El Xeneize contrató su primer refuerzo del libro de pases los primeros días de junio. Y este viernes por la noche confirmó otra novedad.
Era eterno nomás el mercado de Boc. Así se lo había dicho Chicho Serna a Olé en la previa del primer partido de la reanudación de la Liga Profesional, ante Defensa y Justicia. Claro, ya para ese entonces se había cumplido más de un mes de la llegada del primer refuerzo y uno de los integrantes del Consejo de Fútbol ni siquiera sabía que la fecha de vencimiento del libro se extendería hasta el 6 de septiembre. Y pese a que las incorporaciones se cerraron una semana atrás para el Xeneize, sobre la hora del vencimiento hubo una novedad no menor en cuanto a pases.
Es que según informó la cuenta Esto es Boca (que anuncia pases y cuestiones alusivas al respecto), el club decidió hacer uso de la opción que tenía para completar la compra del pase de Lautaro Blanco y quedarse así con el 100% de la ficha del lateral que llegó al club a comienzos de 2024. Así, el Xeneize se aseguró ser el único propietario (hasta acá, el 50% era del Elche español) del jugador que tiene contrato hasta fines de 2027.
La noticia es el broche final para un espacio de tiempo que -cual novela- se extendió por demás y dejó mucha tela para cortar. Porque todo comenzó allá por el 10 de junio, cuando la misma cuenta de redes sociales sorprendía con el anuncio de la primera incorporación: Gary Medel, quien llegaba libre desde Brasil. A partir de ahí y por casi tres meses, se sucedió el mercado más largo de los últimos tiempos. En él, el Xeneize sumó seis jugadores más, el último presentado una semana atrás y con debut absoluto previsto para este sábado: Juan Barinaga, el lateral llegado desde Belgrano de Córdoba.
En el medio, llegaron Tomás Belmonte, Brian Aguirre, Milton Giménez, Agustín Martegani y Nacho Miramón. En total, un defensor/volante, tres volantes puros (dos con características mas bien de defensa), un extremo/segunda punta y un centrodelantero.
Y este viernes, finalmente, se cerró un libro que tuvo idas y vueltas por parte de AFA y que dejó hasta último momento la chance de sumar algún futbolista del medio local o bien con el pase en su poder. Sin embargo y pese a los rumores, Boca no aceleró más por ninguna de las chances que se manejaron sin éxito incluso ya estando fuera de la Copa Sudamericana: la chance de Carlos Palacios, el chileno de Colo Colo, la búsqueda de Alan Velasco y los rumores por Jaminton Campaz y algún otro nombre hicieron pensar en que habría un octavo.
Trabajar en lo que viene
Pero lo que sí distingue a este fin de mercado es que hay movimientos por venir que casi son una certeza y tarea para el hogar del Consejo: primero por la casi segura venta de Cristian Medina y también porque la situación de Pol Fernández -según entienden internamente- es irreversible y el volante quedará libre en diciembre. Claro, ambos son titulares en este Boca, pero además de poder buscar también está la chance de que -por ejemplo- Ignacio Miramón y Tomás Belmonte se vayan ganando un lugar en la zona.
Esa cuestión, la chance de la repesca que Chelsea tiene por Aaron Anselmino en diciembre y cualquier otro movimiento, más las renovaciones que faltan (la de Edinson Cavani a la cabeza), son las bases para ya ir pensando cómo será el Boca modelo 2025. Claro que todavía falta mucho para eso, entre otras cosas porque lo prioritario es saber cómo llegará y las competencias que tendrá. Y para eso el partido ante Talleres es más que importante.
Fuente OLE