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El sentido de la orientación es una habilidad crucial que define la capacidad de una persona para ubicarse con precisión en un entorno desconocido.
Este sentido, que permite a los individuos no solo encontrar su camino sino también evitar perderse en ciudades o paisajes desconocidos, puede variar significativamente de una persona a otra.
La habilidad para orientarse no se basa únicamente en características innatas, sino en una combinación de factores personales y ambientales.
Diversos estudios han mostrado que la habilidad de orientación está fuertemente influenciada por las experiencias personales y el contexto sociocultural.
Influencia de los factores ambientales en el sentido de la orientación
La habilidad para orientarse no se basa en una predisposición innata, sino que está fuertemente influenciada por factores ambientales y experiencias personales, de acuerdo al portal El Confidencial.
Un estudio de 2020 publicado en la revista Nature analizó las habilidades de orientación en un entorno virtual con 2600 gemelos idénticos y no idénticos.
El estudio realizado en 2020 con 2600 gemelos idénticos y no idénticos publicado en la revista Nature demostró que la capacidad para orientarse está más relacionada con factores ambientales y experiencias personales que con la herencia genética.(Fuente: Freepik)Los hallazgos sugirieron que el principal determinante de la orientación es el conjunto de “factores ambientales no compartidos”, es decir, las experiencias individuales que cada persona acumula a lo largo de su vida.
Este estudio demostró que no existe una base genética para la orientación, sino que el entorno y las experiencias individuales juegan un rol crucial.
En resumen, la habilidad de orientarse en la vida cotidiana está profundamente vinculada a las experiencias personales adquiridas en diversos entornos.
Cultura y entorno social: ¿cómo impactan en las habilidades de orientación?
La capacidad de orientación también está influenciada por factores socioculturales.
Una investigación del University College de Londres en 2020 reveló que los participantes provenientes de países nórdicos y de áreas rurales tenían una mayor habilidad para orientarse en comparación con los residentes de grandes ciudades.
La habilidad de orientación se desarrolla y ajusta continuamente a medida que las personas adquieren nuevas experiencias en diferentes contextos.(Fuente: Freepik)Los resultados indicaron que:
- Los habitantes de países nórdicos mostraron mejores habilidades de orientación.
- Los residentes de áreas rurales también destacaron en comparación con aquellos en entornos urbanos.
- Dentro de las grandes ciudades, aquellos que vivían en calles más caóticas se orientaban mejor que los que residían en áreas metropolitanas más ordenadas.
Adicionalmente, un estudio llevado a cabo por Louisa Dahmani y Véronique Bohbot de la Universidad McGill de Montreal en 2020 mostró que el uso frecuente de dispositivos de navegación, como el GPS, puede deteriorar la capacidad de orientación natural.
Los participantes que dependían más del GPS demostraron una menor habilidad para orientarse sin asistencia tecnológica, lo que sugiere que la dependencia de estas herramientas puede afectar negativamente la capacidad de orientación con el tiempo.
En conclusión, la orientación no está determinada genéticamente, sino que es el resultado de las experiencias personales y el entorno sociocultural.
Fuente El Cronista
