Existe una condición neurológica que afecta a millones de personas y puede tener un impacto directo en el descanso: el síndrome de las piernas inquietas. Los síntomas principales de este trastorno incluyen molestias en las extremidades inferiores que se agravan durante la noche, lo que dificulta conciliar el sueño y mantener un descanso reparador.
Estos signos pueden variar en intensidad, pero su persistencia afecta significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen. Además, de acuerdo al portal Saber Vivir, la falta de un diagnóstico adecuado y el desconocimiento de sus causas dificultan el tratamiento temprano.
Síndrome de las piernas inquietas: ¿qué es y en qué etapa de la vida aparece?
El síndrome de las piernas inquietas (SPI) es uno de los trastornos del movimiento más frecuentes, afectando a millones de personas en todo el mundo. Esta condición es crónica y puede generar un impacto significativo en la calidad de vida.
El SPI puede manifestarse en distintas etapas de la vida, pero se estima que alrededor del 25% de los afectados comienzan a experimentar los primeros síntomas durante la infancia o adolescencia.
No obstante, el rango de edad donde se registra la mayor cantidad de diagnósticos se encuentra entre los 27 y 40 años, siendo las mujeres el grupo más afectado, ya que tienen el doble de probabilidades de padecer esta enfermedad en comparación con los hombres.
¿Cuáles son los principales síntomas del síndrome de las piernas inquietas?
Las personas que padecen el síndrome de las piernas inquietas describen esta condición como una sensación incómoda en las extremidades inferiores, especialmente de rodilla hacia abajo.
Los síntomas más comunes incluyen:
- Hormigueo persistente.
- Picazón que genera malestar.
- Sensación de inquietud interna.
- Presión o tensión en los músculos.
- La impresión de tener “bichitos” o una especie de burbujeo en el interior de las piernas.
Estos síntomas aparecen cuando el cuerpo está en reposo, como al estar sentado o acostado, y generan la necesidad de moverse de manera compulsiva.
Las personas suelen responder a esta molestia con movimientos repetitivos, como:
- Estirar y encoger las piernas.
- Patear involuntariamente.
- Frotar las piernas una contra la otra.
En muchos casos, el malestar es tan intenso que obliga a la persona a levantarse y caminar para aliviar la incomodidad.
¿Cuáles son los efectos en el descanso del síndrome de las piernas inquietas?
El síndrome de las piernas inquietas suele manifestarse con mayor intensidad durante la noche, lo que afecta de manera considerable la calidad del descanso.
El ritmo circadiano de este trastorno provoca que los síntomas empeoren hacia el final del día, especialmente en la tarde noche. Este patrón puede deteriorar la calidad de vida de quienes lo padecen, ya que es un malestar constante y difícil de manejar.
En casos más severos, el SPI interfiere gravemente en el sueño. Las personas afectadas suelen despertarse debido a las sensaciones desagradables en las piernas y a los movimientos involuntarios que ocurren de forma repetitiva durante la noche.
Como resultado, muchos pacientes consultan a especialistas porque no logran descansar bien. Además, el trastorno genera una pobre calidad de sueño, lo que provoca que, aunque estén agotados, no puedan compensar el descanso con siestas durante el día.
El impacto del insomnio secundario va más allá de la fatiga diurna, ya que también puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la falta de descanso, como:
- Obesidad.
- Hipertensión.
- Diabetes.
- Problemas cardiovasculares.
Fuente El Cronista