El concepto de nearshoring, o la práctica de reubicar la producción y servicios más cerca del mercado final, ganó una notable tracción en la última década. A nivel global, esta tendencia surge como respuesta a la necesidad de minimizar los riesgos logísticos, reducir costos y aumentar la resiliencia en las cadenas de suministro. A medida que las empresas globales enfrentan disrupciones comerciales y tensiones geopolíticas, encontraron en el nearshoring una solución efectiva para mantener la competitividad en un entorno incierto.
¿Qué es el nearshoring y por qué ha crecido?
El nearshoring se refiere a la estrategia de trasladar operaciones empresariales, que anteriormente estaban externalizadas en regiones distantes (offshoring), hacia países más cercanos al mercado de destino. A diferencia del offshoring, que históricamente implicó la tercerización en economías lejanas como China o India, el nearshoring se enfoca en aprovechar la proximidad geográfica, lo que permite a las empresas optimizar sus procesos logísticos, reducir los tiempos de entrega y minimizar los costos de transporte. Además, se asocia a un menor riesgo operativo debido a una mayor estabilidad política y económica en las regiones cercanas.
Varios factores impulsan el crecimiento del nearshoring. La pandemia de COVID-19 jugó un papel decisivo, al exponer las vulnerabilidades de las cadenas de suministro globales altamente centralizadas. Las empresas enfrentaron graves disrupciones debido a cierres fronterizos y problemas logísticos. A esto se suman las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, que llevaron a muchas corporaciones a buscar alternativas fuera de Asia. Además, la invasión rusa de Ucrania exacerbó la volatilidad en los precios de los productos básicos y la energía, lo que incentivó a las empresas a diversificar sus ubicaciones de producción.
Según datos de la Reshoring Initiative, en 2022 se anunciaron más de 364,000 empleos relacionados con reshoring y nearshoring en Estados Unidos, un incremento del 53% en comparación con el año anterior. A nivel global, estimaciones de Deloitte proyectan que el mercado de nearshoring crecerá a una tasa anual compuesta del 10,3% entre 2021 y 2025, reflejando su adopción como una estrategia clave para mitigar riesgos y mejorar la eficiencia operativa.
El auge del nearshoring en América Latina
América Latina se convirtió en un destino ideal para el nearshoring debido a su proximidad geográfica con Estados Unidos y Canadá, la disponibilidad de mano de obra calificada, costos laborales competitivos y su infraestructura en desarrollo. Además, los países de la región fortalecieron su marco regulatorio y adoptaron políticas que facilitan la inversión extranjera, lo que los hace atractivos para las empresas globales que buscan diversificar sus ubicaciones de producción.
Un informe reciente de JLL Research titulado “Nearshoring – Develando el Potencial de América Latina” analiza a fondo las oportunidades que el nearshoring ofrece en varios mercados de la región. El informe identifica a México, Brasil, Colombia, Costa Rica y Guatemala como los principales beneficiarios de esta tendencia, basándose en factores como la infraestructura logística, la proximidad geográfica con EE.UU., el costo y disponibilidad de mano de obra, y el entorno empresarial. El informe también menciona a Argentina y Perú, por su mano de obra calificada y asequible.
México, en particular, emerge como el mayor beneficiario del nearshoring en América Latina. Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el nearshoring podría aumentar las exportaciones mexicanas en más de 29,000 millones de dólares al año, impulsado por su sólida infraestructura industrial y su cercanía a los mercados estadounidenses. Sectores como la manufactura automotriz, la electrónica y los servicios financieros fueron particularmente receptivos a esta tendencia, lo que consolidó a México como un nodo clave en la reconfiguración de las cadenas de suministro globales.
Costa Rica, por su parte, aprovechó su enfoque en la ciencia y tecnología para atraer inversiones en sectores de alto valor agregado. Su cluster de ciencias de la vida captó el interés de empresas multinacionales que buscan establecer centros de producción y desarrollo más cerca de los mercados norteamericanos. El informe de JLL destaca el caso de Costa Rica como un ejemplo de cómo los países latinoamericanos pueden adaptarse a las demandas del nearshoring mediante inversiones en capital humano y desarrollo tecnológico.
Oportunidades y desafíos
El nearshoring ofrece grandes ventajas competitivas para América Latina. En primer lugar, los menores costos laborales en comparación con los países desarrollados permiten a las empresas optimizar sus estructuras de costos, mientras que la proximidad geográfica facilita tiempos de respuesta más rápidos y cadenas de suministro más ágiles. Además, la alineación cultural y de zonas horarias favorece una mayor colaboración y entendimiento entre empresas y proveedores de servicios.
A nivel estructural, el BID estima que el nearshoring podría aumentar las exportaciones globales de América Latina y el Caribe en 78.000 millones de dólares anuales. De esta cifra, México representaría 35.300 millones de dólares, mientras que países como Colombia, Perú y República Dominicana también experimentarían un aumento significativo en sus exportaciones no tradicionales. Estos países presentan un gran potencial debido a sus costos competitivos y a sus políticas de atracción de inversión extranjera directa.
No obstante, el nearshoring en América Latina enfrenta desafíos. Uno de los mayores retos es la infraestructura. A pesar de los avances en la región, aún existen cuellos de botella logísticos que dificultan el pleno aprovechamiento del nearshoring. La conectividad vial, la modernización de los puertos y la eficiencia en los procesos aduaneros siguen siendo áreas clave para mejorar la competitividad. La seguridad también representa un obstáculo, especialmente en países como México, donde la violencia vinculada al narcotráfico puede desalentar a potenciales inversores extranjeros.
El papel de las inversiones en infraestructura
El desarrollo de infraestructura es fundamental para que América Latina capitalice el nearshoring. La construcción de carreteras, puertos y sistemas de transporte eficiente no solo reducirá los costos operativos para las empresas extranjeras, sino que también mejorará los flujos comerciales y la competitividad de la región en el contexto global. Además, la inversión en tecnologías digitales y la mejora de la conectividad permitirán una mayor integración de la región en las cadenas de suministro globales.
Los gobiernos latinoamericanos reconocieron la importancia de atraer inversión extranjera y lanzaron múltiples iniciativas para mejorar el clima de negocios. Según un estudio del BID, cada dólar invertido en la promoción de inversiones genera un retorno de hasta 41,7 dólares en inversión extranjera directa adicional. Esta relación demuestra la efectividad de las políticas implementadas para atraer capitales y expandir las oportunidades de comercio en la región.
América Latina tiene ante sí una ventana de oportunidad histórica. El fortalecimiento de la infraestructura, la mejora del clima de negocios y la adopción de políticas que promuevan la inversión extranjera serán claves para que la región aproveche al máximo el fenómeno del nearshoring y se consolide como un destino estratégico para las empresas globales.
Fuente El Cronista