Hoy por hoy el movimiento estudiantil parece ser uno de los más dinámicos en la confrontación política, inclusive callejera, con el Gobierno. En un país donde el Ejecutivo implementó severos ajustes en distintos sectores, como trabajadores, y jubilados, la reacción más compacta está viniendo desde el campo universitario: las masivas protestas estudiantiles de este año -desde la multitudinaria marcha de abril hasta las recientes movilizaciones de octubre– así lo demuestran.
Ahora, tras el fracaso de un sector de la oposición en reunir los dos tercios necesarios para rechazar el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario, las tradicionales tomas de facultades han vuelto a escena y comenzaron a multiplicarse.
Las tomas y el foco en la educación
Las protestas estudiantiles se profundizaron desde la tarde de ayer y continúan expandiéndose hoy, luego de que el gobierno lograra mantener el veto a la ley de financiamiento universitario.
El foco de estas tomas pasa por defender el acceso gratuito y de calidad a la educación universitaria, cuestionando el recorte presupuestario que, según los manifestantes, dificulta que las casas de estudios cumplan esa misión. Según expresaron en una de las asambleas realizadas en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), la ocupación “es una medida de resistencia necesaria para frenar el desmantelamiento progresivo de la universidad pública”.
La ley vetada y los argumentos del gobierno
El proyecto de ley de financiamiento universitario, que fue vetado por el presidente Milei, proponía un incremento en los fondos destinados a las universidades públicas para enfrentar los crecientes costos de funcionamiento y garantizar la gratuidad y el acceso universal. El gobierno, sin embargo, argumentó que la ley resultaba “fiscalmente inviable” en el contexto de las actuales restricciones presupuestarias y del ajuste económico en curso.
Según declaraciones de funcionarios, el veto se justifica en la necesidad de evitar un aumento en el gasto público que podría desbalancear las cuentas fiscales, al tiempo que insiste en que los fondos no se están auditando debidamente. Desde el Ejecutivo sostienen que ya se están destinando fondos suficientes a la educación y que los problemas de gestión en las universidades no se solucionan únicamente con más presupuesto.
Este argumento fue rechazado por los estudiantes, que consideran que el ajuste en la educación no es más que una estrategia para debilitar a las universidades públicas y forzar su privatización a largo plazo. En palabras de uno de los estudiantes durante la toma en Filosofía y Letras: “No podemos permitir que el gobierno nos quite el derecho a una educación pública y de calidad. No es solo un recorte, es un ataque directo a nuestros derechos”.
Facultades ocupadas: una por una
Hasta el momento, las facultades ocupadas incluyen:
Facultad de Filosofía y Letras (UBA): Esta facultad fue una de las primeras en ser tomada luego de una asamblea estudiantil masiva que votó mayoritariamente a favor de la ocupación. Los estudiantes buscan visibilizar el impacto del veto en la educación y movilizarse para exigir una rectificación del gobierno.
Facultad de Ciencias Sociales (UBA): Los estudiantes de esta facultad también decidieron tomar el edificio. Reclaman un financiamiento acorde a las necesidades de la educación pública y critican el ajuste presupuestario que afecta a las universidades.
Universidad Nacional de Córdoba (UNC): En el epicentro de la histórica Reforma Universitaria de 1918, las facultades comenzaron a sumarse a las tomas en solidaridad con las universidades de Buenos Aires. Los estudiantes de la UNC han convocado a más asambleas para coordinar acciones a nivel provincial y nacional.
Universidad Nacional de La Plata (UNLP): Con un fuerte historial de lucha, los estudiantes de La Plata decidieron ocupar varias de sus facultades, señalando que el veto presidencial implica una amenaza directa a la calidad de la educación pública.
5) Universidad de La Matanza (UNLAM): se vivieron momentos de alta tensión, luego de que las autoridades decidieran cerrar temporalmente la facultad ante el riesgo de una toma, que igual se concretó, en medio de incidentes.
De conjunto, ya hay cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), dos en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), dos en la Universidad de San Martín (Unsam), en la Universidad de José C. Paz (Unpaz), en la Universidad de Tres de Febrero (Untref), dos en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), dos en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en Unju de Jujuy, Santa Cruz en la UNPa, UNLPam en La Pampa, UNT en Tucumán, en el Litoral la UNL y en Mendoza la UNCuyo.
Antecedentes históricos: un movimiento con larga tradición
Las movilizaciones estudiantiles en Argentina tienen una extensa y profunda historia de luchas que dejaron huella. La Reforma Universitaria de 1918, que surgió en Córdoba, fue un hito que no solo transformó la educación superior, sino que también consolidó el movimiento estudiantil como un actor social de gran influencia. Décadas más tarde, las luchas por la educación “laica y libre”, a mediados de siglo pasado, las campañas por el boleto estudiantil y las movilizaciones contra la dictadura, como “La Noche de los Lápices”, donde jóvenes estudiantes secundarios fueron secuestrados y desaparecidos en La Plata, demostraron el poder de transformación y resistencia de este sector.
Fuente El Cronista