estatales porque es casi el único proyecto de infrestructura que va viento en popa… a pesar de que el AVE con Murcia debería de haber entrado en funcionamiento en 2005.La comunidad andaluza es la que más puede sufrir las consecuencias del pacto con Cataluña porque parte de una situación de desventaja.
Andalucía se encuentra «dos veces por debajo» de la media nacional en cuanto a inversión por habitante para realizar infraestructuras, según se constató en el reciente foro ‘Un impulso a las infraestructuras regenerativas del transporte en Andalucía’ organizado por ABC, el cual reunió a diferentes expertos en la materia. Todas las provincias cuentan con un motivo de agravio. Quizás el más llamativo sea la provincia de Huelva, donde el propio Óscar Puente descartó el pasado abril la llegada del AVE a la capital onubense , una línea que debía unir Sevilla con Faro.
El ministro alegó que dicho proyecto «nos va a suponer un montón de tiempo» y una inversión «bestial». La decisión contrasta con el acuerdo con la Generalitat por la que el Gobierno español inyectará 6.300 millones de euros en los Rodalíes, la red de Cercanías catalana, antes de su traspaso competencial a Cataluña.En la provincia de Málaga , los alcaldes de los grandes municipios de la Costa del Sol se han puesto en pie de guerra contra Puente tras la negativa del Gobierno a abordar el proyecto y la ejecución de una conexión ferroviaria con los municipios del litoral más allá de Fuengirola.
Principalmente, Marbella, que es el único municipio del país de más de 150.000 habitantes que no está conectado por tren, pero también su prolongación hacia Estepona y el Campo de Gibraltar. El pasado febrero, Trasportes dio el primer portazo a lo que se conoce como el tren litoral al asegurar que «no existían datos» que permitieran avanzar a corto plazo en dicho ferrocarril.Tampoco ha atendido el Gobierno la petición de que se suspenda el peaje de la AP-7, que ante el colapso del tráfico en la Costa y el hecho de que el tren solo llega a Fuengirola, se ha convertido en la única alternativa de transporte para muchos residentes , obligados a utilizar el peaje con el kilómetro más caro de España.Los asuntos pendientes en materia de infraestructuras viarias de la provincia de Jaén , competencia del Gobierno central son, principalmente, la finalización del proyecto de ejecución de los tramos entre Villanueva del Arzobispo y Beas de Segura y desde este municipio hasta Arroyo del Ojanco en la Autovía A-32 que conecta la provincia de Jaén con el Levante.
Se trata de un eje fundamental de comunicación que vertebra Jaén y que une Andalucía con Castilla La Mancha y con el Mediterráneo, con una inversión de 19,5 millones de euros.Veinte años de esperaEn la provincia de Granada espera la variante de Loja, donde el tren debe pasar por un estrechísimo túnel y eso le obliga a circular a menos de 40 kilómetros por hora. También cuenta con asuntos pendientes como las canalizaciones de la presa de Rules. En 2024, tras veinte años de espera, han comenzado las obras en uno de los once tramos de los que se compone este gran proyecto, que se ha dividido en once desglosados. Los otros diez están en fase de licitación o ni siquiera eso. En Córdoba, tan sólo 2,6 kilómetros separan a la capital de ser un nudo logístico de peso o vivir décadas y décadas esperando el salto cualitativo en sus potencialidades.
A comienzos de 2011, el entonces ministro de Fomento, el socialista José Blanco, cortaba la cinta del primer tramo de la llamada Variante Oeste de Córdoba que facilitaría el paso al Área Logística y la estación de mercancías ferroviarias de El Higuerón junto a un gran parque comercial en la zona, derivando camiones pesados. Catorce años después, Córdoba espera un tramito de 2,6 kilómetros que Fomento tiene metido en un cajón con el mismo argumento: que sea la Junta de Andalucía quien le llame para firmar un convenio y repartirse cargas y factura. También sigue esperando la conversión en autovía de la N-432, una antigua carretera convencional que une Badajoz con Granada a través de Córdoba.
Más de 600 kilómetros y una alta siniestralidad desde siempre.En Sevilla, el descarte del túnel de la SE-40 y su sustitución por un puente ha provocado protestas tanto del Ayuntamiento como de la sociedad civil. El derroche que ha supuesto la compra de la tuneladora y el impacto medioambiental y en la base de helicópteros de El Copero hacen aún más difícil entender la decisión. La conexión del aeropuerto con la estación de Santa Justa es otra demanda.
Por último, en Cádiz, el desdoblamiento de la N340 sigue siendo una demanda sin atender por el Ministerio, así como el tercer carril de una AP4 absolutamente colapsada desde que se liberó del peaje. La mejora de la conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla, fundamental para el puerto, es otra reivindicación históricaEl rosario de asignaturas pendientes del Ministerio de Transportes es amplio y las posibilidades de que se aprueben son mínimas si se confirma que Cataluña, la segunda aportación a la ‘caja única’ de la financiación autonómica tras la Comunidad de Madrid , se sale del sistema y se le permite quedarse con todo el dinero que se recauda en este territorio.
Fuente ABC