El presidente Javier Milei presentó el presupuesto 2025 en el Congreso. Para el año que viene, en el mes de diciembre, esperan una inflación del 18,3% interanual, y un tipo de cambio de $1207, lo que significa que se movería en línea con la suba de precios.
El PBI se proyecta con una suba del 5% para 2025. Según información oficial, estará motorizado principalmente por la industria y el comercio, con subas de 6,2% y 6,7%, respectivamente. Por el lado de la demanda, prevén una recuperación de todos los componentes; en particular, el Consumo Privado crece 4,5% y la Inversión, 9,9%. Para estos datos utilizaron los reportes que realiza el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En tanto, para finalizar el 2024, el Gobierno espera que el IPC cierre en 104,4%, con un dólar oficial de $1019,9.
Con una nueva regla presupuestaria, el superávit primario en 2025 será de 1,5% del PBI, porque tendrá que ser equivalente, como mínimo, a lo que haya que pagar en intereses de deuda, que el Gobierno estima en ese monto.
Para ello, se determina la proyección de ingresos y a partir de allí, se calculan las partidas de gasto que tienen ajustes automáticos, como por ejemplo jubilaciones, y se determina el margen fiscal para el gasto discrecional remanente, que se asigna a distintas partidas presupuestarias en función de las prioridades de políticas públicas establecidas.
En tanto el escenario macroeconómico se desvíe de la proyección presentada, se ajustará el gasto discrecional para garantizar el equilibrio financiero o se incrementará el ahorro fiscal. En caso de que el crecimiento del nivel de actividad genere una recaudación mayor a la estimada, el excedente de estos recursos se destinará a la baja de impuestos.
Además, el Gobierno espera una balanza comercial favorable, para poder acumular dólares en las reservas. El valor exportado de bienes y servicios se proyecta con un aumento de 9% y el valor importado con una suba de 13,4% en 2025, resultando en un superávit comercial de u$s 20.748 millones en el año.
Fuente El Cronista