A Javier Milei le harían falta unos cuantos kilos de milanesas -o de entraña- para calmar los ánimos y mantener unida a su tropa y aliados. Su sostén es la pelea contra la inflación y las carencias, debilidades y deudas de una oposición que no encuentra -si es que hay- una manera de rearmarse. Por el contrario, tanto los propios como sus adversarios exhiben pública, sistemática y obscenamente deslealtades, traiciones, negociaciones burdas, peleas berretas y hasta amenazas vía chat que se viralizan en las redes y llegan a los medios.
A fuerza de látigo -y no de billetera- el Presidente aglutina un poder que los focus group ponen en duda. Sin embargo el humor social muta a su favor cuando en esos mismos estudios se pregunta en quién de la oposición depositarían esperanza. Y ahí se justifican hasta los recortes más duros de Milei frente al enojo que despierta cualquier otro eventual reemplazo.
Todavía la imagen negativa se impone sobre la positiva en casi todos los casos. Aún así algunos insisten como Horacio Rodríguez Larreta que no participó del encuentro de la Fundación Pensar con las máximas figuras del PRO en Entre Ríos. El porteño lanzó su Movimiento al Desarrollo (MAD) de la misma manera que esta semana Juan Grabois lanzó su think tank mientras se entusiasma con el avance de la causa contra el Ministerio de Capital Humano por la no distribución de alimentos. Los dos quedaron en la reserva tras perder sus respectivas PASO.
Que pocos puedan buscar una reconciliación con la sociedad no es culpa de Alberto Fernández ni de sus escándalos íntimos. “El kirchnerismo sobrevivió a los bolsos de López” advierte el politólogo Andrés Malamud que desde Lisboa la ve clarísima y agrega que “(Mauricio) Macri es uno de los políticos que más la ve” y que por eso cena una vez por semana con el Presidente en la Quinta de Olivos, morigera sus quejas por la falta de gestión política e insiste en su oferta de colaboración sin dar un cheque en blanco.
¿La nueva madre de todas las batallas
El temor del macrismo es que el próximo año la Ciudad de Buenos Aires sea la verdadera madre de todas las batallas y no la Provincia, más allá de que el distrito que gobierna Axel Kicillof aporta el mayor número de diputados nacionales.
En Capital, donde Rodríguez Larreta opera aunque jure no postularse en lo inmediato, se divide el voto entre el oficialismo de Jorge Macri, el radical Martín Lousteau y los libertarios.
Esta semana, por los recortes de subsidios y la inminente suba del boleto de colectivo, el primo Macri quedó más expuesto en rol de ferviente opositor y defensor del ‘Estado presente’ que genera urticaria en el mileismo. En charlas directas con el ministro de Economía, Luis Caputo, encontró el antídoto y una promesa de solución.
Malamud tiene razón. El exfuncionario José López quedó detenido en 2016 después de esconder en un convento de General Rodríguez bolsos con u$s 9 millones de dólares, yenes y relojes de alta gama. Las imágenes de las cámaras de seguridad coparon los medios y en el peronismo le soltaron la mano sin excepción. Así pudo hacer campaña Cristina Kirchner al año siguiente y -si bien no ganó esa elección- sentó la base del triunfo de 2019.
Ahora los desaciertos políticos y económicos de Fernández pesan quizás más sobre el conjunto del PJ que las denuncias por violencia contra su exmujer y el uso del Estado para favorecer sus amoríos. No lo desmienten ni sus más amigos y menos exfuncionarios que recuerdan favores pedidos. El dilema no es superar ese escándalo que podría encapsularse como una sucesión de aberrantes hechos personales sino todas las disputas internas que estallan por detrás en un partido sin brújula ni conducción y sin siquiera un proyecto o programa que los una.
¿Vuelve Cristina?
Esta semana quedó claro otra vez que la única ordenadora sigue siendo Cristina Kirchner cuando alertó sobre los elogios de varios peronistas a Victoria Villarruel -¿le teme al futuro político de la Vicepresidente o tiene un acuerdo con Milei?- y bajó indicaciones sobre las negociaciones por las vacantes en la Corte Suprema.
En Buenos Aires muchos se enojan con el “apuro” de Kicillof por ser candidato pero también con el bajo perfil del PJ que preside Máximo Kirchner mientras su ex mano derecha, el ministro Andrés ‘Cuervo’ Larroque empieza a recorrer el país con charlas políticas en busca de apoyo para la candidatura presidencial del gobernador bonaerense.
Kicillof deja hacer pero no se ensucia en el barro. En cambio, viajó a Brasil, a Uruguay y se juntó con otro gobernador dialoguista, el puntano Claudio Poggi con quien disertó bajo el paraguas del Consejo Federal de Inversiones. Justo en el CFI es donde asoma otra disputa por una caja que maneja Ignacio Lamothe, un hombre que responde a Eduardo ‘Wado’ de Pedro.
Esta semana hubo otra señal bastante confusa. Tras casi nueve meses y después de un encuentro entre Malena Galmarini y Kicillof -y varias charlas previas entre Sergio Massa y el gobernador- finalmente los renovadores ocuparon un par de las sillas que les ofrecía Buenos Aires. Valeria Arata asumió como Subsecretaria de Transporte Aéreo y Fluvial en el Ministerio de Transporte bajo la mano del renovador Jorge D’ Onofrio mientras que Micaela Ferraro Medina, muy cercana a Malena Galmarini, se hizo cargo de la Fundación Bapro, un lugar que correspondería a la esposa del gobernador pero que Soledad Quereilhac nunca ocupó.
Dato al margen: los renovadores de Massa todavía debaten si ser parte de la gestión bonaerense o despegar definitivamente. “Son chupetines de madera”, se quejan los más molestos con el apoyo al gobernador.
El duelo De Pedro-Massa
Dos días después del anuncio estalló también en redes sociales la interna De Pedro-Massa. El senador le atribuye al exministro de Economía operaciones en su contra para tapar supuestas negociaciones y mantener cargos en el gobierno libertarios.
La misma voluntad depredadora mueve la interna en La Libertad Avanza que aprovechan dos experimentados. No fue casual que el diputado Cristian Ritondo y Oscar Zago llegaran y salieran juntos de Casa Rosada para el encuentro de legisladores con el Presidente.
Después de las derrotas parlamentarias en ambas cámaras, el veto presidencial a la movilidad jubilatoria y la amenaza de insistencia parlamentaria con esa ley, la dupla apuesta a conducir desde fin de año la Cámara de Diputados, armar un interbloque entre LLA, MID y PRO y hasta sugieren cambiar los mandos en el Senado.
Reivindican la rosca política más necesaria que nunca cuando Milei se impone más por el látigo que la billetera. Lo prueba el malestar de la mayoría de los gobernadores que reclaman promesas incumplidas.
En la saga de increíbles eventos, varios tienen a Lilia Lemoine como protagonista. Esta vez, otra vez, contra Villarruel y Marcela Pagano. La diputada cosplayer quiere echar a Pagano y llevarla a la Justicia. Las dos viralizan vergonzosos chats que incluyen amenazas de cuestiones de alcoba. Sin orden ni conducción política asoma una nueva casta.
Fuente El Cronista