Hoy se celebran elecciones municipales clave en Brasil, las primeras desde el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en las presidenciales de 2022. Unos 153 millones de ciudadanos están habilitados para votar en 5.569 municipios del país, con el objetivo de elegir alcaldes y concejales. Estas elecciones, aunque locales, tienen un fuerte peso nacional, ya que se perfilan como un termómetro tanto para el gobierno de Lula como para el futuro político del expresidente Jair Bolsonaro, quien atraviesa diversos problemas judiciales.
Jair Bolsonaro está acusado de utilizar recursos del Estado para espiar a opositores políticos y miembros del Tribunal Supremo durante su mandato. Además, se le investiga por un esquema de venta ilegal de joyas donadas por Arabia Saudí, valoradas en millones de dólares. También fue acusado de falsificar certificados de vacunación contra el COVID-19 para él y su hija. La más dura es, sin embargo, la que lo enfrenta a acusaciones de estar involucrado en el intento de golpe de Estado tras las elecciones que ganó Luiz Inácio Lula da Silva. Se le acusa de incitar a sus seguidores a asaltar el Palacio del Planalto y otras instituciones gubernamentales en enero de 2023. Las investigaciones sobre el intento de golpe de Estado en Brasil están en curso y avanzaron. La Policía Federal cumplió con 33 órdenes de allanamiento y 4 de prisión preventiva, además de imponer 48 medidas cautelares a los sospechosos. Jair Bolsonaro fue interrogado por la policía y se le prohibió mantener contacto con otros investigados.
Uno de los mayores desafíos para el gobierno de Lula en estos comicios es consolidar su base política en las grandes ciudades, especialmente en San Pablo, donde el apoyo a su candidato Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), se enfrenta a la reelección del actual alcalde Ricardo Nunes, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB). Según las encuestas, Nunes, quien cuenta con el respaldo del Partido Liberal de Jair Bolsonaro, está en empate técnico con Boulos y con Pablo Marçal, un empresario que apoya las ideas bolsonaristas.
“Si bien las elecciones del próximo domingo son locales, tendrán sin duda una lectura nacional. En particular, existe una fuerte atención a la consolidación o no del mapa político nacional en torno al eje Lula-Bolsonaro”, destacó el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG). Este eje, que definió las últimas contiendas presidenciales en Brasil, continúa siendo una línea divisoria en el espectro político, y estas elecciones municipales representan una oportunidad para ambos lados de reafirmar su poder.
En San Pablo, la competencia entre los tres principales candidatos refleja las profundas divisiones políticas del país. Nunes, como actual alcalde, buscó capitalizar su experiencia en el cargo y el respaldo del gobernador Tarcísio de Freitas, también bolsonarista. Sin embargo, Guilherme Boulos, candidato progresista, es la apuesta de Lula para lograr un cambio en la ciudad más importante del país. El expresidente Bolsonaro, aunque ausente físicamente de la contienda por sus problemas judiciales, sigue ejerciendo una fuerte influencia a través de Nunes y Marçal, ambos defensores de su agenda conservadora.
El CELAG también señaló que “el conservadurismo es el espacio político que más ha crecido en términos de candidaturas”, lo cual es particularmente evidente en el caso de San Pablo, donde tanto Nunes como Marçal representan una competencia directa por el voto de derecha. Este auge del conservadurismo no solo desafía a Lula en las urnas, sino que también plantea interrogantes sobre la capacidad del Partido de los Trabajadores (PT) para recuperar el terreno perdido en las principales ciudades del país.
A nivel nacional, la evolución de estas elecciones podría tener implicaciones más amplias, especialmente para Bolsonaro, quien enfrenta varias investigaciones judiciales. Aunque no está directamente en la boleta electoral, su influencia sobre los candidatos de la derecha es innegable. Según el CELAG, “los grandes partidos de centro como el MDB gobiernan aún en la mayor parte de las ciudades”, pero han presentado menos candidaturas en estas elecciones, lo que podría beneficiar tanto a la izquierda como a la extrema derecha.
El caso de San Pablo es particularmente relevante debido a su tamaño e importancia económica. La ciudad cuenta con 12 millones de habitantes y su control político es visto como crucial para cualquiera de los dos bandos. Las encuestas recientes indican que la elección podría definirse en una segunda vuelta, programada para el 27 de octubre si ningún candidato obtiene más del 50% de los votos en esta primera ronda. Según un sondeo de Real Time Big Data, “existe un empate técnico entre los tres candidatos: Nunes 26%, Boulos 25% y Marçal 23%”, lo que sugiere una elección extremadamente competitiva.
El CELAG también destacó que “partidos de izquierda, como el PSOL y Rede, aumentaron en un 11% sus candidaturas”, lo que refleja un resurgimiento del progresismo en ciertos sectores del país, aunque el PT, el partido de Lula, vio una caída en el número de sus candidaturas. Este contexto coloca al PSOL en una posición única para liderar la izquierda en grandes ciudades como San Pablo, especialmente si Boulos logra llegar a una segunda vuelta.
Por otro lado, la situación de Bolsonaro sigue siendo incierta. Tras su derrota en 2022, el expresidente enfrentó varios escándalos y procesos judiciales que debilitaron su imagen pública, aunque mantiene una base de apoyo considerable. Las elecciones municipales representan una oportunidad para él de demostrar que aún tiene influencia en la política brasileña, especialmente si sus candidatos logran buenos resultados en ciudades clave.
Finalmente, la jornada electoral de hoy será un test decisivo para medir el apoyo a Lula en su primer año de mandato y el futuro político de Bolsonaro, quien “fue el primer presidente de la historia reciente de Brasil que perdió la reelección”, como recordó el CELAG. Con millones de electores llamados a votar, y la posibilidad de una segunda vuelta en las principales ciudades del país, estas elecciones locales tienen un claro impacto nacional, configurando el escenario político de Brasil para los próximos años.
Fuente El Cronista