El nombramiento esta semana de José Luis Escrivá como nuevo gobernador del Banco de España y la necesidad de sustituirlo como ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública ha llevado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a realizar un reajuste de importancia tanto en el Consejo de Ministros como en su equipo más próximo. El sustituto de Escrivá, Óscar López , ha dejado de ser su jefe de gabinete (formalmente director del gabinete de la Presidencia del Gobierno) para dejar paso al académico Diego Rubio , que se estrena en el cargo. Es el tercero que desempeña esa función con el actual jefe del Ejecutivo, a quien en sus tres primeros años en el poder acompañó el ínclito Iván Redondo . Los tres, de perfiles muy distintos (un gurú de la comunicación como Redondo, un veterano dirigente del PSOE con importantes cargos orgánicos a su espalda como López y alguien, Rubio, ajeno por completo tanto al partido como al mundo de los medios) son los últimos de una estirpe que se remonta al primer presidente de la democracia, Adolfo Suárez.Noticia Relacionada estandar Si Escrivá convoca para el lunes una reunión de la Comisión Ejecutiva del Banco de España con cambios sobre la mesa Bruno Pérez Fuentes del supervisor reconocen la expectativa de cambios con la llegada del nuevo gobernador y esperan un impulso a la modernizaciónLa primera (y hasta el momento única) jefa de gabinete en Moncloa fue una mujer, la célebre Carmen Díez de Rivera , que ejerció el cargo antes de las primeras elecciones de 1977 y pasó pronto el testigo a Alberto Aza , con los años convertido en jefe de la Casa del Rey. Llegó luego, en el breve mandato de Leopoldo Calvo-Sotelo, Eugenio Galdón , quien más tarde adquirió relevancia en el mundo de los medios de comunicación como director de la Cadena SER y de la Cope. Y ya con Felipe González, el líder que más tiempo ha sido inquilino en La Moncloa, catorce años, pasaron por el cargo Roberto Dorado , Antoni Zabalza y José Enrique Serrano . Éste último volvería a idéntico cargo casi una década después con José Luis Rodríguez Zapatero, con quien permaneció durante sus siete años de mandato.Jefes de gabinete de los presidentes 1976-1981 Adolfo Suárez Arrancó su mandato con Carmen Díez de Rivera como jefa de gabinete en Moncloa. En 1977 fue sustituida por Alberto Aza. 1981-1982 Leopoldo Calvo-Sotelo El jefe de gabinete en la etapa de Calvo-Sotelo fue Eugenio Galdón. 1982-1996 Felipe González En los catorce años que González estuvo en La Moncloa, pasaron por el cargo Roberto Dorado (1982-1993), Antoni Zabalza (1993-1995) y José Enrique Serrano (1995-1996).Previamente, José María Aznar fue también presidente de un solo jefe de gabinete, el hoy diputado del Partido Popular (PP) Carlos Aragonés . Y por último Mariano Rajoy contó con Jorge Moragas , hoy embajador de España en Tanzania, y en su último año en Moncloa con José Luis Ayllón , quien previamente había sido alto cargo de su Gobierno como secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. Que el cargo imprime cierto carácter, o que hay algún denominador común lo explica algo ocurrido esta misma semana. Y es que la de Óscar López parece ser la excepción que confirma una regla no escrita, la de que ningún jefe de gabinete adquiere luego mayor relevancia a nivel político. López es el único que ha ascendido a ministro. Y también que varios de ellos han accedido a hablar con ABC para este reportaje, pero siempre con la condición del anonimato. La discreción por encima de todo, durante el cargo y después, parece ser su premisa. El hábito, valga el tópico, sí parece hacer al monje. «¡Ay del jefe de gabinete que tenga o pretenda tener una agenda propia!», señala uno de los que ha pasado por el cargo.Jefes de gabinete de los presidentes 1996-2004 José María Aznar Aznar tuvo un único jefe de gabinete durante su mandato: Carlos Aragonés. 2004-2011 José Luis Rodríguez Zapatero Zapatero eligió como jefe de gabinete a José Enrique Serrano, quien previamente había ocupado el mismo cargo con Felipe González. 2011-2018 Mariano Rajoy Rajoy contó con dos jefes de gabinete: Jorge Moragas (2011-2017) y José Luis Ayllón (2017-2018) 2018-… Pedro Sánchez Iván Redondo (2018-2021) fue el primer jefe de gabinete de Sánchez cuando llegó a La Moncloa. Después nombró a Óscar López (2021-2024), quien ahora será sustituido por Diego Rubio. Todos ellos susurraron a los jefes del Gobierno de España en distintos momentos y situaciones históricas, pero parecen cuidarse mucho de contar batallitas, quizás con la excepción de Redondo, quien hace tres años se prodigó en entrevistas en televisión tras ser cesado sorprendentemente por Sánchez poco después de haber proclamado, durante una comparecencia parlamentaria, que se « tiraría por un barranco » por su entonces jefe si éste se lo pidiera.El ejemplo americanoComo casi siempre en asuntos de política, la referencia anglosajona, más singularmente la americana, aparece como inevitable. Los ‘gatekeepers’, como los definió el periodista Chris Whipple, cuentan en su nómina con nombres tan célebres con Dick Cheney , que ejerció en los setenta como jefe de gabinete de Gerald Ford mucho antes de convertirse en 2000 con George W. Bush en uno de los vicepresidentes con mayor protagonismo político de la historia de Estados Unidos, o como su predecesor en el primero de los cargos, Donald Rumsfeld, fallecido en 2021, que también brilló con luz propia en la administración de Bush hijo como secretario de Defensa.«Cuidado con el ejemplo americano», avisa uno de los ‘gatekeepers’ locales. «Allí el jefe de gabinete es casi como un primer ministro», explica, teniendo en cuenta el cariz netamente presidencialista del sistema americano, igual que el de los países latinoamericanos, en el que el presidente es jefe del Estado elegido directamente por las urnas, como sucederá este noviembre en Estados Unidos, y no por el Parlamento, como ocurre en nuestro país.En los últimos años, la popularización de series sobre política, empezando por la célebre ‘El ala oeste de la Casa Blanca’ , estrenada en España hace ya dos décadas, han sobredimensionado o en ocasiones distorsionado el papel de los asesores políticos o de los ‘fontaneros’ que trabajan al servicio de un Gobierno, como se les conoce en el argot. Una mitificación contra la que advierten los consultados. Por ejemplo cuando niegan que sea el jefe de gabinete la persona que más cerca está del presidente o que más le puede hablar en confianza. Conviene no olvidar ni menoscabar, señalan, el papel que las propias secretarias personales de los mismos (en femenino porque siempre han sido mujeres las encargadas de esa tarea) desempeñan sobre la actividad presidencial. Porque no cabe duda, afirman, de que la mera organización de la agenda presidencial es, en sí misma, un arma de estrategia política que sirve además para fijar las prioridades de un determinado gobierno en cuestión. Pese a ello, el jefe de gabinete sí es quien más tiempo pasa con el presidente. Más que todos sus ministros, incluida la vicepresidenta primera, el cargo que ahora ejerce con Sánchez María Jesús Montero y antes con Rajoy Soraya Sáenz de Santamaría. Lo habitual es que despachen juntos a primerísima hora, un encuentro al que se pueden sumar otras figuras, también la titular de la vicepresidencia, pero que siempre cuenta con el director de gabinete. Las relaciones entre ellos, hayan servido a uno u otro gobierno y sea éste del PSOE o del PP, son buenas en general , a lo que ayuda los traspasos de poderes como los ocurridos en 1996 entre Serrano y Aragonés, quienes en 2004 se volvieron a encontrar en la situación contraria tras la victoria de Zapatero, con Aragonés abandonando La Moncloa y Serrano retornando a ella. O como el que luego éste último realizó con Moragas en 2011. Alejados del foco público y entre bambalinas, como mejor trabajan este tipo de perfiles, han articulado acuerdos bipartidistas importantes. El flamante jefe de gabinete actual, Diego Rubio , quien poco podía sospechar lo que iba a cambiar su vida cuando este verano disfrutaba de unos días de descanso en un remoto país, tendrá que entregar algún día el relevo a otra persona, y no es imposible que sea eventualmente de un ejecutivo de signo distinto. Se dará entonces un paso más en la discreta carrera de relevos de quienes viven a la sombra de los presidentes e influyen en el rumbo de los mismos.
Fuente ABC