Una investigación reveló que la genética juega un papel importante en la infidelidad. Para comprobar este vínculo, los científicos estudiaron individuos con diversos grados de relaciones genéticas como los gemelos idénticos (MZ) o fraternos (DZ) que, además de compartir genes, también tienden a compartir un entorno común.
La diferencia entre ambos tipos de gemelos es que los idénticos comparten el 100% de sus genes, mientras que los fraternos alrededor del 50%, al igual que hermanos no gemelos.
La infidelidad y la genética: una nueva investigación reveló que ser infiel es hereditario
En 2004, Lynn Cherkas, investigadora reconocida por su trabajo en genética, realizó uno de los primeros estudios sobre la infidelidad humana y su conexión con la genética.
La investigación partió del estudio de 1600 parejas gemelas femeninas y de las respuestas que proporcionaron a una encuesta que evaluaba la infidelidad, el número de parejas sexuales de por vida y las actitudes hacia la infidelidad.
Cherkas partió de la definición de infidelidad como el acto de tener relaciones sexuales con alguien que no es un esposo o pareja mientras uno está casado o vive en pareja. Los investigadores encontraron que, en los gemelos idénticos, el 21% informó haber sido infiel a su pareja. Por otro lado, el 23% de los gemelos fraternos declaró haber sido infiel.
Las tasas de concordancia se refieren a un “acuerdo” en el comportamiento de los gemelos. Por ejemplo, si ambos gemelos son fieles o infieles a sus parejas, entonces muestran concordancia.
En la investigación se encontró que las tasas de concordancia fueron mucho más altas para los gemelos idénticos (46%) que para los fraternos (32%), lo que sugiere que los primeros “tienen una vez y media más probabilidades de ser infieles si su gemelo lo fue, en comparación con los gemelos fraternos”.
Por lo tanto, si los gemelos MZ tienen tasas de concordancia más altas que los gemelos DZ en ciertos rasgos o comportamientos, los investigadores pueden deducir que estos están determinados por factores genéticos.
Al tener en cuenta cosas otros factores como el número de parejas sexuales y la edad, los autores encontraron que el 41% de las diferencias en la infidelidad entre las personas estudiadas se debía a factores genéticos, lo que se llama “heredabilidad“. En cambio, el entorno en el que crecieron los gemelos no tuvo un impacto en cómo coincidían en sus comportamientos.
Cherkas y su equipo observaron que las cifras sobre la heredabilidad de la infidelidad y el número de parejas sexuales eran parecidas a las cifras sobre cómo los factores genéticos afectan la presión arterial, las migrañas y la depresión.
Más investigaciones: los hombres son más propensos a ser infieles
En 2015, otra investigación realizada por Brendan Zietsch también se interesó en el tema y estudió a más de 7,000 gemelos finlandeses. A pesar de haber estado en relaciones comprometidas durante al menos un año, el 9.8% de los hombres y el 6.4% de las mujeres dijeron que habían tenido dos o más parejas sexuales en ese mismo año.
Al igual que en el anterior, en este estudio, los gemelos idénticos (MZ) mostraron tasas de concordancia más altas que los gemelos fraternos (DZ), lo que indica que la genética puede influir en el acto de ser infiel.
Además, se calculó que el 63% de las diferencias en la infidelidad de los hombres y el 40% en las mujeres se debían a factores genéticos, lo que significa que, para los hombres, la genética tiene un papel importante en la variación de la infidelidad.
Fuente El Cronista