El Gobierno se dispone a bajar en septiembre diez puntos del impuesto PAIS, con lo que pasaría del 17,5% actual al 7,5%. Se trata de un gravamen que se aplica a las importaciones y que podría generar una reducción de precios en los insumos, además de abaratar otras compras al exterior.
En ese marco, el ministro de Economía Luis Caputo hizo hincapié en que la reducción impositiva debería contribuir a afianzar la desaceleración del índice de precios. La gran duda es si esa mejora en los costos se traducirá en los precios finales o irá a reforzar la rentabilidad de las empresas, con lo que no cumpliría el rol al que aspira el Gobierno.
En medio de una recesión con caída de ventas del 16% en julio en el consumo de los alimentos, el margen para ampliar rentabilidad es escaso. De todas formas, en la antesala a la reversión del impuesto PAIS, el Gobierno anunció una medida que apunta a generar más competencia en el rubro de precios.
“Vamos a comenzar a publicar la base de datos de Precios Claros (SEPA). Son 12 millones de datos diarios con información de producto, ubicación, etc. para que pueden hacer análisis, desarrollar apps, y todo lo que se les ocurra”, detalló el jefe de asesores de la secretaría de Comercio, Santiago Migone.
Uno de los principales asesores de Luis Caputo, Martín Vauthier, enfatizó que se trata de “una herramienta muy importante para que los consumidores puedan tomar decisiones con más información. La transparencia fomenta la competencia y reduce costos de búsqueda, mejorando el bienestar de las familias”, remarcó.
La competencia es la palabra clave para la apuesta oficial a la hora de que la baja de impuestos se traslade en mejoras en los precios finales de los productos. Por otra parte, la baja del impuesto PAIS también genera un abaratamiento de las importaciones, por lo que lo que el ingreso de productos del exterior podría contener los intentos de generar mayores márgenes de los fabricantes locales.
Desde el Gobierno aseguraron que no se trata de un nuevo “control de precios” sino que se pone a disposición la información para quienes estén interesados.
Presión devaluatoria
Más allá de la apertura de los precios, según los principales analistas del sector, el Gobierno deberá afinar la vista sobre las empresas para evitar que “se queden” con el margen de lo que baja de impuesto PAIS para mejorar su rentabilidad, una práctica que está muy arraigada en algunos sectores. Si bien no está en el ADN libertario, en los últimos meses Caputo dio señales de “heterodoxia” para ordenar comportamientos sobre precios y tarifas.
En tanto, tanto Javier Milei como Caputo insistieron en la última semana en que no habrá una devaluación pese a la presión de los sectores que quieren asegurarse que el BCRA mejore la acumulación de reservas, como bonistas o ex funcionarios del Fondo Monetario Internacional.
Si se consolida la inflación, por otra parte, el Gobierno espera que se empiecen a ver las señales de recuperación más firmes, para lo que los salarios e ingresos en general deben avanzar más que los precios.
Fuente El Cronista