«Este es un momento emocionante para mí. Durante seis años, he estado imaginándome estar en este precioso lugar». Con estas palabras, y precedido de un sonoro aplauso, el director iraní Mohammad Rasoulof ha agradecido la Espiga de Honor que ha recogido en la tarde de este miércoles, concedida por la Semana Internacional de Cine de Valladolid en 2018 y que no había podido recibir hasta hoy, meses después de que escapara de su país natal para llegar al Festival de Cannes, donde presentó su película, ‘La semilla de la higuera sagrada’, que ha proyectado también el festival vallisoletano. El cineasta, que vive exiliado en Alemania desde que salió de su país, se ha mostrado satisfecho por «un premio realmente bello tanto sentimental como físicamente», así como por el «precioso libro» que le dedicó el festival. «Es indescriptible cómo me siento», ha añadido emocionado, antes de señalar que el galardón le da un empujón y «esperanzas para seguir mejorando hacia la excelencia». Una hora antes de la entrega del galardón, el realizador de la premiada ‘La vida de los demás’ ha compartido treinta minutos de charla con los periodistas, a los que ha hablado de su situación desde que se marchara de Irán después de que un tribunal lo condenara a latigazos y la confiscación de sus propiedades por el delit o de «colusión con la intención de cometer crímenes contra la seguridad del país». «Con el corazón encogido, escojo el exilio», dijo entonces en un breve comunicado. Cinco meses después de aquello, ha señalado que «gracias a las nuevas tecnologías» siente que no está fuera de su país. «Mi contacto con Irán es muy estrecho. Igual o más fuerte que antes». Aún así, ha confesado: «La libertad que busco sigue sin existir porque lo que más me gustaría es estar allí. Trabajar en mi país. Al parecer, mi destino es estar siempre buscando la libertad y no poder alcanzarla «. No ha desvelado si su exilio va a suponer un cambio de rumbo en la temática de sus películas, pero sí que tiene «muchos proyectos» en su cabeza y que «quizá» le de por hacer algo «totalmente nuevo». No obstante, ha insistido en que se tomará su tiempo para pensar y «tomar una buena decisión». Aún así, ha recordado que entre 2018 y 2024 ha sacado adelante dos proyectos y que incluso, ante el miedo de sacar la cámara, llegó a pensar «en hacer algo de animación».Noticia Relacionada Entrevista a Paz Vega estandar Si «No volveré a estar delante y detrás de la cámara a la vez. Es agotador» Henar Díaz La actriz sevillana presenta en la Seminci ‘Rita’, su debut como directora y guionista, y que concibe como «un homenaje a las madres que no pudieron elegir otras vidas»Sobre su último trabajo, ‘La semilla de la higuera sagrada’, que recibió el Premio Especial del Jurado en Cannes y se ha proyectado en el Teatro Zorrilla de Valladolid de forma posterior al homenaje, ha explicado que surgió durante su paso por la cárcel, donde pudo ver y hablar con personas que trabajaban para el «enemigo» y el Gobierno y así conocer su forma de pensar y sentir. «Tuve la suerte de estar durante muchos años con personas que hacían censuras y planteaban preguntas, hasta el punto que me familiaricé con su estado psicológico y un carcelero me dijo que sufría muchísimo y había pensado en el suicidio, tras la presión que le había sometido su mujer e hijas que no entendían que un hombre tan bueno y respetable trabajara para el Gobierno», ha afirmado.Fue al salir de prisión cuando investigó todo lo que había ocurrido con las protestas callejeras surgidas tras la muerte de Mahsa Amini como consecuencia del infarto que sufrió en una comisaría, donde estaba detenida por la Policía por no llevar bien el velo. Ver los vídeos que habían grabado los jóvenes iraníes le permitió conocer su visión. Por ello, decidió incorporar a la película esos vídeos que captaron esos momentos «tan increíbles, inolvidables e históricos». «Lo que yo hubiera reproducido nunca hubiera tenido tanto poder como estas grabaciones», ha apuntado. En este sentido, ha valorado la visión «increíble» de la juventud, que, en ese momento, demostró una gran fortaleza con su deseo de cambiar el estado de las cosas y luchar contra la censura.Precisamente la valentía de las nuevas generaciones y su grito de «basta ya» es lo que da esperanzas al realizador para pensar en que «la sociedad empiece a cambiar» y que cuando ello ocurra afectará «en todos los aspectos» y no sólo en el sector de la cultura.
Fuente ABC