¿Te imaginas tener en casa una moneda que, aunque parece insignificante, podría valer miles de euros? Para los coleccionistas de numismática, este sueño es una realidad, y en el caso de la moneda de cinco pesetas de 1949 con la imagen de Franco, la cifra puede llegar a alcanzar hasta 36.000 euros. Este famoso “duro” se ha convertido en una de las piezas más codiciadas del mercado de coleccionismo.
El mercado numismático ha ganado popularidad en los últimos años, y no es difícil entender por qué. La venta de monedas antiguas ha pasado de ser un simple hobby a una oportunidad real de obtener ingresos considerables. Entre las más valiosas, las cinco pesetas de Franco destacan por su rareza y, sobre todo, por la demanda creciente que están generando en subastas y plataformas de compra-venta.
¿Qué tiene de especial esta moneda?
Lo que hace que esta moneda sea tan valiosa es su escasez. Solo se conocen 14 ejemplares del modelo de 1952, lo que la convierte en una auténtica joya para los coleccionistas. Estas monedas fueron acuñadas en una época de dificultades económicas debido a la Guerra de Corea, lo que encareció la producción de monedas de níquel en España. Como resultado, muchas de las monedas de ese año fueron fundidas, dejando muy pocos ejemplares en circulación. Y aquellos que lograron sobrevivir se guardaron celosamente, elevando su valor a lo largo de los años.
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Una joya de la historia española
Además de su rareza, la moneda de cinco pesetas de Franco tiene un valor histórico significativo. Representa un fragmento del pasado de España, cuando la peseta estaba en circulación y era parte del día a día. Tras la llegada del euro en 2002, las pesetas quedaron relegadas al cajón de los recuerdos, pero algunas de estas monedas han resurgido con fuerza en el mercado de coleccionismo, alcanzando precios impensables hace unos años. En la actualidad, estas monedas pueden encontrarse en eBay por precios que rondan los 30.000 euros.
Así que, si tienes en casa una colección de pesetas que ha pasado de generación en generación, puede que sea el momento de echar un vistazo más atento. Tal vez, entre esos viejos “duros”, se esconda una pequeña fortuna. ¡Nunca se sabe cuándo puedes estar sentado sobre 30.000 euros!
Fuente El Confidencial