Lejos está de ceder el escándalo que envuelve y sumerge en las profundidades de un abismo a la figura de Alberto Fernández. Día a día se conocen más novedades que afectan al expresidente de modo tal que nadie imagina cuándo encontrará algo de sosiego en esta novela que tiene todos los condimentos para preservar el interés de una opinión pública que ya ha juzgado, mientras contempla entusiasmada lo que cree representa la condena en sí misma.
Acostumbrados a que los poderosos no paguen nunca -menos aún alguien que ha ocupado la primera magistratura-, el escarnio social es suficiente compensación para la habitual demora de una futura condena. Por lo tanto, a “disfrutar” lo que se tiene, que no es poco ni omite condimento alguno. Sexo (mucho), mentiras y video, es el nombre de esta película no apta para menores, que promete secuelas. Vaya si las tendrá.
El Gobierno debería celebrar tanto protagonismo negativo de Alberto Fernández en particular, porque afecta a la oposición. Al menos a la que hace cuentas desde el llano para ver cuándo consigue regresar al poder. Esa nada envidiable centralidad le garantiza al Gobierno nacional mantener en un segundo plano las malas noticias, que abundan en materia económica y social. Porque hasta los propios reconocen (en privado, eso sí) que los logros en ese sentido se limitan al combate contra la inflación, que no es poco. El miércoles se conoció el índice de julio, que fue más bajo que lo que marcó la medición en CABA, que suele ir pareja con la del INDEC, aunque esta vez dio bastante más alta, pero no inferior a los 4 puntos como se habían ilusionado los libertarios.
No es poca cosa haber aventado el temor a una hiper, reducido en 20 puntos la inflación heredada, mantener el déficit cero y haber alcanzado el superávit gemelo… Pero 4% sigue siendo un índice altísimo en el mundo civilizado, y los economistas (denostados por Milei) advierten que ese es el porcentaje en el que se estacionaría la inflación.
Si hasta ahí las buenas noticias, las malas espantan. A saber: el consumo de carne vacuna cayó un 13,1% en los primeros siete meses de 2024 con relación al año pasado y representa el menor nivel de los últimos 26 años, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina; la utilización de la capacidad instalada de la industria bajó al 54,5% en junio, un 68,6% por debajo de igual mes del año pasado; la actividad industrial registró en junio una caída anual del 19,5% y mensual del 5,7%, de acuerdo con datos de la UIA; el empleo registrado bajó un 0,2% en junio; las suspensiones muestran una tendencia creciente en el último año y en junio alcanzó a 1 de cada 100 trabajadores. La cantidad de personas que perciben el seguro de desempleo se duplicó en el primer semestre del año.
La actividad económica registró en junio un nuevo retroceso a nivel interanual, acumulando una contracción del 5% en el primer semestre del año.
Según datos de la UCA, 6 de cada 10 niños y adolescentes viven en la pobreza en la Argentina, donde el 16% está en la indigencia. El aumento en las tarifas de servicios (con alzas en algunos rubros que rozan el 800%) llevó a que una familia tipo necesite casi 1,5 millones de pesos para hacer frente a los gastos mensuales.
No cabe duda de que tanta atención que concita el Fabiolagate debería ser bienvenida para cualquier gobierno de un país en crisis, aunque al presidente pareciera haberlo preocupado la pérdida de protagonismo, y en plena caída libre de Alberto salió a mostrarse con Yuyito González para confirmar el inicio de su nuevo romance, con un beso en vivo, en directo y en público. Sorprendiendo a propios y extraños, pues nadie imaginaba que con las intimidades de su antecesor tan malamente expuestas Milei necesitara exhibir su propia privacidad. Este presidente no deja de sorprender.
Tal vez lo inquietara saber que por primera vez desde que asumió perdiera la centralidad en las redes sociales. Según la consultora Ad hoc, desde que se publicaron las fotos de Fabiola Yañez hasta el martes 13 de agosto, Alberto F. superó en menciones al presidente. Un millón de menciones del exmandatario, contra 834.000 de Milei.
Según expresa Ad hoc, Milei “aprovechó el escándalo para legitimar su relato: polarizó discursivamente con el periodismo, el progresismo y la izquierda”. En efecto, el presidente usó el primer ámbito donde se presentó (en este caso el Congreso de Inversiones Inmobiliarias) para manifestarse “orgulloso de eliminar el Ministerio de la Mujer y el siniestro INADI, que se dedicaban a perseguir ideológicamente”.
Luego redobló sus ataques contra el periodismo. Proclive a generalizar, el mandatario llamó “llorones” a los periodistas, consagrando a las redes sociales como nuevo paradigma mediático: “Si bien no es nuevo el llanto de un gran número de periodistas respecto al rol de las redes sociales, estos días nos han permitido ver con mayor claridad el rostro del totalitarismo de una gran cantidad de ellos”. Según él, “lloran porque perdieron el poder de mentir, calumniar, injuriar, disfamar (SIC) y hasta extorsionar sin costo”. Para Milei los periodistas son “muy guapos para ensuciar y muy débiles para la réplica”.
“Son muy duros y despiadados cuando van de jueces y son llorones cuando les toca estar un ratito frente a un poco de la salvajada que ellos mismos han impuesto a otros”. No quedó claro si la referencia presidencial incluía a las investigaciones periodísticas que han puesto al descubierto tantos casos de corrupción, o el propio caso actual que tanta conmoción está generando.
El presidente también habló de economía, su especialidad. Y al referirse a quienes cuestionan que se acumulen menos reservas, con la posibilidad de que no pueda atender a sus compromisos, consideró esa observación como “increíble, porque lo que me están diciendo es que los dólares los tengo que comprar con emisión monetaria, es decir, a esa manga de hijos de remil puta, les aviso que les puse rótulo, pero todavía no lo justifiqué, la justificación viene ahora: lo que me están diciendo es que yo le rompa el culo al pueblo argentino con impuesto inflacionario para pagar la deuda, por eso son unos tremendos hijos de remil puta”.
No son pocos los que se preguntan hasta qué punto la sociedad tolerará con simpatía, si es que así lo hace, semejante lenguaje de barricada en boca del primer mandatario. En qué momento eso podría volvérsele en contra. Si la sociedad reaccionará contra presidentes que no pueden refrenar sus instintos.
A los que se cuidó de no insultar esta vez es a los radicales que le asestaron en la semana un duro golpe al gobierno, al promover el tratamiento del proyecto de financiamiento universitario que tuvo media sanción el jueves en Diputados. Hizo bien el presidente en controlarse y no mandar a su vocero a anticipar un veto, como otras veces. Esta vez Manuel Adorni optó por la cautela, y si bien no descartó nada, aclaró que todavía falta para que tenga sanción definitiva.
La realidad es que el radicalismo forzó la inclusión del tema en la última sesión, amenazando con su ausencia si eso no sucedía, con lo que no hubiera habido quórum por segunda semana consecutiva. Luego en el recinto acordó con Unión por la Patria un texto que claramente representa un importante incremento del gasto para el gobierno, aunque el mismo no ha sido cuantificado. Cuando la diputada neooficialista Daiana Fernández Molero preguntó por el costo fiscal del proyecto, Martín Tetaz le respondió con picardía: “El costo fiscal de los fondos especiales de la SIDE, más la pauta publicitaria de YPF”.
No todas fueron malas noticias para el oficialismo en esa maratónica sesión; más bien lo contrario. Porque esquivó una sanción a los libertarios que visitaron a represores, y consiguió evitar la sesión pedida por la oposición para rechazar el DNU de los fondos especiales para la SIDE. Sus promotores intentarán hacerla este miércoles. El Gobierno gana tiempo mientras tanto: al aumento de fondos para las universidades tratarán de neutralizarlo con el tratamiento del presupuesto 2025; y sobre el decreto de los cien mil millones para gastos reservados, para cuando la oposición consiga voltearlo -si eso sucede-, podrían decir que el dinero ya se gastó.
A propósito de la SIDE, este martes se constituirá finalmente la comisión bicameral que debe controlar sus gastos. Lo hacen para contener a los radicales con el argumento de que tratándose de gastos reservados para inteligencia, ese tema debe ser debatido en ese ámbito y de manera secreta, y no en la Bicameral de DNU, ni mucho menos en el recinto. Pero este martes deben elegir a quien la presida por los próximos dos años. Atenta a los acuerdos con aliados, Victoria Villarruel quiere que la presida el senador misionero del Pro Martín Göerling. Santiago Caputo -muy interesado en la cuestión de la inteligencia- prefiere al peronista entrerriano Edgardo Kueider. Parecía que se definía entre los dos. Son 14 los miembros de esa bicameral; ergo, hace falta que el elegido alcance 8 votos. Y mientras en el Gobierno no se decidían a quién elegir, el radicalismo cambió a la senadora radical Mariana Juri (alineada con el gobernador Alfredo Cornejo, cercano al Gobierno nacional), por Martín Lousteau. La UCR tiene también a una diputada en esa comisión, Mariela Coletta. Ambos del sector de Emiliano Yacobitti, que responde al inoxidable Coti Nosiglia. Si los radicales se ponen de acuerdo con los seis miembros de UP, el nuevo presidente de la Bicameral de Control de Organismos de Inteligencia será Lousteau. A prepararse para más puteadas del presidente.
Fuente Periodico Tribuna